El Papa Francisco parece que ayer se vacunó, lo cuenta un diario argentino, pero el Vaticano no ha confirmado ni desmentido oficialmente aunque fuentes vaticanas confirman la vacunación. Parece que Benedicto XVI también será vacunado en las próximas horas. En el segundo piso del Palacio Apostólico están todos sin mascarillas, los ‘prelados de antecámara’, los fotógrafos, o los secretarios. Este último viernes el Papa Francisco recibió a Raggi, Zingaretti y su respectivo personal: «Buenos días, Su Santidad los está esperando. Les advierto: el Papa no lleva máscara». Ahora, por lo menos, parece que ya está protegido por media vacuna. Poco congruente parece todo esto.
Al fin tenemos comunicado oficial sobre las misteriosas transferencias realizadas desde el Vaticano a Australia, no tiene desperdicio: «La Santa Sede reconoce los resultados de la verificación solicitada por ella, realizada conjuntamente por ASIF y AUSTRAC y la enorme discrepancia que reporta hoy un diario australiano, en relación con los datos previamente divulgados sobre las transacciones financieras realizadas por el Vaticano a Australia entre 2014 y 2020: 9,5 millones frente a 2,3 miles de millones de dólares australianos. La cifra es atribuible, entre otras cosas, a algunas obligaciones contractuales y la gestión ordinaria de sus recursos. En esta ocasión, la Santa Sede reitera su respeto por las instituciones del país y expresa satisfacción por la colaboración entre las entidades implicadas ”. El regulador financiero Austrac afirma haber exagerado las transferencias bancarias de la Ciudad del Vaticano a Australia en más de $ 2 mil millones de dólares australianos «. «Se cree que un error de codificación de la computadora está en el origen del cálculo incorrecto».
Todo suena a justificación sin justificar, con tantas transparencias prometidas y anunciadas, seguimos sin saber el porqué y para que de estas transferencias, un problema distinto es si son muchas, peor, o pocas, hoy ya sabemos que el Vaticano las reconoce y nos da una justificación que suena a cachondeo para: «algunas obligaciones contractuales» y para «la gestión ordinaria de los recursos». Más que aclarar, el misterio se profundiza con una comunicación opaca.
Si queremos añadir una extrañeza más, es inusual que un organismo gubernamental como el Austrac cometa errores, la cosa arrancó en octubre del año pasado con 700 mil dólares australianos. El 15 de diciembre, el cardenal Pell: “Eso es mucho dinero: 2 millones de dólares australianos, no solo los 700 mil dólares que reportó un periódico italiano, basado en las declaraciones hechas a los investigadores por Monseñor Perlasca. Las investigaciones deberán determinar si se han utilizado con fines ilegales. Por supuesto, es un poco anómalo. Normalmente el dinero sale de Australia y llega al Vaticano y no al revés». Que algo anda mal es lo menos que podemos decir.
En Blog de Aldo Maria Valli nos recoge un interesante artículo sobre la apostasía eucarística en curso en la Iglesia católica y analiza las recientes prohibiciones , amparadas en causas sanitarias, de la comunión en la boca dando preferencia a la mano, no es solo una cuestión externa y mecánica.
«Si quieres, puedes limpiarme».
Buena lectura.
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No cabe duda que debe existir una muy buena relación entre los amigos financistas y financieros y el papa, los famosos «guardianes» que vigilan que nadie se salga del guión, deben haber apretado algunos botones en Australia, y ahí tenemos la bajada de pantalones de la «autoridad» australiana. De ese modo pueden extender el manto del silencio y que no se hable más del tema para que no se ensucie la «buena fama» del pontifex maximus de la nueva religión ecologeta, multicultural, trashumanista le-g-betera, y ultraplatanaria.
El papa no lleva máscara, pero ¿careta?
No estaría de más que se publicara aquí también alguna noticia sobre la muerte del arzobispo de Glasgow que no es cualquier obispo o la del primer cardenal víctima de la covid, el brasileño Scheid. Creo que son noticias importantes relacionadas con la peste.