Desde que la Meloni gano las elecciones, con una amplia e indiscutible mayoría, ha pasado a ser objeto de los amores del Papa Francisco, amores políticos, con su cosa, pero amores, y de la actual administración del Vaticano. “El nuevo gobierno comienza ahora, estoy aquí: le deseo lo mejor. Siempre le deseo lo mejor a un gobierno porque el gobierno es de todos y le deseo lo mejor para que pueda sacar adelante a Italia y a todos los demás que están contra el partido vencedor que colaboran con la situación crítica, con la ayuda, pero un gobierno de colaboración, no un gobierno donde te mueven la cara, te hacen caer si no te gusta una cosa o la otra. Por favor llamo a la responsabilidad en esto. Dime, ¿es cierto que desde principios de siglo hasta ahora Italia ha tenido 20 gobiernos? Terminemos con estos chistes…»
Ya tenemos la rueda de prensa de altura del Papa Francisco, el resumen es sencillo, nada de preguntas molestas, prohibido; consejos para todo el mundo que hace las cosas muy mal porque no sigue los iluminados consejos del discernidor universal y justificación de todo lo que el Papa Francisco hace: ‘hago todo lo que puedo. No hay espacio para reconocer que alguna vez, solo alguna, ¿MaCarrick?, ¿Zanchetta?, se ha discernido un poco mal. Es lo que tenemos, muchos lugares comunes, mucha palabrería y poca sustancia, ya estamos habituados, ninguna sorpresa. Sobre los derechos de las mujeres: “El machismo mata a la humanidad”. Sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania: «Esto es una guerra mundial». Sobre la pederastia en la Iglesia: “Algo trágico, no hay que parar”
Defendió el nombramiento del abortista Mazzucato en la ex academia de la vida, El Papa reivindicó el nombramiento: «Yo lo pongo»; presentándolo como «un gran economista de Estados Unidos» llamado a «dar un poco más de humanidad» al organismo. Pregunta sobre el caso Santier, el Papa Francisco defiende el trabajo de limpieza realizado en la Iglesia después de ese incidente, explicando además que «alguien dice que somos una pequeña minoría, pero si fuera un solo caso, ya sería trágico». Recordó que la mayor parte de los malos tratos a los niños no atañen a la Iglesia, sino que se dan “en las familias, en los barrios, en las escuelas, en el deporte”; agradeció al cardenal O’Malley, el hombre que limpió la archidiócesis de Boston, y que tuvo el mérito de percibir «la necesidad de institucionalizar esto con la Comisión de Protección de Menores».
Los hay muy contrarios a la forma que tiene el Papa Francisco de entender a los hermanos musulmanes. Entre los más escépticos se cuenta Henri Boulad, un jesuita egipcio de 90 años que ha llegado incluso a escribirle una dura carta: “Nuestro diálogo con los musulmanes se ha estancado en compromisos y malentendidos. Necesitamos imperativamente cambiar el rumbo. ¿Tendremos el valor de hacerlo? Es una cuestión de vida o de muerte, tanto para el cristianismo como para la civilización occidental. El tiempo no está para la ambigüedad ni para la especulación. Estamos en una encrucijada y toda complacencia frente a lo inaceptable es una traición”.
Hasta la fecha no ha obtenido respuesta: “No he recibido nada en absoluto. Le envié primero la carta en francés y posteriormente una traducción en español. Ambas fueron entregadas personalmente al Papa. La ausencia de respuesta significa que no quiere hablar. ¿Qué se puede esperar de él? Para mí, es ya un caso perdido». “Siempre es lo mismo. El Papa y los líderes musulmanes sonríen y firman cualquier cosa y nada cambia. Este supuesto diálogo no da sus frutos. En realidad, es un diálogo muerto entre dos personas completamente sordas”.
“Frente a la violencia cometida en nombre del islam, es demasiado fácil para los musulmanes moderados tomar distancia y afirmar de manera ciega y peligrosa que ‘todo esto no tienen nada que ver con el islam’. Hay que tener el valor y la honestidad de reconocer que aquellos que actúan de esta manera se apoyan en los textos fundadores de su religión”. “Reconozco que por todo esto soy muy escéptico y pesimista. El Papa debería apoyar a los cristianos orientales, que llevan sobre sus espaldas siglos de supervivencia”. “La única solución que veo es hablar con quienes conocen de primera mano el islam. Antes que ningún diálogo interreligioso, debería hablar del diálogo entre los cristianos. ¿Está dispuesto el Papa a hacerlo?”. “¿Puede adaptarse el islam a la modernidad sin traicionarse a sí mismo? Si alguno de sus ulemas adoptara la decisión de afirmar públicamente que la lectura literal del Corán no resulta lícita, estaría cuestionando la fundación del islam y dejaría de ser musulmán”.
La asamblea plenaria anual de los obispos franceses está en marcha en Lourdes por el escándalo Santier, la crisis de las vocaciones y el debate sobre el «fin de la vida». Hoy tenemos varios artículos sobre la referencia a los fieles vinculados a la liturgia tradicional e inevitablemente heridos por la Traditionis Custodes y que parece que pone en entredicho «la aplicación» del motu proprio y sobre todo «su comprensión». Los obispos están asustados por “los jóvenes católicos que buscan fuentes vivas en la liturgia preconciliar y no perciben el considerable enriquecimiento que aporta el Concilio, no una adaptación sino un enriquecimiento. Esta juventud es diferente, merece nuestra atención, nuestra escucha, también necesita que le señalemos las mejores fuentes».
