Empezamos semana, el mes de junio enfila sus últimos días, las cosas de la guerra se enredan y cada día es más complicado saber qué está sucediendo realmente en medio de continuos espejismos. El Papa Francisco nos recomienda pisar la calle antes de informar, lo hacemos siempre que los sacros muros no nos lo impiden. Ayer domingo asistimos a la concentración por los cuarenta años de la desaparición de Emanuela Orlandi, empezó en el Castel Sant’Angelo y termió en la plaza de San Pedro, en el momento del ángelus, esperando, como así sucedió que el Papa Francisco tuviera unas palabras sobre el caso. Paco Pepe nos recuerda el vacío que reina en la plaza en los actos papales, es mucho peor de lo que pensamos, la fotografía que nos ofrece es del grupo de Emanuela, se ven perfectamente los carteles, que era el único que sumaba en la plaza. Lo triste es que muchos participantes abandonaron la manifestación al llegar a San Pedro, un hecho muy visible.
Todos los medios hacen referencia al hecho. Nunca, en cuatro décadas, el Vaticano y la familia Orlandi habían parecido tan cercanos, ni siquiera cuando Juan Pablo II se había expresado oficialmente, en el Ángelus del 3 de julio de 1983: «Quiero expresar mi más sentido pésame a la familia Orlandi familia, que sufre por su hija Emanuela, de 15 años, que no regresa a casa desde el miércoles 22 de junio». Ayer el Papa Francisco: «En estos días se cumplen 40 años de la desaparición de Emanuela Orlandi. Quisiera aprovechar esta circunstancia para expresar, una vez más, mi cercanía a la familia, en especial a la madre, y asegurar mis oraciones. Extiendo mi recuerdo a todas las familias que soportan el dolor de un ser querido que ha fallecido». Para su hermano: «Ha caído un tabú, rezar por ella es signo de esperanza. Ha llegado una señal positiva».
Seguimos con artículos sobre el Instrumentum Laboris: «es prolijo y la palabrería está hinchada de terminología sociológica y burocrática. Este es aparentemente el «estilo sinodal»». Carl E. Olson en Catholic World Report: «El documento de 27.000 palabras se divide en dos partes clave: una sección de descripciones densas y, a menudo, directivas repetitivas, y una sección de instrucciones directas. y a menudo preguntas sesgadas». «Primero, la buena noticia: si te gusta el adjetivo “sinodal”, te encantará leer sobre la “Iglesia sinodal” (116 veces), el “proceso sinodal” (33 veces), la “vida sinodal”, la “ experiencia sinodal», del «camino sinodal», de la «perspectiva sinodal», de la «dinámica sinodal», de la «orientación sinodal», del «estilo sinodal» , la “acción sinodal”, la “clave sinodal”, el “marco sinodal”, la “espiritualidad sinodal”.
Grech: «es un texto en el que no falta la voz de nadie» y que «no es un documento de la Santa Sede… sino de la Iglesia entera. No es un documento escrito en la mesa. Es un documento en el que todos son coautores, cada uno por el papel que está llamado a desempeñar en la Iglesia, en la docilidad al Espíritu”. «No habla de la enseñanza de la Iglesia, no es nuestra tarea y no es nuestra misión, sino que simplemente da la bienvenida a todos aquellos que quieren caminar con nosotros». Los «mandamientos» se mencionan una vez, las pocas menciones de «conversión» se refieren casi todas, en términos vagos, a la conversión institucional o «sinodal». El texto nunca menciona a madres, padres, hijos o familias humanas, hay un par de referencias bienvenidas a la «familia de Dios», hay dos referencias al «matrimonio poliamoroso». Parece que la nueva y vital Iglesia Sinodal está obsesionada por las preocupaciones de los viejos progresistas católicos de la década de 1970.
«Este documento, como casi todos los documentos sinodales de la última década, está atravesado por un fuerte presentismo: una constante insinuación de que el pasado tiene poco que ofrecernos». «Entonces, ¿adónde llevarán todos estos documentos? Los que sufrimos de saturación sinodal somos bastante curiosos. El tiempo dirá. Roma, en octubre de 2023, será un tiempo de encuentros y procesos notables, sin duda, ya que la búsqueda de claridad dentro de la Iglesia sinodal promete ser más bien… una experiencia sinodal».
Aldo María Valli, un héroe rozando el martirio, confiesa que ha leído la carta apostólica Sublimitas et miseria hominis del Papa Francisco. «En la carta ni siquiera hay una referencia a uno de los argumentos más conocidos de Pascal: aquel según el cual es mejor creer en Dios al menos por apuesta. El razonamiento es ciertamente ingenioso y propuesto, en su Pensier”, con lógica innegable y persuasiva: el hombre, como ser vivo y pensante, no puede sustraerse a la elección entre vivir como si Dios existiera o vivir como si Dios no existiera; “Dios existe o no existe. Pero, ¿hacia qué lado nos inclinaremos? La razón no puede establecer nada”; como la razón no puede decidir nada, es necesario apostar». «Así que apuesto a que existe, sin dudarlo”! Si lo que está en juego es Dios contra lo finito, la elección es necesariamente para Dios». “La apuesta de Pascal se presenta generalmente como un ejemplo edificante de profesión de fe. De hecho, nunca he visto nada más cínico. Quizá ni siquiera un ateo sería capaz de concebir algo más incrédulo que una apuesta por lo ‘mejor’, la inteligente apuesta por lo ‘más barato'». «El razonamiento de Pascal no se concilia con ciertas tesis modernistas según las cuales la misericordia del Padre ya haría salvos a todos los hombres, incluso independientemente de su deseo de ser salvados».
