Maravillosa mañana romana, ni frío ni calor, por la tarde más calor, la plaza de San Pedro sigue con los preparativos para el consistorio, pocas noticias en los medios, los nuevos cardenales son en algunos casos desconocidos, otros muchos además irrelevantes, y no provocan el menor interés informativo. Basta ojear la hemeróteca para ver la avalancha de entrevistas locales y nacionales que suscitaba un consistorio en otros tiempos, hoy hemos entrado en la irrelevancia social e informativa. Tampoco vemos, mañana tendremos las imágenes de la plaza, grandes grupos de fieles acompañando a los neo cardenales, y no se esperan grandes masas en las visitas posteriores en palacio. Aquí estaremos para contarlo, lo que hoy vemos es que se va rodeando el obelisco de sillas vacías con la esperanza de verlas llenas, y poblando el sagrado de adornos florales, poco más.
Los medios están a rebosar, muchos artículos y muy largos, con el proceso Becciu y la petición de 138 millones de euros como indemnización por el daño de imagen que ha sufrido la Santa Sede con el escándalo del palacio de Londres. Nadie sabe a estas alturas como se saldrá de esta opereta que está mostrando ‘orbi et orbi’ el desastre en el que se mueve al Vaticano y todo lo que rodea su justicia. El IOR, el banco, también ha solicitado la devolución de los fondos presuntamente robados y que la parte civil cifra en unos 206 millones de euros, junto con la petición de casi un millón de euros por daño moral y reputacional al Instituto. Lo defiende Paola Severino , ex ministra de Justicia del gobierno Monti y ahora abogada civil de la Secretaría de Estado y del APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Los hechos ilustrados por Severino «son hechos graves» de una cifra desorbitada, «todas las letras del alfabeto no alcanzan para enumerarlos», y pidió al Tribunal que condene solidariamente a los acusados al pago de un daño reputacional y de imagen cuantificado en 177 y 818 millones de euros, el máximo identificado por una consultora, dado que en 130 países de todo el mundo el escándalo generó 50 mil artículos entre octubre de 2019 y abril de 2023.
La cifra se calculó basándose en una evaluación realizada por expertos que cuantificaron así el daño a la imagen de la empresa . La Santa Sede pretende exigir responsabilidades a los acusados en el juicio iniciado en julio de 2021 basándose en el hecho de que la Secretaría de Estado sería «víctima de la conducta sin escrúpulos de quienes despilfarraron millones en operaciones arriesgadas y confiadas a consultores que tenían sólo sus intereses en mente». El nombre más famoso es sin duda el del cardenal Giovanni Angelo Becciu, poderoso sustituto y prefecto de Santos. Destituido por el Papa Francisco en persona en una dramática audiencia el 24 de septiembre de 2020 en la que le dijo que ya no tenía confianza en él, perdió los derechos del cardenalato, aunque permaneció en el sacro colegio.
El pasado mes de julio el promotor de justicia vaticano, Alessandro Diddi, hizo sus peticiones de condena para los diez acusados: para Becciu, el primer cardenal de la historia en ir a juicio en el Estado del Papa, se pedían 7 años y 3 meses de prisión, así como inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos y multa de 10.329 euros, además de la indemnización millonaria por presuntos daños a la imagen de la Santa Sede. La respuesta de los defensores del cardenal Becciu no tardó en llegar: «Las solicitudes de indemnización por daños y perjuicios presentadas por las partes civiles y, entre ellas, por la Secretaría de Estado, se corresponden con el papel que suelen desempeñar en los procesos. Pero el cardenal Becciu no ha cometido algún delito y, en consecuencia, no ha causado daño alguno». «Confiamos en la tercera e imparcial sentencia del tribunal». Defienden que «ni siquiera un día sería un castigo justo. Sólo el reconocimiento de la inocencia absoluta y la absolución total».
Los fieles no acuden a los actos del Papa Francisco y al Papa Francisco no le gusta estar con sus curas diocesanos de Roma. Ayer, el Papa Francisco se dirigió a la parroquia de Santa María della Salute, en el barrio de Primavalle, invitado por Baldassare, Vicegerente de la diócesis de Roma y obispo auxiliar del sector occidental , a reunirse con los prefectos de su sector y los párrocos de la XXXIV Prefectura. La escenografía cuidada, en el interior del Teatro Miguel Ángel, vacio de sillas y presidido por una cruz. Los sacerdotes de la diócesis de Roma presentes no tuvieron ningún miedo de decirle al Papa que se sienten acusados por él y siempre reprendidos. No faltaron críticas sobre la reforma del Vicariato y tienen la impresión de que dirige la diócesis de Roma con un método más empresarial que pastoral. Dejaron muy claro que la elección de Michele Di Tolvecomo como rector de su seminario era inapropiada. Están dolidos por el mensaje del Papa Francisco que no encuentra en toda su diócesis un sacerdote capaz de formar a los futuros sacerdotes de Roma. El Papa Francisco tiene la intención de reunirse también con los demás sectores, evitando una reunión con todos los sacerdotes de su diócesis.
Hace años que el Papa no se reune todos juntos con los sacerdotes romanos. Aunque sigue diciendo que es «obispo de Roma» y firma documentos de San Juan de Letrán, parece tener miedo de encontrarse cara a cara con sus sacerdotes. Una situación similar se vivió en el seno de la Compañía de Jesús donde había dividido completamente la provincia argentina. “Pro Bergoglio” y “Contra Bergoglio” y por este motivo fue enviado a Alemania. Utiliza el mismo método ahora en el Vaticano, sólo se encuentra con aquellos que están dispuestos a estar de acuerdo con él y alabarlo. Parece que Baldassare le aseguró que serían pocos los sacerdotes y que no le darían problemas, la cosa no fue del todo así.
