El Papa Francisco encerrado en Santa Marta, el Vaticano es estado de espera ¿por cuánto tiempo?, entrevista al médico del Gemelli, ¿seguirá o se hará a un lado?

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Solemnidad de la Anunciación, el Papa Francisco está en Santa Marta en su aislamiento obligado, todo lo vivido a lo largo de este mes y medio sigue vivo y en los sacros palacios todo el mundo es consciente de que hay que estar preparados para el hecho biológico. Ninguna visita, ni Parolin, todo en Santa Marta se vuelve misterioso y se siguen las órdenes de aislamiento aplicadas en el Gemelli. El Papa está en casa pero todos saben que no está recuperado, se encuentra en una situación muy delicada y en un ambiente mucho más peligroso que el Gemelli.  A los pocos minutos de su reaparición pública, una teoría tan absurda como viral comenzó a circular en redes sociales y medios de comunicación alternativos: «El Papa ha muerto y lo que vemos es un doble o un deepfake».

Mal empezamos y el Papa Francisco  «desobedeció» las recomendaciones de los médicos de observar un estricto reposo y no excederse en los encuentros, obligando a la escolta a desviarse a Santa Maria Maggiore antes de su regreso definitivo al Vaticano.  En Santa Marta, están sus dos secretarios, su enfermero de confianza Massimiliano Strappetti, su otro enfermero personal, Andrea Rinaldi, y las enfermeras especializadas del Gemelli por turnos como refuerzos; además del personal que en general se ocupa del cuidado de la domus. Santa Marta está abastecida con cilindros de oxígeno pero sin ningún equipamiento especial.  Es poco probable que el Papa pueda realizar la fisioterapia motora, además de la respiratoria, que necesita dentro de Santa Marta. Durante su estancia en Gemelli acumuló muchos líquidos. Se busca  un lugar adecuado donde pueda hacer algo de ejercicio sin que lo molesten demasiado.

La agenda de hoy está vacía, como cada martes. A partir del miércoles, sólo en teoría, se reanudarían las citas del calendario, pero para la audiencia general y el Ángelus del domingo vuelve a surgir la solución del texto escrito.  El Papa Francisco  no participará en el Jubileo de los Misioneros de la Misericordia del 28 al 30 de marzo, ni en el Jubileo de los Enfermos del 5 y 6 de abril. Queda abierta una luz de esperanza para un encuentro con el rey Carlos, quien estará de visita en Italia con su esposa Camila del 8 al 10 de abril que podrían tener un encuentro privado y protegido.  Es posible que se suspendan pronto los rosarios para la recuperación del Papa en San Pedro. Queda por ver hasta qué punto el Papa obedecerá a los médicos, tanto que la pregunta de los periodistas al respecto hizo sonreír al propio Secretario de Estado, Parolin. Se acerca la Pascua y la canonización de Carlo Acutis el 27 de abril.

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Parolin, hablando a los periodistas al margen de un congreso que se está desarrollando ayer por la tarde en el Augustinianum: «Estamos contentos de que el Papa haya regresado a casa. Ahora tendrá que convalecer, estar tranquilo y no dejarse perturbar».  Respecto a la audiencia del Papa a los soberanos ingleses, el cardenal Parolin respondió: «Espero que sí, que al menos pueda dirigirles un saludo». Parolin dijo que aún no se ha reunido con el Papa en este primer día de convalecencia en Casa Santa Marta: «Me reuniré con él una vez que se haya instalado un poco, creo que en los próximos días habrá una oportunidad de verlo brevemente». «No sé cómo se gestionará la situación, pero he oído que tendrá que intentar mantener la calma un tiempo, también porque imagino que el regreso de ayer de Gemelli —luego también fue a Santa Maria Maggiore— le ha creado algunas dificultades más».  «Es difícil prever cómo será el programa, creo que el trabajo de oficina continuará. Cuando haya necesidad de reunirse con el Papa, se le entrevistará o se le enviarán los expedientes para que los vea y decida sobre ellos. Solamente se someterán al Papa las cuestiones más importantes, que requieran una decisión por su parte, para no cansarlo demasiado. Luego, a medida que se recupere, volveremos a nuestro ritmo y horario habituales». «Por el momento no es concebible una reanudación inmediata de las audiencias y celebraciones públicas. Luego veremos: en función de su recuperación, los médicos juzgarán si es posible o no».

