Otra jornada sin noticias en los medios del viaje del Papa Francisco al Congo. «El Señor debe ser buscado y amado en los pobres y, como cristianos, debemos tener cuidado si nos alejamos de ellos, porque algo anda mal cuando un creyente guarda la favorecida a distancia de Cristo. Mientras muchos hoy los descartan, ustedes los abrazan; mientras el mundo los explota, ustedes los promueven”. Es un viaje en el que no hemos visto grandes concentraciones, se dan números propios de otros tiempos, pero se evitan las traidoras fotografías. Se llena el tiempo con encuentros oficiales en la nunciatura, necesariamente muy minoritarios, pero con discurso oficial. El Papa pide el trabajo en red: «cada uno con su propio carisma pero conectados entre sí, compartiendo urgencias, prioridades, necesidades, sin clausuras y autorreferencialidades, dispuestos a unirse a otras comunidades cristianas y de otras religiones, ya las muchas organizaciones humanitarias presentes. Todo por el bien de los pobres».
Entramos en la cruda realidad que sigue su ritmo sin que el viaje africano la altere. Han pasado cuatro años desde que el Papa Francisco organizó la primera cumbre sobre el tema de la pedofilia con la continua acusación al Vaticano de no hacer lo suficiente. En 2014 se creó una comisión, Marie Collins, dejó la Comisión por su inutilidad: “Cuando renuncié, quería que se supiera que había resistencia, que la Comisión había tratado de alguna manera de completar su trabajo, pero se vio obstaculizada por algunas figuras dentro de la Curia». “Entra en el poder y la política del Vaticano que han tratado de controlar la Comisión, socavando nuestra independencia, aterrorizados de la idea de que pudiéramos hacer cambios. Aquí volvemos al problema de partida: es decir, salvaguardar la reputación de la iglesia».
En Italia se quejan de que se hace muy poco y los obispos italianos tiene que espabilarse ante informes que ya están utilizando la cifra de un millón de víctimas: «El número total de víctimas potenciales de las que un sacerdote puede abusar es importante. Esto se debe principalmente al encubrimiento y al hecho de que el sacerdote, en lugar de ser denunciado a la policía, a menudo es trasladado de una iglesia a otra, lo que conduce a otras víctimas. En Italia, el número total de sacerdotes es dos o tres veces mayor que en Francia». “Italia sigue siendo un país muy homogéneo desde el punto de vista cultural y social. No digo que todos seamos católicos, pero cada italiano tiene un vínculo con la Iglesia católica, ya sea familiar o religioso, por eso aquí se tarda más y es más difícil darse cuenta de lo que está pasando”.
Otra guerra que no termina es la declarada entre Roma y la Iglesia alemana. El clima es de un estancamiento cada vez más irreconciliable entre las posiciones que han surgido en estos tres años. Los ‘reformadores alemanes’ siguen con su deseo de cambios estructurales considerados necesarios por la renovación de la Iglesia futura. El Papa Francisco se presenta como refugio después de haber dado luz verde a este camino sinodal nacional. Quizás pensó que lo podía controlar sin tener en cuenta los efectos colaterales que han surgido mientras tanto al ampliar las brechas entre los obispos. Estamos viendo situaciones de flagrante desobediencia de los numerosos párrocos que siguen bendiciendo a parejas homosexuales a pesar de las prohibiciones impuestas por Roma, o al descontento de las mujeres católicas por la reiterada apuesta por la igualdad en la ordenación sacerdotal. El presidente de los obispos, Bätzing, defiende posiciones ultrarreformistas y es defensor de la revolución en curso y el Papa Francisco ha tensado las cosas en su última entrevista. Sus comentarios sobre el proceso sinodal alemán causaron irritación, ya que lo calificó de «inútil e indigno» del nombre de un sínodo o de un proceso sinodal serio.
El Papa Francisco nos ha metido en un inútil sínodo de la sinodalidad para intentar ahogar el Alemán. Su sínodo es útil y digno de tal nombre y el Alemán, no. La guerra se centra en como se entiende la sinodalidad y los alemanes defiendes que «el proyectado «Consejo sinodal» está pensado precisamente como un órgano capaz de dar forma estable a la sinodalidad de la Iglesia local. Tal órgano, que debe constituirse dentro del derecho canónico vigente, no surge de la noche a la mañana, ni sin los debidos trabajos preparatorios». El Vaticano, los tres mosqueteros, con la ojeada del Papa Francisco , han ¿aconsejado?, ¿ordenado? que los obispos «no están obligados a participar en las actividades del «Grupo de Trabajo Sinodal» en preparación de la «Consejo Sinodal» previsto para 2026». Los alemanes afirman que las «decisiones tomadas no pueden limitar la autoridad de los obispos individuales y no son vinculantes para ellos”. Lo único que la carta de los dicasterios romanos realmente prohíbe es llamar a este organismo eventual un «Consejo Sinodal» – nada más. Según el Papa Francisco, la experiencia alemana «no es un sínodo, no es un verdadero camino sinodal, sino solo un llamado camino sinodal, porque no incluye al pueblo de Dios en su totalidad, sino que es llevado adelante por élites».
