El día en que el Papa Francisco pronunció su famoso «¿Quién soy yo para juzgar?», una sensación de fría amargura llenó la cristiandad. El pueblo de Dios se dividió entre entusiastas, católicos de izquierda, que se autodefinen como «católicos adultos»; y los avergonzados. Cuanto más se mueve la Iglesia hacia la izquierda más pierde fieles, pero parece que a la izquierda de la izquierda nunca es suficiente. Hace tiempo que se habla del cisma alemán porque el Papa Francisco es demasiado conservador. No hace falta una Iglesia que quiera parecerse cada vez más al mundo, el mundo ya existe, y sí quiero ser voluntario en una ONG voy directamente a un barco para hacer la ruta Trípoli-Lampedusa. Quienes pretenden transformar al ser humano en algo nuevo no dan muestras de ceder y quien debe «dar nombre a las cosas», el Vicario de Cristo , se niega a juzgar.
Escudriñamos algunas noticias, muy secundarias en los medios, sobre el discreto viaje a Canadá. Pocos actos y con muy poca asistencia, la fotografía de hoy es de las pocas que encontramos de vista aérea de un acto: espacio muy pequeño además medio vacío. Pequeño discurso al lado del lago sagrado: «Y aquí, a orillas de este lago, el sonido de los tambores que atraviesan los siglos y unen a diferentes pueblos, nos devuelve a esa época. Nos recuerda que la fraternidad es verdadera si une a los que están lejos, que el mensaje de unidad que el Cielo envía a la tierra no teme a las diferencias y nos invita a la comunión, a recomenzar juntos, porque todos somos peregrinos en camino”.
Gracias a esta visita, algunos medios serios, están recordando donde estamos. En mayo y junio de 2021 la prensa canadiense y mundial anunció que se habían descubierto «fosas masivas» y «fosas comunes sin marcar» o «tumbas sin marcar» en antiguas escuelas residenciales de Canadá: en Kamloops (reserva india), en la Escuela Residencial Marieval y en la misión St Eugene, cerca de Cranbook. Pero en realidad eran solo sospechas a partir de un georradar que detecta irregularidades en el terreno. Ha pasado un año y nadie ha excavado, no se ha detectado ningún cadáver, ningún forense ha descubierto un cuerpo, no hay resto de ninguna fosa.
Jonathan Kay, en Quillette «Un pánico social alimentado por los medios sobre tumbas sin marcar«: «Resultó ser la historia de un comportamiento de rebaño en la clase intelectual de Canadá. Miles de políticos, escritores, periodistas y activistas pasaron meses citando una narrativa nacional completamente sin base, y después no corrigieron sus errores cuando su juicio apresurado les alejó de la realidad. Llevo en el periodismo un cuarto de siglo, y he visto muchas controversias extrañas en mi oficio. Pero nunca he visto algo similar a este fenómeno.»
El Parlamento Europeo en una resolución publicada el 6 de julio de 2022 en que condena la detención del cardenal Joseph Zen y de los administradores del Fondo para el Área Humanitaria 612. Toma nota de las «violaciones de las libertades fundamentales en Hong Kong, (…) la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional el 30 de junio de 2022, (…) así como la Ley Básica de Hong Kong» que entró en vigor el 1 de julio de 1997, cuando la ciudad fue cedida a China. Hace un llamamiento a los Estados miembros de la Unión Europea para que «establezcan sistemas de corredores de rescate para activistas democráticos (…) y faciliten la obtención de visas de emergencia’. «Se invita al Vaticano a apoyar plenamente al cardenal Zen» y «también se le pide al Vaticano que movilice sus esfuerzos diplomáticos y utilice su influencia sobre las autoridades chinas, y que solicite que se retiren todos los cargos contra el cardenal Zen». No es que el parlamento europeo sea un ejemplo de excelsas virtudes, se ve que el Vaticano lo es menos.
A pesar de la escasez de vocaciones, Dios, en su infinita misericordia, nos está enviando sacerdotes más que aceptables por toda la cristiandad. La pertinaz escasez hace que se cuelen casos ‘anormales’ que suelen ser noticia por sus excentricidades, todos conocemos ejemplos. No son mala gente, pero lo que la naturaleza no da Salamanca no presta, nunca serán herejes, se requiere un mínimo de cabeza para articular una herejía, pero se nos descuelgan con originalidades que denotan el bajo nivel con el que se puede acceder a la ordenación sacerdotal.