El mundo de las religiosas de clausura no encuentra la paz. En 2016 el Papa Francisco promulgó la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere, sobre la vida contemplativa femenina, le siguió, en 2018, la Instrucción de Aplicación Cor orans. Vultum Dei quaerere y Cor orans, son un duro ataque a la vida de clausura femenina. Autonomía y stabilitas son una combinación que, de hecho, puede dar considerables quebraderos de cabeza a quienes quieren uniformar y allanar la vida monástica, convirtiéndola en una experiencia eclesial ordinaria. Autonomía y stabilitas favorecen el crecimiento de relaciones muy profundas con Dios y con las hermanas, el establecimiento de una maternidad o paternidad espiritual que asusta al mundo líquido de hoy.
Marco Perfetti, de 26 años, del sitio Silerenonpossum.it, se está abriendo un hueco en el complicado mundo de los vaticanistas: “Nuestro trabajo está dirigido a hacer la verdad y contar realmente los problemas para mejorar la Iglesia y el Estado de la Ciudad del Vaticano”. Hoy tenemos entrevista, interesante, dejamos de lado los temas demasiado italianos: «Cada vez que leemos sobre el Vaticano o el Papa siempre hablamos de escándalos, primicias y poder. Pocos se dan cuenta de que más allá del Tíber viven personas que dedican su vida a las cosas en las que creen. (…) Nuestro trabajo está dirigido a hacer verdades y contar realmente los problemas para mejorar la Iglesia y el Estado de la Ciudad del Vaticano. Son muchos los laicos y sacerdotes que nos agradecen nuestro trabajo porque abordamos los temas de una manera diferente a la habitual».
«¿Es el Papa Francisco un verdadero progresista o un conservador disfrazado? El Papa es el Papa, me doy cuenta de que Francisco fue una elección bien considerada por el Colegio Cardenalicio. Se trataba de encontrar a una persona que revolucionara la forma de comunicar de la Iglesia. Sin embargo, no se había estimado que una vez pasado el entusiasmo inicial de los amantes de los grandes gestos, llegaría un momento de estancamiento. Nos encontramos ante un Papa que no conoce la Curia, la Iglesia italiana, pero la veía con los prejuicios que le transmitían en Argentina. A Francesco no le gusta mucho discutir y que le aconsejen, por eso choca con sus colaboradores. Bergoglio no tiene esas voluntades reformadoras que anuncian los medios. Basta pensar en el aborto o la homosexualidad: el Papa ha demostrado que no quiere ceder en su rígida formación jesuita»
«A propósito del cardenal Becciu no puedo dejar de detenerme en las anomalías procesales que han caracterizado este proceso desde el inicio. No se trata de considerar si es culpable o no: hay mucho más en juego. El Papa ha decidido anular las normas de procedimiento penal e instituir un régimen particular. Todas las garantías para los acusados han fracasado. Esto corre el riesgo de crear un sistema penal ad personam. Este proceso se está convirtiendo en un boomerang para Francesco. Además de esto, se desprende de la audiencia que el Cardenal siempre ha actuado de acuerdo con el Pontífice y el Secretario de Estado. ¿Entonces? ¿Dónde está el crimen?»
El Papa San Pío X, 1903 a 1914, es conocido por su batalla contra el modernismo. «El modernismo, en sus diversas formas, rechaza cualquier realismo filosófico, es decir, niega la posibilidad de conocer, en cierta medida, la esencia de la realidad y sus causas. En otras palabras, adquiere un carácter antirrealista y antimetafísico». «Gracias a la influencia del evolucionismo positivista francés y del historicismo idealista alemán, se sientan las bases para repensar los dogmas en un sentido imnetista/naturalista, para distinguir el «Cristo de la historia» del «Cristo de la fe»». Los «enemigos de la cruz de Cristo», escribe en «Pascendi» denuncia que reducen la fe a un acto emocional derivado de la intuición y de lo que se percibe, no admitiendo ninguna autoridad externa, desdibuja así la frontera con protestantismo liberal.
Con motivo del aniversario de la fundación de la masonería, la llamada moderna, vemos un buen número de artículos. Uno de hoy nos plantea: «¿Iglesia y masonería siguen siendo incompatibles?». En el código de derecho canónico de 1983, promulgado por San Juan Pablo II, por primera vez no se menciona la excomunión para los masones. Este hecho fue aclarado por Joseph Ratzinger, el 26 de noviembre de 1983: “permanece inalterable el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia y, por tanto, queda prohibida la pertenencia a ellas». Los fieles inscritos en las logias “se encuentran en estado de pecado grave y no pueden recibir la Sagrada Comunión”. En 1738, el Papa Clemente XII publicó la primera condena explícita de la masonería, previendo la excomunión para cualquiera que hubiera pertenecido a ella. A Finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo XX, la Conferencia Episcopal Alemana constituyó una comisión ad hoc para estudiar el tema: «Dado que el Francmasón rechaza toda creencia en dogmas, no admite ningún dogma ni siquiera en su Logia. Tal concepto de verdad no es compatible con el concepto católico de verdad, ya sea desde el punto de vista de la teología natural, o de la de la teología de la revelación».
«…la medida que uséis, la usarán con vosotros».
Buena lectura.
En ese inestable y peligroso equilibrio que mantiene el Papa Francisco, entre los «progresistas»y «consevadores», los que llama «rígidos», es que a los primeros los mira y trata con cariño.