El anciano cardenal Joseph Zen terminó en el hospital después del funeral de Benedicto XVI y el encuentro con el Papa Francisco. Había querido emprender a toda costa el viaje para no perderse el último adiós a Benedicto XVI, a quien sentía un cariño especial, y también para tener la posibilidad de una entrevista con el Papa Francisco, considerando que en muchos años nunca había logrado ser recibido en Santa Marta debido a sus diferencias de puntos de vista sobre el complicado expediente ‘China’. Comenzó a sentirse mal, el mismo lo cuenta: “Inesperadamente, mi salud siguió deteriorándose y mis manos se hincharon. En la noche del primer día del nuevo año lunar, comencé a tener dificultad para respirar».
Otro gran cardenal que sigue dando guerra después de muerto es Pell. Catedral de Santa María en el centro de Sydney a rebosar para su funeral y entierro. Mucha presencia de policía ante todo tipo de amenazas de boicoteo. Al final, lo de siempre, un grupúsculo, somos generosos, «Community Action for Rainbow Rights», delante de la catedral con banderas de arco iris. No se merece menos el cardenal Pell, un funeral anodino no le pega, la persecución, como con Benedicto XVI, continuará después de su muerte. Sus vidas, sus escritos, sus obras permanecen vivos en la memoria del Pueblo de Dios y seguirán haciendo sombra a la mediocridad reinante.
La Corte Internacional de Justicia ingresó a la sala de deliberación para tomar una decisión sobre el caso Armenia – Azerbaijan y Azerbaijan – Armenia. El Tribunal informará a las partes sobre la fecha de lectura de la sentencia lo antes posible. Armenia ha solicitado la aplicación de las siguientes medidas provisionales: «Azerbaiyán debe dejar de orquestar y apoyar las supuestas “protestas” que bloquean la libre circulación ininterrumpida a lo largo del Corredor Lachin en ambas direcciones.
Azerbaiyán debe garantizar la libre circulación ininterrumpida de todas las personas, vehículos y mercancías a lo largo del Corredor Lachin en ambas direcciones. Azerbaiyán restaurará por completo de inmediato y se abstendrá de cortar u obstaculizar el suministro de gas natural y otros servicios públicos a Nagorno-Karabaj”.
La ‘Athletica Vaticana’, la asociación polideportiva oficial de la Santa Sede, acaba de publicar el “Informe Inclusivo y Solidario 2022”.
Mesa del Jubileo celebrada con el gobierno italiano con Fisichella por la Santa Sede. «Cada dos semanas nos reunimos y verificamos el avance de las obras que se iniciaron con un decreto que se ha quedado parado por razones objetivas debido a la crisis de gobierno. Tenemos unos plazos muy ajustados para realizar tantas obras, no es culpa de nadie, pero hay que correr”.
El caso Orlandi siguen muy presente en los medios: “Quizás el papa Francisco ha decidido reabrir la investigación o en todo caso ha dado su asentimiento”, «Y si después de 40 años de silencio se decide abrir una investigación en el Vaticano, me imagino que entonces no se puede cerrar con ‘no sabemos nada’, si no sería mejor seguir con la estrategia del silencio». «El pasaje del Papa Benedicto es muy interesante porque ese pontífice había enviado al jefe y subjefe de la gendarmería del Vaticano al magistrado italiano que estaba investigando para pedir reabrir la tumba de De Pedis y deshacerse de esa vergüenza en regreso el magistrado quería noticias sobre Emanuela. Pero luego todo se detiene…».