Hoy tenemos el caso, que ha dado la vuelta al mundo, de Mattia Bernasconi, de la parroquia milanesa de San Luigi Gonzaga, que ha celebrado una misa sobre un colchón inflable, en el mar Jónico, en la costa de Crotone. Dadas las altas temperatura y la falta de zonas de sombra, el sacerdote y los niños, todos en traje de baño, decidieron celebrar en el mar Jónico. Un colchón hinchable hacía las veces de altar y la Santa Misa, aunque con comprensibles dificultades operativas, se oficiaba regularmente. Hay nota oficial de la diócesis de Crotone-Santa Severina donde reconoce «toda la belleza y la seriedad de la experiencia vivida por estos jóvenes, que han elegido nuestro territorio para realizar un campamento de voluntariado y cuestionarse sobre el tema de la legalidad», y subraya que «en algunos casos particulares, con motivo de retiros, campamentos escolares, en zonas de vacaciones también es posible celebrar misa fuera de la iglesia». Pero, “siempre hay que ponerse en contacto con los responsables eclesiales del lugar donde se está, para asesorar sobre la forma más adecuada de llevar a cabo una celebración eucarística de este tipo”. «Sobre todo es necesario mantener ese mínimo de decoro y atención a los símbolos exigidos por la naturaleza misma de las celebraciones litúrgicas»
El 19 de octubre se celebra la fiesta litúrgica de los mártires canadienses, que recuerda el martirio de 8 jesuitas, seis de ellos sacerdotes, a manos de los iroqueses en el sur de Canadá, entre 1642 y 1649. Fueron canonizados en 1930 por Pío XI, y ese mismo año el alemán Adolfo Heinen SJ recogía sus desventuras misioneras, viajes extenuantes, torturas y desvelos. «Manto Negro» es una película de 1991 ambientada en esa época y Sainte Marie Among The Hurons tiene un santuario que recuerda a los 8 mártires jesuitas. Ahorramos a los lectores los truculentos y sanguinarios martirios que encuentran en otras publicaciones hoy citadas. Terminamos con un homenaje a estos mártires recordando sus nombres, hoy no gusta recodarlos, nosotros nos sentimos orgullos de pertenecer al mismo ‘pueblo de Dios’, estos son sus mejores hijos.
René Goupil, hermano jesuita († 29 de septiembre de 1642), Isaac Jogues, sacerdote († 18 octubre 1646), Jean de La Lande, donado (laico) († 19 octubre 1646), Antoine Daniel, sacerdote († 4 de julio de 1648), Jean de Brébeuf, sacerdote, († 16 de marzo de 1649), Gabriel Lalemant, sacerdote († 17 de marzo de 1649), Charles Garnier, sacerdote († 7 de diciembre de 1649), Noël Chabanel, sacerdote († 8 de diciembre de 1649).
«El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido…»
Buena lectura.
Incredibile: il Parlamento europeo chiede al Vaticano di sostenere il cardinale Zen
Hace años leì la historia de Jean de Brebeuf y compañeros misioneros entre los indìgenas canadienses… No tenìa estòmago para leer las torturas a las que eran sometidos, y todo lo llevaban contentos por asemejarse a los sufrimientos de su maestro Jesucristo… La diferencia con los conceptos que hoy hacen que se los juzgue y condene por su accionar, es que ellos y aquèlla època estaban firmemente convencidos de que no habìa mejor regalo que el cristianismo para entregar a los pueblos, tal y como habìa pedido el Salvador: el Camino, la Verdad y la Vida. Hoy ya no existe esa fe, sòlo se piensa en la supervivencia en la tierra, en la ecologìa, en la salud del cuerpo… y se cree poco y nada en la vida eterna. Por ello, no se valora el tesoro que aquèllos hèroes llevaban a sus hermanos indìgenas, y por el que sufrìan los tormentos con alegrìa… Como ha dicho tan sabiamente el Papa Emèrito Benedicto, la crisis actual es una crisis de fe… Con una fe como un grano de mostaza, se puede mover el mundo…