El efecto Boomerang ante los ataque a Benedicto XVI sigue. Recomendamos sobre el tema la excelente intervención de Santiago Martín, muy claro y clarificador como siempre. Lo tienen a su disposición en ‘Santo súbito’ . Seguimos con la cascada de apoyos al Papa Benedicto XVI, el primero, que ha estado lógicamente muy presente como ‘portavoz’ es Georg Gänswein: “Hay una corriente que realmente quiere destruir su persona y su obra. Nunca ha amado a su persona, su teología ni su pontificado. Y ahora hay una oportunidad ideal para presentar, como investigación seria, una damnatio memoriae”.
Otro que se apunta a la defensa de la carta de Benedicto XVI es Zuppi en la que: “expresó la dimensión de un gran hombre y creyente, lanzando un mensaje de humanidad y de fe”. Más claro Giovanni Maria Vian: «El hecho es que Joseph Ratzinger, un teólogo muy cultivado y un intelectual refinado, nunca fue un hombre de gobierno, ni siquiera en la universidad. Siempre ha confiado en sus colaboradores, que a veces no le sirvieron bien: como sucedió en este caso, con el error que cometieron en la defensa, por el que se le acusó de mentir. Y él, como un gran señor, como siempre, asumió la culpa». Hablando del origen del problema: “Creo que debemos remontarnos a la segunda mitad de los años 60, Ratzinger había dejado el Concilio como un niño prodigio muy progresista. El punto de inflexión fue 1968. Advirtió y denunció la degeneración, dijo: “Yo no he cambiado, ellos han cambiado”. “El escándalo de los abusos ha sido muy subestimado. La única salida para la Iglesia es reconocer y asumir la culpa, como supo hacer Benedicto XVI con palabras conmovedoras”.
Otro melón complicado que se abre, en La7, Emiliano Fittipaldi, vuelve a hablar sobre la pedofilia en la Iglesia y anuncia una carta de Ladaria, «un nombre poco conocido, prefecto de doctrina de la fe, quien debe gestionar los casos de pederastia dentro de los procesos canónicos que se abren”. La carta en cuestión data de 2015 y está dirigida al ex obispo de Lyon, Barbarin. “Es una respuesta a una petición de Barbarin. Tiene un cura, Preynat, un depredador en serie, que fue condenado el año pasado después de que confesara violar a 3 o 4 niños scouts todos los fines de semana”. Barbarin siempre defendió que se siguió las instrucciones precisas recibidas. Ladaria bloqueó su presencia en el juicio que tanto ha dado que hablar y ha costado la cabeza de Barbarin con su pasaporte diplomático del Vaticano.
En 2015 pocos sabían sobre el caso, «Barbarin y Ladaria sabían, el obispo de Lyon pregunta qué hacer y es Ladaria», quien dice: «Eminencia, esta congregación, después de haber estudiado cuidadosamente el caso del sacerdote de su diócesis que les ha presentado , Bernard Preynat, ha decidido encomendarte la tarea de tomar las medidas disciplinarias adecuadas, evitando el escándalo público, entendiéndose que, en estas condiciones, no se le puede encomendar otro ministerio pastoral que incluya un posible contacto con menores. Os recomiendo también que toméis las medidas adecuadas para la atención pastoral de las víctimas. Le ruego acepte, Eminencia, la expresión de mis devotos sentimientos en Cristo”.
«La cuestión clave es la ética: Ladaria en 2012 en Italia escribe lo mismo para un decreto sobre un sacerdote italiano, Don Trotta, un ogro en serie, usando las mismas palabras de tres años después que se convirtió en el entrenador de un equipo de fútbol juvenil y en 2014 y 2015 violó a 10 niños: hoy condenado a 20 años. Probablemente, si las autoridades religiosas y vaticanas hubieran denunciado lo que sabían, habrían evitado esta violencia”. Va a resultar que en este pontificado de las perfecciones y discernimientos se han relajado las cosas y que el rígido Ratzinger era mucho más intransigente con estos casos como tenemos tantos testimonios de ello.
Ya tenemos carta del Papa Francisco de cara el jubileo del 2025 y sigue son sus cosas: “No cierren los ojos ante la pobreza rampante, cuiden la Tierra”, para “promover la recomposición de un clima de esperanza y confianza, como signo de un renovado renacer del que todos sentimos la urgencia”. “Como cristianos hemos sufrido junto con todos nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones. Nuestras iglesias permanecieron cerradas, así como escuelas, fábricas, oficinas, comercios y lugares dedicados al tiempo libre. Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además de dolor, ha despertado por momentos en nuestras almas la duda, el miedo y el desconcierto». El lema del Jubileo «Peregrinos de la esperanza» y seguimos con más de lo mismo: «Sin embargo, todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante el drama de la pobreza rampante».