Tres a los que nos les gusta nada el Sínodo de los Sínodos. El cardenal Gerhard Müller: “Este es un sistema de autorrevelación y es la ocupación de la Iglesia Católica” y “la toma hostil de la Iglesia de Jesucristo, que es un pilar de la Verdad Revelada”. «Esto no tiene nada que ver con Jesucristo, con el Dios Trino, y piensan que la doctrina es como un programa de partido político que puede cambiar según sus electores». Es «un intento de destruir la Iglesia»: «Sí tienen éxito, ese será el fin de la Iglesia católica».
Otro de los críticos es Marian Eleganti Obispo Auxiliar de Chur en Suiza: no se trata de establecer un «nuevo modus operandi para la Iglesia”, sino para presentar “por enésima vez” las innovaciones doctrinales deseadas desde hace mucho tiempo por los políticos “dentro de la Iglesia”. «La Iglesia no ha estado en el camino equivocado durante 2000 años para ser iluminada y corregida en nuestros días por un proceso sinodal en el siglo XXI. Para esto, no necesitamos ni un Concilio Vaticano III, ni un evento sustituto simplificado llamado «Sínodo sobre la Sinodalidad».
El tercero es Rob Mutsaerts, en los Países Bajos. “La misión de la Iglesia no es esta. No se trata de examinar todas las opiniones y luego encontrar un acuerdo. Jesús nos mandó otra cosa: proclamar la Verdad; es la Verdad que os hará libres”. «Hoy se tilda de clerical a quien pretenda que el sacerdote es quien debe presidir y celebrar la Eucaristía, ocuparse de la administración de los sacramentos y del cuidado de las almas». “El proceso sinodal, hasta ahora, se parece más a un experimento sociológico y tiene poco que ver con el Espíritu Santo que debe resonar a través de todas las voces”. “El púlpito se convierte en un lugar para reclamar donaciones; las acciones sacramentales y pastorales se convierten en medios de recaudación de fondos; la Iglesia aparece más como empresa que como sacramento de Dios”.
Entramos en el capítulo diario de los escándalos del Vaticano. En 1998, el comandante de la Guardia Papal, su esposa y un joven cabo adjunto fueron encontrados muertos a tiros. Veinticuatro años después, aún quedan muchas dudas sobre lo que realmente pasó. La versión oficial es un ataque de locura de Tornay, provocado por la falta de promoción, que le habría llevado a matar primero a la pareja Estermann y luego a suicidarse. A pesar de las ambigüedades y puntos oscuros de la historia, la institución eclesiástica nunca envió ningún pedido de ayuda o colaboración a las autoridades italianas. El caso Estermann no es un caso único en la historia reciente del Vaticano. El atentado a Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, la implicación del Banco Vaticano en la quiebra del Banco Ambrosiano, la desaparición de Emanuela Orlandi, las opacas y nunca esclarecidas relaciones con la Banda della Magliana y el ambiguo papel de los servicios secretos, las logias masónicas….
Laura Sgrò, al igual que Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, fallecido hace 39 años, presentó una solicitud de acceso al expediente completo del Tribunal Vaticano, señalando numerosas «cuestiones críticas» en la reconstrucción de los hechos y la posibilidad de presentar «nuevas pruebas». A la fecha, a más de tres años de la solicitud original, el juez único aún no se ha pronunciado al respecto, confirmando la validez de la sentencia de sobreseimiento, dictada en 1999. Tenemos libro sobre el caso «Sangre en Vaticano»: “Para nosotros, los italianos, las ambigüedades y los misterios del Vaticano se han convertido en una espantosa normalidad a la que nos hemos acostumbrado”.
Nos parece sumamente interesante el XXIV Congreso Mundial del Pueblo Ruso sobre el tema “Ortodoxia y paz en el siglo XXI” que se celebra en Rusia. El Patriarca subrayó los peligros del globalismo, que «organizando proceso de integración y unificación, debilitando y rompiendo los profundos lazos espirituales entre pueblos y entre Dios y el hombre». “La globalización no hace que el mundo esté más unido. La unificación externa de los estilos de vida en diferentes partes del mundo va acompañada del alejamiento de las personas entre sí, la desintegración de las comunidades y de las familias, y una pandemia de soledad”.
Mensaje de Putin en el que invita a preservar nuestros valores espirituales y también destaca la consolidación de la sociedad, porque al fin y al cabo es lo que nos ayudará a alcanzar todos nuestros objetivos estratégicos y resistir las presiones externas. El Ministro de Educación, Sergei Kravtsov, dijo que estamos viviendo un momento histórico crítico y entrando en una nueva era de despertar moral. Además, nos ofrecen el discurso completo de Aleksandr Dugin: «¡Bendición, oh, Señor mío! Estamos, por supuesto, en una guerra muy real. Esta guerra no es solo una guerra de ejércitos, de hombres y también una guerra del espíritu». «Es el reino del espíritu en el que se desarrolla esta guerra, sobre la sustancia principal. El discurso de nuestro presidente, el 30 de septiembre, habló de la naturaleza satánica de la civilización occidental. Esto no es una metáfora».
«Auméntanos la fe.»
Buena lectura.
¡Ya sólo le falta poner allí una prostituta para dar, además de más humanidad, un poco más de amor a eso…! Y para colmo, mientras crea confusión y división entre los católicos, se esfuerza en buscar una falsa unidad con enemigos declarados (no toméis como amigos a los cristianos), como si no fuera esa su «identidad propia».
«cuando su justa indignación (la de Dios) llega al exceso, envía el último y más atroz de sus castigos, permitiendo que ministros infieles, sacerdotes manchados, pastores escandalosos se coloquen entre los hombres. Entonces se verifica que las abominaciones del pueblo son causa de los malos sacerdotes y los malos sacerdotes son el mayor castigo con que Dios aflige al pueblo» (san Antonio María Claret).