Unos meses después de la publicación de una desastrosa constitución apostólica que revolucionó la Iglesia de Roma, el Papa Francisco decidió enviar al cardenal Gianfranco Ghirlanda para hablar con sus sacerdotes. No quería ir porque sabía muy bien que el clero de Roma literalmente se lo comería. La actitud utilizada en Roma es la misma que se utiliza con la Iglesia Universal. Quien no se ajusta a sus deseos se define como rígido, escalador, clerical. El tiempo pasa y el papa Francisco no parece darse cuenta de que son los viejos en este mundo los que tienen sus ideas que siguen luchando por una Iglesia que no existe y nunca existirá. Mientras que el Papa ha comenzado a unir las diócesis suburbanas en Roma se procede en la dirección opuesta. Cada sector se está convirtiendo en una diócesis en sí mismo y el papel del cardenal vicario se ha vuelto absolutamente inútil. En este gran caos los sacerdotes ya no saben cómo moverse y nadie les preguntó nada antes de poner sus manos en la Constitución que regula su diócesis.
Y seguimos con noticias de Ricard. El pasado mes de noviembre, el cardenal Pierre Ricard confirmó, en una carta a todos los obispos franceses, que hace treinta y cinco años había abusado de una niña. Dijo que se había «comportado de manera reprobable con una niña de 14 años» cuando era párroco en su diócesis de Marsella. Es un tema claramente prescrito, no es posible un juicio a estas alturas, hablar ahora de condena suena a chiste y la propia condena es un chiste. Simplemente, se le prohibe lo que no hace y se le deja hacer con libertad lo que hace. Se le prohibe: «todo ministerio público y esto de forma permanente, excepto en la diócesis en la que reside», en donde todo sigue igual, increíble, pero cierto. El verdadero escándalo es que el sufrido pueblo de Dios tenga que soportar durante decenios a obispos impresentables, aceptarlos como elección divina, deberles obediencia y respeto, bien alimentados hasta una tranquila muerte natural y aquí no pasa nada. Llegará otro cónclave y Ricard entrará de rojo y votará y podrá ser elegido, y quizás no sea la peor opción, por lo menos, en este caso sabemos de qué pie cojea. Tiene 79 años, hasta el 25 de septiembre de 2024 seguirá teniendo derecho a participar en un posible cónclave. El purpurado se adorna y dice que «he decidido dejar de guardar silencio sobre mi situación y ponerme a disposición de la justicia, tanto para la sociedad como para la Iglesia», porque «lo primero es el sufrimiento experimentado por las víctimas» . Asegura que «le explicó» a la persona de la que había abusado y «le pidió perdón».
¿Cuáles son estas minorías marginadas?«Entre quienes piden un diálogo más incisivo y un espacio más acogedor encontramos también a quienes, por diversos motivos, se sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y las propias relaciones afectivas, como por ejemplo: personas divorciadas que se han vuelto a casar, padres solteros, personas que viven en un matrimonio polígamo, personas LGBTQ, etc.» La mayoría en el Sínodo, como ocurre a menudo en otros contextos seculares, está impulsada por un pequeño grupo de personas que dan una cierta orientación a las opciones de la mayoría. Se llama oligocracia o tecnocracia, la tecnooligocracia es la verdadera cara del Sínodo, la mayoría es sólo su máscara.
La dinámica que entrelazará los trabajos del Sínodo será la siguiente: unos pocos hombres ideológicos orientarán el consenso de la mayoría para protegerse de las críticas al autoritarismo. Esta minoría altamente cualificada hará suyas las demandas de minorías sociales de carácter heterodoxo. Mediante un proceso dialéctico, todo se mantendrá, desde el matrimonio más tradicional a las uniones homosexuales, desde el celibato a la falta del mismo, desde las mujeres ordenadas a las no ordenadas, y así todo desaparecerá en el caos. Estos dos años servirán para iniciar procesos dialécticos, para que estos y otros objetivos menos confesables, puedan convertirse en una realidad abrazada por la Iglesia del futuro.
Ha finalizado la sesión de otoño de la Permanente de los obispos italianos bajo la dirección de Zuppi. Entre los temas más importantes estuvo la Ratio fundamentalis Institutionis sacerdotalis. Los obispos italianos siguen hablando a través de documentos poco prácticos y, sobre todo, no hay una visión común sobre la formación sacerdotal . Una de las intenciones del Papa Francisco ha sido precisamente esta en los últimos diez años. «Dentro de los documentos sobre la formación sacerdotal quizás deberíamos centrarnos en cuestiones mucho más prácticas , pensar por ejemplo en la capacidad del joven en formación para reconocer sus propios sentimientos, saber expresarlos y por tanto también gobernar». El Papa ha revolucionado completamente el episcopado italiano y lo ha «gestionado» según esa frase latina «divide y vencerás». En esta sesión se presentó, elaborado nos e sabe por quien, un proyecto destinado a reformar las Oficinas y Servicios de la CEI «, «según el principio de sinodalidad, carácter misionero y diaconía», «en la línea de lo que sucedió en la Curia Romana y en el Vicariato de Roma».
Los ‘sanegidios’ tienen una muy merecida dama de saber hacer caja. Alemania, además de financiar a la ONG alemana SoS Humanity, que tiene un barco en el Mediterráneo, uno de esos en los que los emigrantes ilegales completan su viaje hacia las costas italianas, también financia un proyecto de la Comunidad de Sant’ Egidio «para la integración de los inmigrantes que han llegado regularmente a Italia, inmigrantes regulares y personas que han solicitado protección internacional». Se necesitan dos años para completar un proceso de integración y cuentan con 420 mil euros del gobierno alemán.
«Has de ver cosas mayores».
Buena lectura.