Y terminamos con Benedicto XVI que sigue muy presente en los medios. Las caricaturas nunca han escapado a Joseph Ratzinger. Ni como cardenal, ni como pontífice, ni como papa emérito y aun ahora que está muerto. Ratzinger fue un hombre introvertido, manso, muy refinado y genuinamente atento a los demás, quienesquiera que fueran. Un hombre que sabía escuchar y que prefería las conversaciones individuales a las multitudinarias, más afín a su inmediato y «amado predecesor», San Juan Pablo II, que a su sucesor, el Papa Francisco. Benedicto XVI «fue un gran teólogo, un gigante de teología, habiendo dedicado toda su vida al estudio y la investigación teológica. Al mismo tiempo fue también un sacerdote, un obispo, un cardenal y un Sumo Pontífice abierto a los demás, al encuentro de la gente, con una curiosidad muy a menudo desarmante». Solo Ratzinger, colaborador de Wojtyla durante casi un cuarto de siglo, podría asumir el inmenso legado de aquellos 27 años de pontificado. San Juan Pablo II lo había escrito claramente: «Doy gracias a Dios por la presencia y la ayuda del cardenal Ratzinger, que es un amigo de confianza».
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
Buena lectura.
Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI fueron capaces de comprender la Teología de la Liberación. Ello es una gran falla que afectó no solo a sus pontificados sino a la Iglesia jerárquica actual, aunque Francisco tenga otra actitud completamente distinta. El gran escándalo del cristianismo en América Latina es no haber predicado un Evangelio dirigido principalmente a los pobres, con todas sus consecuencias. Los dos papas mencionados no solo no supieron ver una teología no surgida del establecimiento vaticano y afines, sino que con ello prolongó un estado de cosas, en el ámbito social, que sigue propiciando una situación de desigualdad, injusticia y desprecio por los más pobres. Toda la violencia que nos sigue agobiando en Nuestra América, tiene su fundamento en esa misma injusticia política y social.
“Inesperadamente, mi salud siguió deteriorándose y mis manos se hincharon. En la noche del primer día del nuevo año lunar, comencé a tener dificultad para respirar».
¿Habrá cometido la imprudencia de inyectarse?
«Su sínodo es útil » ???
– Quedan unos 33 días para el posible cisma apostático alemán, pues el 11 de marzo pueden aprobarse las apostáticas directrices en el camino sinodal alemán.
Si Benedicto XVI, que «fue un gran teólogo, un gigante de teología, habiendo dedicado toda su vida al estudio y la investigación teológica», siendo alemán y teniendo el carisma de haber servido a Juan Pablo II, no pudo con la deriva herética del progresismo alemán, para nada lo hará Bergoglio, nulidad en estudios teológicos, no alemán y carente de carisma, credibilidad, prestigio y reputación ninguna, es hasta natural y lógico.
¿Se pensaba Bergoglio ser superior y torear a los alemanes? Hay que ser tremendamente ingenuo e ignorante de la intrahistoria del catolicismo alemán, que ya inició contactos y relaciones con el luteranismo desde los años 1930…
El católico Lortz, inmerso en el pangermanismo hitleriano, publica en 1939 «Die Reformation in Deutschland» (que Ratzinger lo conocía), donde culpabiliza a Roma de la ruptura con Lutero por no haber pastores dotados de buen pensamiento, y lo alaba como un teólogo profundo de gran oración y espiritualidad que destruyó un catolicismo que ya no era catolicismo.
Prosiguieron este camino los 2 discípulos de Lortz, Erwin Iserloh y Peter Manns, que definen a Lutero como teólogo modelo. Siguen esta escuela Otto Pesh y el historiador Hubert Jedin. Todo ello pasó como discurso oficial de la Iglesia alemana en el «Catecismo para adultos» de 1984 de la Conferencia Episcopal alemana.
El discurso del cardenal Willebrands en Evian en 1970 durante la Conferencia Mundial sobre el Lutero apoyó tales tesis.
Este grupo de presión de historiadores aparece ya desde los años 70 como la historia oficial de la Iglesia, y desde entonces, no se ha aceptado en la Iglesia alemana ninguna otra tesis histórica, teológica o científica que sea mínimamente crítica con Lutero, simplemente está prohibida.
El caso de Remigius Baumer, especialista en Lutero, en vísperas de la visita de Juan Pablo II a Alemania en 1980, escribió un capítulo de una obra colectiva sobre la historia de la Iglesia alemana, criticando a Lutero. Dicho libro fue retirado de la venta y Baumer fue amonestado, mientras se formaron delegaciones oficiales del obispos alemanes para disuadir a los expertos católicos de criticar a Lutero.