San Juan Pablo II instituyó el Dia del Enfermo en 1992 con motivo de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero. El 11 de febrero de 1858, una «dama» muy hermosa, vestida de blanco, fue mostrada por primera vez a Santa Bernardita Soubirous, ante la cual la niña, sin saber qué hacer, comenzó a rezar el Rosario. La Virgen se mostró 17 veces más hasta el 16 de julio. Alegría en los muchos peregrinos ante la reapertura de la gruta cerrada por la epidemia.
Roberto de Mattei, siempre interesante, defiende su ultramontanismo, explicando que es todo lo contrario a la papolatría y el «magisterialismo» que provienen del Concilio Vaticano II; idolatrar la persona privada del Papa y reducir el magisterio no como instrumento de la Tradición, sino como fuente de Revelación. El término «ultramontanismo» fue creado y utilizado en sentido negativo en el siglo XIX, para designar la actitud de fidelidad de los católicos «más allá de los Alpes» a las doctrinas e instituciones del Papado en oposición al galicanismo, el febronianismo y el josefinismo, que defendían la restricción del poder del papado a favor del episcopado. El Papa Pío IX apoyó el movimiento ultramontano y condenó el liberalismo católico con la encíclica Quanta cura y el syllabus. Los católicos liberales fueron derrotados en el Concilio Vaticano I, pero un siglo más tarde se convirtieron en los protagonistas y vencedores del Concilio Vaticano II. La escuela teológica romana fue heredera del movimiento ultramontano, Ottaviani, Ruffini, Lefebvre, fueron los representantes de esta escuela durante el Concilio Vaticano II.
Audiencia del Papa Francisco al Pontificio Seminario Lombardo, con sede en el barrio de Esquilino en Roma: “De estas raíces ligadas a Pío XI tratamos de sacar algunas ideas: no cultivar la nostalgia del pasado y cerrarnos a la novedad del Espíritu, que nos invita a vivir el hoy». “Por favor, no nos quedemos atrincherados en la sacristía y no cultivemos pequeños grupos cerrados donde poder mimarnos y estar tranquilos». «A menudo, también aquí en Italia, los discursos eclesiales se reducen a estériles dialécticas internas entre los que son innovadores y los que son conservadores».
Siguen la noticias sobre el juicio argentino del amigo Zanchetta, acusado de abusar sexualmente de dos seminaristas, que abrirá el 21 de febrero. La primera fecha prevista, el 12 de octubre de 2021, se había aplazado a la espera de los expedientes relativos al proceso canónico contra el obispo, que tuvo lugar en 2019 en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Los expedientes nunca fueron enviados a los jueces argentinos por el Vaticano, una cosa es predicar y otra, pues esto, el poder judicial decidió proceder de todos modos. Renunció oficialmente por «razones de salud» en agosto de 2017, también está acusada de irregularidades en la gestión económica de la diócesis. Es un caso que toca personalmente al Papa Francisco que lo nombró, contra toda razón, y lo ha protegido como a nadie en su misma casa.
Otro libro: «El cisma surgido» escrito por el periodista Francesco Antonioli y la teóloga Laura Verrani. En 1999 se publicó en Italia el best-seller «El cisma sumergido» del Pietro Prinique denunciaba la distancia entre la doctrina oficial de la Iglesia y la conciencia viva de los fieles. Se presenta como una investigación sobre la vida de la Iglesia católica hoy, lidiando con sus diversas «almas cismáticas» y con un «factor de modernidad» que ponen de manifiesto las múltiples contradicciones, divergencias , hipocresías y conflictos.
«Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer…»
Buena lectura.
Del libro de la teóloga:
“¿Es este el Dios de Jesús que quiere nuestra felicidad? En julio de 2021, con el motu proprio Traditionis Custodes, el Papa Bergoglio volvió a poner los puntos en las “i”: los únicos misales válidos son los misales conciliares aprobados por Pablo VI y Juan Pablo II (…). Como diciendo: la liturgia es la expresión de una visión de la Iglesia que avanza en la historia, y -en este caso- es la declinación del catolicismo del Concilio Vaticano II. No una Iglesia contra el mundo, sino una que busca hacerla mejor con el mundo gracias a la sal del Evangelio”.
Lo dicho, son progres.
«la distancia entre la doctrina oficial de la Iglesia y la conciencia viva de los fieles». Suena a viejo argumento progre.