Interesante entrevista al doctor Alfieri que ha atendido al Papa Francisco en el Gemelli. La tarde del 28 de febrero, llevaba 14 días hospitalizado en el Gemelli y de repente su condición empeora, tiene broncoespasmo, falta de aire. Él pide ayuda». «Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según he podido entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos».  «Tuvimos que elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino».  «El Santo Padre siempre decide. Ha delegado todo tipo de decisiones sanitarias en Massimiliano Strappetti, su asistente médico personal que conoce perfectamente los deseos del Papa». El dijo: «Inténtalo todo, no te rindas. Eso es lo que todos pensábamos también. Y nadie se rindió.»

¿El Papa Francisco entendió que corría el riesgo de morir? «Sí, también porque estaba siempre alerta. Incluso cuando su condición empeoró, estaba completamente consciente. Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad y quería que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones». ¿Es por eso que los boletines eran tan detallados? «Comunicamos la parte médica a los secretarios y ellos añadieron las demás informaciones que luego el Papa aprobó, nunca se modificó ni se omitió nada. Tiene gente que ahora es como familia, siempre están con él”. «Durante días corrimos el riesgo de dañar los riñones y la médula ósea pero seguimos adelante, luego el organismo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró «.  «Estábamos saliendo del momento más duro, mientras el Papa Francisco comía tuvo una regurgitación y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos. «Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos».

«Hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos, en este caso todo el mundo empezó a orar. Puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro. Por supuesto, era un paciente muy cooperativo. Se sometió a todas las terapias sin quejarse jamás». » Estaba enfermo desde hacía días, llegó a Gemelli con mucho dolor, pero quizá también un poco molesto. Pero al cabo de unas horas recuperó el buen humor». «A menudo dice: “Todavía estoy vivo” y añade inmediatamente: “No te olvides de vivir y mantenerte de buen humor”. Tiene el cuerpo cansado, pero la mente es la de un hombre de cincuenta años. También lo demostró en la última semana de su hospitalización”.

«En cuanto empezó a sentirse mejor pidió dar una vuelta por la sala. Le preguntamos si quería que cerráramos las habitaciones de los pacientes pero en lugar de eso miró a su alrededor en busca de la mirada de los otros pacientes. Se desplazaba en silla de ruedas, un día salió de la habitación cinco veces, quizá más. Y luego llegó la noche de la pizza». «Le entregó el dinero a uno de los colaboradores y ofreció pizza a quienes lo habían ayudado ese día.  Una mañana me dijo: “Sigo vivo, ¿cuándo nos vamos a casa?”. Al día siguiente miró por la ventana, buscó el micrófono y se dirigió a la señora de las flores amarillas. Usted prescribe dos meses de convalecencia «protegida», ¿quiere decir que el peligro no ha pasado? «Ciertamente en esta etapa hay prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios. Cuando se fue conversamos y prometimos no desperdiciar el esfuerzo que habíamos realizado. Pero él es el Papa, no somos nosotros los que podemos dictar el comportamiento”.

Y la vuelta del Papa Francisco ha obligado a retomar algunas cosas que ya se daban por pasadas y de las que nadie quere hablar. La Curia ha estado paralizada en estos dos meses, y nos tememos que lo seguirá estando aunque no nos lo cuenten, esperando el desenlace que no puede estar lejano. Esa en la agenda la necesidad de rehacer el presupuesto después de que el Papa Francisco en diciembre rechazara las previsiones para 2025 que habrían disparado el déficit. Verán como se hace lo justo para cumplir sin meterse se problemas, el gasto alocado seguirá ya se sabe que sucede a rio revuelto, y revuelto está.

La Embajada de Israel ante la Santa Sede reacciona «en referencia al Ángelus» del Papa y publicó ayer, lunes 24 de marzo, una nota en respuesta.  «La operación israelí se lleva a cabo en pleno cumplimiento del derecho internacional y tiene como objetivo minimizar los daños a los civiles. Mientras Hamás ataca deliberadamente a civiles, Israel toma medidas extraordinarias para minimizar el daño a la población civil. Hamás ha violado repetidamente el alto el fuego y lo ha utilizado para reconstruir activamente su arsenal militar, reabasteciendo sus armas y restaurando sus bases de lanzamiento de cohetes, como lo demuestran los recientes ataques contra Israel. Y añade: «59 rehenes siguen retenidos en Gaza en condiciones inhumanas, sufriendo abusos físicos y psicológicos, según denuncian los rehenes liberados, en clara violación del derecho internacional. El Estado de Israel considera su deber moral y ético traerlos de vuelta a casa».

