En tiempos no tan lejanos, un viaje papal era primera noticia en todo el mundo, hoy ya no lo es, ni por el hecho, ni por el contenido. El interés de los viajes del Papa Francisco se reduce a las sorpresas que nos pueda dar en la rueda de prensa de altura o un la reunión con sus hermanos jesuitas que nos ofrecerá la ‘civiltà’ de Spadaro. La situación internacional es delicada y vemos al Papa Francisco intentando oficiar de diplomático cuando no es, no le sale de natural, y, a fin de cuentas, las posiciones de cada uno están más que claras. Hoy vemos en los medios como se hace referencia a la consigna de no pronunciar el nombre de Putin en vano: «Algunos poderosos provocan y fomentan conflictos».
El Papa Francisco deja abierta la puerta a una posible visita relámpago a Ucrania: «¿Si existe la hipótesis de mi viaje a Kiev? Sí, está sobre la mesa». Fiel al voto, encontramos algunas referencias a Putin: “algunos poderosos, tristemente encerrados en anacrónicas pretensiones de intereses nacionalistas, provoca y fomenta conflictos». «La guerra se prepara desde hace tiempo con grandes inversiones y tratos de armas”, «triste ver cómo el entusiasmo por la paz, surgido tras la Segunda Guerra Mundial, se ha desvanecido en las últimas décadas, así como el camino de la comunidad internacional, con unos pocos poderosos que avanzan solos, en busca de espacios y áreas de influencia”. El Vaticano quiere evitar «bendecir una escalada militar, pero también verbal», y mira como objetivo «detener las armas y los combates”.
Marx, el cardenal, está con sus cambios en el Catecismo sobre la homosexualidad y la moralidad sexual. Por ahora, el Papa Francisco no se le ve muy propenso a revoluciones doctrinales. Con la situación actual parecía que el tema había sido archivado, pero la pandemia primero y la guerra después, no han disminuido las pretensiones de la Iglesia Teutónica: «El catecismo no está escrito en piedra. También se puede cuestionar lo que dice». Se supone que esta embestida va directa al Papa Francisco, pero en estos nueve años de pontificado, las cosas se han quedado en chascarrillos, parece de los ‘marx’ de turno piensan que ha llegado el momento de pasar a los hechos. Si nos quedamos con una doctrina fluida donde todo es modificable, nos hemos quedado sin nada, incluso a Marx lo creemos capaz de entender esto, aquí estamos ante una conveniencia política del momento que muy poco tiene que ver con la verdad revelada.
¿Dónde está Zanchetta? Parece que dondequiera que esté, el niño todopoderoso no está en prisión. Presuntamente, está «esperando un lugar» en la Unidad Penitenciaria 3 de Orán y fue alojado «temporalmente» en un cuartel del distrito de Taranto de la ciudad de la que era obispo, reformado para servir como comisaría. A casi un mes de la sentencia de la primera condena por abuso sexual a un obispo argentino, Zanchetta aún no ha ingresado en prisión. La Unidad Penitenciaria Nº3 de Orán informó que se había solicitado un lugar en la Unidad Penitenciaria 1 de Villa Las Rosas. La justicia aseguró que el alojamiento en la comisaría de Taranto es solo temporal. La prensa local señala que el amigo del Papa Francisco recibe un trato de privilegio. Zanchetta estaría alojado en una “celda”, que en la práctica es una oficina con baño, con mínima seguridad y todas las comodidades. Parece que el traslado a la prisión se produciría después del plazo para apelar la sentencia que vence el 5 de abril. Veremos si durante el vuelo de regreso de Malta, el Papa Francisco vuelve a permitir una pregunta sobre el “extraño caso Zanchetta”.
Mass of ages, la Misa de siempre, es un documental en episodios sobre la Misa tradicional. Es estadounidense y tiene un sesgo vivencial al que los europeos no estamos tan acostumbrados. Por boca de numerosos ‘conversos’ que relatan su propia experiencia con la Misa y el camino seguido por cada uno de ellos para acercarse a la Misa tradicional: un verdadero ‘introibo ad altare Dei’, todo con una gran calidad de las imágenes. El poder de la Misa es explosivo y solo el silencio puede acogerlo, no hay argumentos que hacer. Cada vez más frecuente encontrar personas fascinadas por el misterio y que perciben su poder y sublimidad.