El mismo año 1980, en la 2a edición del libro «Der fröhliche Wechsel und Streit» (1a edicion en 1974), de Theobald Beer, se demuestra que a partir de 1509, Lutero refutó por completo la doctrina de la Iglesia sobre la Trinidad, la encarnación y la unidad de la persona de Jesucristo, y que su apostasía es muy diferente a la de una disputa por las indulgencias, de la terquedad de la curia romana o de un malentendido teológico. Beer fue reprendido por exponer los errores dogmáticos de Lutero, su trabajo fue oficialmente archivado y silenciado.
La idea de considerar al Lutero como un precursor de los tiempos modernos y una figura ideal para la gente de hoy, empezó con ocasión del Gran jubileo de 1983, cuando se celebró el quinto centenario del nacimiento de Lutero, debido a que diversos investigadores prepararon una revisión historiográfica: Manns, Eckermann, Papp, Besier, Bartel, van Ingen, Labroisse, Laufhütte, Maron, Augustijn, zur Mühlen, Junghans, Ebeling, Mülhaupt, Pesch.
Ratzinger fue declarado culpable en 1965 de haber citado a Beer, Baumer y del converso católico Paul Hacker, fue anatemizado por este grupo católico proluterano, los cuales afirman que Ratzinger no debería haber citado a los no especialistas en Lutero y sí a la élite de los especialistas apologistas de Lutero, pero Ratzinger insistió en que esto iba contra la libertad de ciencia, puesto que un grupo de especialistas censuraba otras voces porque quebrantaban la ley del silencio favorable a Lutero, y eso era anticientíficao por parte de este grupo de poder y presión de apologistas catolicos proluteranos. Desde entonces hasta hoy, Ratzinger fue torpedeado sistemáticamente por este lobby católico proluterano a causa de sus críticas a Lutero pero también contra Karl Rahner
No se podía divulgar ninguna experiencia trágica vital de Lutero, ni tampoco sus graves errores y herejías dogmáticas, pues como dijo Bergoglio, Lutero es testigo del Evangelio, idea que procede de Otto Hermann Pesch: «todos los cristianos deben escuchar al reformador alemán como un testigo del Evangelio» (Erträge des Luther-Jahres für die katholische systematysche Theologie, en Peter Manns (ed.) Zur Bilanz des Lutherjahres, Stuttgart, 1986, 81-154).
Peter Manns, por su parte afirma que Lutero es el padre de la Fé (Martin Luther, Reformator und Vater im Glauben, Stuttgart, 1985).
Por lo tanto, los alemanes tienen un sinnúmero de biografías y estudios laudatorios sobre Lutero, el cual está considerado verdaderamente como un Nuevo Jesucristo que viene a traer una Nueva iglesia y una Nueva Fé. Así vive el camino sinodal alemán encapsulado dentro de esta burbuja.
Y toda la biografía y todo el pensamiento teológico de Lutero ha sido preservado de cualquier tipo de crítica siquiera científica.
……
Bergoglio está herido gravemente en su comunión eclesial porque aprobó los actos morales luteranos bonum imperfectum et incompletum cuando permitió la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia (n. 305, notas 336 y 351) y en el Rescripto de 5 de junio de 2017 (AAS 7 octubre 2016) el cual lo eleva a falso magisterio auténtico.
Los actos morales luteranos bonum imperfectum et incompletum derogan totalmente los actos morales católicos intrinsece malum de Veritatis splendor (adulterio, homosexualidad, aborto, eutanasia).
Para la moral luterana, un intrinsece malum como el adulterio y la homosexualidad son actos santificables y salvíficos si existe presente un bien posible, como el amor, los cuidados mutuos, el respeto, el cuidado de los hijos.
Pero un sector radical del luteranismo considera ahora que si los actos intrinsece malum se realizan bajo el amparo de un derecho civil, entonces suben de categoría, son actos intrinsece bonum per se y no necesitan justificación alguna: son santos pir sí mismos.
Añádase que se asumen todos los postulados radicales luteranos en materia de Fé, moral, liturgia y eclesiología, y la situación adquiere un cierre categorial: parte del catolicismo alemán ya es plenamente luterano y apostatico irreversiblemente.
La comunión en la unidad siempre recoge a la justicia y la verdad, por lo que el camino sinodal alemán debe ser disciplinado con la excomunión inmediata si perfecciona la apostasía.
Si Bergoglio no se ve capaz de excomulgarlos, que dimita y deje decidir al cónclave. Y el Sínodo de la sinodalidad, por ahora, es una vía para introducir el camino sinodal alemán dentro de la Iglesia Universal.
Obviamente, todo ello explica el odio asesino que dijo Benedicto XVI que tenían todos sus adversarios, incluidos los del camino sinodal.