En el texto preparado para el Ángelus: «Pido que se silencien inmediatamente las armas; y tengamos el coraje de reanudar el diálogo, para que todos los rehenes sean liberados y se alcance un alto el fuego definitivo. En la Franja, la situación humanitaria vuelve a ser muy grave y requiere el compromiso urgente de las partes en conflicto y de la comunidad internacional, según el llamamiento del papa Francisco».  La ayuda humanitaria, según organizaciones y civiles, no ha llegado a la Franja durante meses, la embajada culpa a Hamás de «haber confiscado la mayor parte de esta ayuda para fortalecer su infraestructura terrorista». Actualmente, la ayuda humanitaria acumulada en los almacenes de Hamás se ha convertido en su principal fuente de ingresos, permitiendo a la organización terrorista reanudar el pago a sus miembros después de un largo período».

Giorgio Sesti, ex presidente de la Sociedad Italiana de Medicina Interna (Simi) y profesor de la disciplina en la Universidad La Sapienza de Roma. ¿En qué consiste la rehabilitación? «El Pontífice continuará con una rehabilitación motora clásica , ya que quienes han estado en cama durante mucho tiempo, sobre todo si son mayores, pierden rápidamente masa y tono muscular, por lo que incluso los movimientos más sencillos en las actividades cotidianas resultan cansados. Es necesario recuperar el tono muscular, retomar la posición sentada para trabajar , leer y comer. Y procurar que el paciente vuelva a ponerse de pie para que los músculos trabajen, aunque Su Santidad siguirá usando la silla de ruedas para desplazarse. En Santa Marta, «la rehabilitación respiratoria también continuará con ejercicios que ayudan a movilizar los músculos que normalmente no nos damos cuenta de que estamos usando y que se utilizan principalmente para respirar. Introducir aire en los pulmones,  es un proceso que implica una serie de contracciones musculares para ensanchar la caja torácica. Esta expansión permite que llegue más aire a los pulmones, necesario para oxigenar la sangre y los pulmones. Es muy importante porque permite un intercambio adecuado de oxígeno y evita el uso de oxigenoterapia. Si, por ejemplo, logra dejar de usar el soporte durante la noche, al quitarse la mascarilla, su sueño se verá menos perturbado, descansará mejor y su cuerpo se recuperará más rápidamente».

Los tiempos de recuperación del Papa Francisco, apoyado con tratamientos de rehabilitación en Santa Marta, «no son fáciles de prever». Dependerán «de la respuesta individual» a las terapias. Los médicos del Gemelli, «que tienen un cuadro más preciso y detallado», han prescrito dos meses de reposo y rehabilitación, «es previsible que en este periodo de tiempo» el Pontífice «pueda retomar una actividad normal y total». Obviamente, como ocurre con todos los pacientes de su edad, «habrá que tener paciencia. Seguramente no podrá celebrar los servicios de Pascua » .

Paglia responde a las preguntas de los periodistas durante la presentación de la Cumbre Vaticana sobre la Longevidad. “Ya hemos asistido a papados que han demostrado su diferente poder físico” y citó a Pío XII, León XIII, Juan XXIII, quien “ante una operación que podría haberle quitado la vida decidió no operarse y abrir el Concilio”, y Juan Pablo II, “que también tuvo no pocos problemas en estos últimos años”. “ Tras la muerte del papa Luciani, los cardenales del Cónclave posterior buscaron un cardenal de constitución robusta y eligieron a un vigoroso hombre de 58 años como Karol Wojtyla. Hay sabiduría en la Iglesia».