Si las cosas no han cambiado mucho y no nos hemos enterado, los ‘Illuminati’ son una organización secreta conformada por una élite exclusiva que pretende dominar el mundo. Tienen como fin la obtención del conocimiento absoluto, oponiéndose al dominio religioso y son adoradores al diablo, difunden mensajes satánicos, y la sodomización y la tortura entra dentro de sus rituales. No parece algo de lo que estar muy orgulloso, pero hoy encontramos una entrevista al jefe de los ‘Illuminati’ en Italia, Giuliano di Bernardo, sobre la actual situación en Ucrania y sus consecuencias. «Hay algunos factores relevantes que deben ser investigados. En primer lugar, la actitud de China. Es razonable pensar que Putin, después de elaborar este proyecto, lo habló con Xi Jinping. El presidente chino ha evaluado las intenciones de Putin y las ha considerado correctas y ventajosas para su plan de conquista del mundo». «Biden está convencido, junto con todos los jefes de los países europeos, de la validez de las sanciones aplicadas a Rusia, porque ve en ellas el instrumento para golpear a los oligarcas y empobrecer al pueblo ruso que expulsaría al tirano por la reacción. Me pregunto cómo el hombre más poderoso de la Tierra puede realmente creer en semejante tontería». «El hombre más poderoso del mundo también debería ser el hombre más sabio del mundo. Se espera de él una actitud tranquila y tranquilizadora. Su vaticinio de una ampliación del conflicto ha despertado profunda preocupación». «‘Putin no puede gobernar Rusia’, es lo que declaró. Son muchos los que piensan que Biden no puede gobernar Estados Unidos». «La Conferencia de Jefes de Estado de hace unos días con la presencia de Biden fue la “feria de las vanidades”, donde todos compartieron con orgullo las sanciones propuestas contra Rusia». Afirma, se supone que con conocimiento de causa, que «la masonería está completamente ausente. Para entender las razones, me remito a mi reciente volumen “LA MASONERÍA. Esplendor y decadencia”».
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
Buena lectura.
Bergoglio: «algunos poderosos provocan conflictos»
Pues una guerra, como la actual guerra de Rusia contra Ucrania, puede ser un castigo de Dios, como está recogido en Fátima [1]:
— La guerra va a acabar (I Guerra Mundial 1914-18 y posguerra), pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor (II Guerra Mundial 1939-45 y posguerra)
— Dios va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre
— Si Rusia no se convierte [al catolicismo mediante la consagración a su Inmaculado Corazón], esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo [otras] guerras [como Vietnam y todas la guerrillas, golpes de Estado] y persecuciones a la Iglesia [en la Iglesia de la Europa del Este con represión y del Oeste con socialismo]. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas.
Por eso, la guerra Rusia-Ucrania puede verse como una permisi´`ón de Dios y como un instrumento de castigo por los pecados del mundo y de ambas naciones, aunque desde el punto de vista del ius ad bellum (justa causa, última ratio) Rusia no las lleve todas consigo.
Lo ratifica Isaías 10,5-19, donde Asiria es el instrumento del castigo de Dios contra Jerusalén y a su vez, Dios castigará a los asirios por su hybris, orgullo y soberbia:
Asiria contra Jerusalén como instrumento del castigo divino contra su idolatría:
¡Ay de Asiria! Él es el bastón de mi ira
y la vara de mi furor está en su mano.
Yo lo envío contra una nación impía,
lo mando contra un pueblo que provocó mi furor,
para saquear los despojos y arrebatar el botín,
y pisotearlo como al barro de las calles.
Dios contra Asiria a través de medos y babilonios, en el versículo 12:
— Cuando el Señor termine de realizar toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará al rey de Asiria por este fruto de su corazón arrogante y por la orgullosa altivez de su mirada.
También Jeremías 51,20, donde Babilonia es el instrumento del castigo de Dios a las Naciones, y en concreto, contra Israel:
— ¡Babilonia, tú eres mi mazo,
mi arma de guerra!
Contigo destrozo naciones
y destruyo reinos.
A su vez, los medos son el instrumento de Dios para castigar a Babilonia según Isaías 13,17:
—Voy a provocar a los medos contra Babilonia, ya que no estiman la plata ni se deleitan en el oro
…
[1] vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000626_message-fatima_sp.html