El Papa regresa a Santa Marta, pero la cuestión de su renuncia sigue agitando a la Curia. ¿Permanecerá al mando o se hará a un lado? Y, en caso de dimisión, ¿será un Papa emérito silencioso al estilo de Ratzinger o una voz todavía influyente y dominante? En los largos pasillos del Palacio Apostólico, entre los fríos mármoles y salas que guardan secretos centenarios, el tema de la renuncia del Papa Francisco ya no es sólo una hipótesis lejana.  La pregunta se cuela en las reuniones privadas de los cardenales más influyentes, en los silencios  de las habitaciones de Santa Marta, e incluso en los suspiros de las sacristías. «Francisco está lúcido, pero sabe que el tiempo es un enemigo implacable».  En los Sacros Palacios  la preocupación es palpable. A un Papa emérito se le trata con discreción, pero un Papa como Francisco no puede ser un observador silencioso. «El riesgo es que haya dos Papas que hablen, incluso sin querer, y esto podría crear confusión».  El Papa vuelve a Santa Marta, sí; pero la verdadera pregunta es ¿por cuánto tiempo?

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Buena lectura.

 

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Comentarios
2 comentarios en “El Papa Francisco encerrado en Santa Marta, el Vaticano es estado de espera ¿por cuánto tiempo?, entrevista al médico del Gemelli, ¿seguirá o se hará a un lado?
  1. Todo ese razonamiento muy bien; pero es Francisco, no es Benedicto XVI.
    Nuestro Señor permite intervenciones libres de los hombres.
    En el Juicio Final comprenderemos todo.
    Saludos.

  2. Realmente ha sido una situación escandalosa, pues hemos tenido tal y como se está observando en el detalle histórico de la convalecencia de Francisco, que la sede pontificia se encontraba en sede impedida relativa material, de facto (estuvo agonizando y moribundo), pero que no se ha hecho nada para formalizar esta situación, lo cual es un incumplimiento grave de las obligaciones de la sede pedrina que consiste en declarar que su ministerium activo de gobernar, enseñar y santificar está suspendido hasta su plena recuperación, por convalecencia de una grave enfermedad que le impide tomar decisiones de manera libre y consciente.

    Personalmente he estado ingresado en hospital por estas afecciones respiratorias, y no es posible tomar decisiones de manera libre, hábil, capaz y competente porque es un tipo de enfermedad que así lo impide.

    Y esto es mucho más impeditivo en el caso de un anciano de 88 años que tiene un pulmón y medio, tiene muchas enfermedades, y es ni más ni menos que el jefe de Gobierno y de Estado de la Ciudad del Vaticano, y jefe de la Iglesia a través de la Santa Sede.

    Estoy seguro que habrá tenido unas bajas concentraciones de oxígeno en sangre, lo cual implica una gran carga cardíaca, y sobre todo, la imposibilidad de tener plenas facultades mentales para tomar ningún tipo de decisión, eso lo sé por experiencia personal.

    Si has estado a punto de morir, la sede impedida debía de haberse declarado de manera formal y material, y no se ha formalizado de manera negligentemente, como mínimo, por lo que hemos estado ante una falsa sede plena.

    Es responsabilidad Pontificia de establecer una ley de sede impedida y aquí hay una laguna legal formal, y además se debía de haber declarado administrativamente una sede impedida relativa, y aquí nos encontramos con otra segunda laguna jurídica formal pero de tipo administrativo, ejecutivo, gubernamental.

    Francisco debe declarar la sede impedida relativa, y en mi opinión, debería de RENUNCIAR y ABDICAR inmediatamente y convocar el Cónclave, porque se encuentra desde un punto de vista laboral y de competencia y capacidad civil, mental y psíquica en una GRAN INVALIDEZ, o sea una incapacidad absoluta para gobernar la Iglesia y el Estado, es decir está en sede impedida prorsus impedita absoluta, equivalente a sede vacante, y los Cardenales deberían de declararlo así, si es que de motu proprio no lo hace Francisco.

    Francisco por tanto debería de seguir la senda de la renuncia y abdicación que realizó Benedicto XVI en el 2013, y de manera inmediata ya mismo.

    En esencia, cuando Benedicto XVI anunció su renuncia el 11 de febrero de 2013, expresó que su decisión se debía a una combinación de cansancio físico y mental, así como a la falta de fuerzas para continuar liderando la Iglesia en un mundo que enfrentaba desafíos complejos y cambiantes.

    En su declaración oficial, pronunciada en latín durante un consistorio, dijo:

    «Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. […] Para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.»

    Hizo hincapié en que, en el contexto de un mundo

    «sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe»,

    se requería una energía que él sentía que ya no poseía debido a su avanzada edad (tenía 85 años en ese momento).

    No mencionó explícitamente una enfermedad específica, sino un deterioro general de sus capacidades físicas y espirituales, lo que interpretó como una limitación para cumplir con las exigencias del papado.

    Razones oficiales de su renuncia:

    – Falta de fuerzas físicas y espirituales: Benedicto XVI destacó que el vigor necesario para liderar la Iglesia había disminuido en los últimos meses, lo que le impedía desempeñar adecuadamente su rol.

    – Edad avanzada: Reconoció que, a sus 85 años (Francisco tiene casi 89), su condición física ya no era compatible con las demandas del ministerio petrino.

    – Conciencia personal: Afirmó haber reflexionado profundamente ante Dios y llegó a esta decisión con plena libertad, consciente de la gravedad del acto, pero convencido de que era lo mejor para la Iglesia.

    – Exigencias del mundo moderno: Señaló que gobernar la Iglesia en una época de cambios rápidos y desafíos significativos requería una energía que él ya no podía ofrecer.

    Benedicto XVI no aludió a situaciones de crisis específicas ni a presiones externas en su declaración oficial, sino que centró su explicación en su estado personal de salud y capacidad.

    Benedicto XVI habló implícitamente de humildad y responsabilidad al reconocer sus limitaciones y tomar la decisión de renunciar por el bien de la Iglesia, en lugar de aferrarse al cargo pese a no poder cumplirlo plenamente.

    En su declaración del 11 de febrero de 2013, no usó las palabras «humildad» o «responsabilidad» de forma explícita, pero estas cualidades se desprenden de su razonamiento: al admitir que ya no tenía las fuerzas necesarias y ceder el ministerio petrino, mostró una actitud humilde y un sentido de deber hacia la Iglesia.

    Tras renunciar el 28 de febrero de 2013, se retiró a una vida de oración y reflexión.

    Inicialmente, pasó un breve período en la residencia de verano papal en Castel Gandolfo, y luego se trasladó al monasterio Mater Ecclesiae, dentro de los jardines del Vaticano. Allí, según sus propias palabras y las de sus colaboradores, se dedicó a una existencia tranquila, marcada por la oración, el estudio, la meditación y un descanso acorde a su edad y estado de salud.

    En su última audiencia pública como Papa, el 27 de febrero de 2013, dijo:

    «En este momento, no vuelvo simplemente a una vida privada. […] Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto. No abandono la cruz, sino que permanezco de una manera nueva junto al Señor crucificado. Pido que me recordéis ante Dios, y sobre todo que recéis por los cardenales, que tienen una tarea tan importante, y por el nuevo Sucesor de Pedro.»

    Así, dejó claro que su retiro sería una vida contemplativa, dedicada a la oración por la Iglesia, más que un descanso ocioso.

    Vivió discretamente en el Vaticano hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de 2022, acompañado por su secretario personal y un pequeño grupo de asistentes, manteniendo un perfil bajo pero enfocado en su compromiso espiritual.

    En conclusión:

    1. Francisco estaba en sede impedida material pero no formal por misión del deber de declararlo en justicia y equidad desde el día 14 de febrero del 2025, momento en que fue ingresado.

    2. Todo documento firmado desde el 14 de febrero del 2025 hasta el día de hoy puede ser impugnado porque el Papa se encuentra en sede impedida relativa material, con omisión negligente del deber declarar la sede impedida formal a través de documento oficial.

    3. En fecha de hoy Francisco no se encuentra presumiblemente con ningún tipo de competencia y capacidad, habilidad y actitud, mental, psíquica y física, para llevar la doble jefatura de Estado y de Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano (representación, gobierno, legislativo y judicial), ni tampoco la Jefatura de la Iglesia Católica en su vertiente sacramental, enseñanza y santificación.

    4. Con toda probabilidad debe de tener la situación jurídica de GRAN INVÁLIDO con plena incapacidad al 100% de sus facultades tanto laborales como civiles, además de tener un grado de GRAN DEPENDENCIA de terceras personas, sin desplazamiento personal, sin poder hacer las tareas cotidianas y necesitar de asistencia sanitaria en un 100%.

    Está en un inaceptable estado de vulnerabilidad, indefensión e incapacidad para seguir ejerciendo el ministerium del pontificado. Debería de renunciar al munus petrino y convocar un cónclave. No debería de aferrarse con orgullo en el poder. Debe de seguir la senda y estela de Benedicto XVI.

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