Caminamos hacia la fiesta de la Inmaculada y esto no para. En nuestra selección de noticias intentemos no ser repetitivos dejando a un lado los medios que llegan con retraso a la noticia y que no aportan novedades interesantes. Hay noticias que no acompañan en el tiempo y que pueden resultar repetitivas, intentemos citarlas si aportan alguna novedad al caso o suponen una acertada visión de conjunto.
Hoy volvemos al informe de abusos en Francia con un artículo que se centra en el ‘meaculpismo’ de los obispos franceses. El informe en más que discutible en sus aspectos técnicos que llevan a conclusiones absurdas. Las culpabilidades son personales y no se pueden en una especie de pecado colectivo. A los abusadores hay que juzgarlos y se demuestra el delito, de eso hablamos, recibir la justa y muy merecida condena. Personas con estas asquerosas y delictivas aficiones no pueden tener cabida en un cuerpo sacerdotal, pero es evidente que no podemos caer en demonizaciones de clase a las que estamos llegando.
Los obispos de Francia montaron un extraño espectáculo en Lourdes el mes pasado cuyas consecuencias serán la pérdida de dignidad y credibilidad que penalizará aún más de lo que ya está la misión de la Iglesia. Pudo haber negligencia en el pasado y los obispos descuidaron investigar y hacer huelga administrativa o anular las competencias de sus tribunales eclesiásticos. Los obispos franceses, tras los de Alemania y otros países, se lanzaron a una carrera meaculpista con «comisiones independientes’ centradas en los casos juzgados en materia de pedofilia en los casos que son considerados por la justicia civil como delitos, dejando al margen todo lo demás. El resultado es que en muchos casos la justicia civil ha responsabilizado a las diócesis, condenándolas a pagar indemnizaciones en una especie de castigo colectivo que el mundo inflige a la Iglesia que debe pagar es porque es culpable.
De aquí se pasa a la petición de «reconocer la responsabilidad sistemática de la Iglesia» y examinar «los factores que contribuyeron a su colapso institucional». Se llega a demonizar «las desviaciones, distorsiones y perversiones a las que han dado lugar a la doctrina y las enseñanzas de la Iglesia católica, susceptibles de haber favorecido el inicio de la violencia sexual». La conclusión es que caemos en un difuso culpable que es el «clericalismo» como resultado de «la sacralización excesiva de la persona del sacerdote» y «la sobreestimación del celibato y los carismas de los sacerdotes». Se demoniza la ciertos textos de la Tradición, como el Catecismo de la Iglesia Católica, pueden haber apoyado «lamentablemente» una «visión excesivamente tabú de la sexualidad». Entramos en el espino campo de la ‘reforma’ verdadera o falsa de la Iglesia y es posible que estemos ante una autodenominada reforma que si es pecaminosa.
Nos acompañan casi a diario las noticias del ‘simulacro’, porque de eso hablamos, de juicio en el Vaticano, después de cuatro audiencias con una sucesión de fuegos artificiales. Volvemos a la circulación ilegal de documentos judiciales, la venta de materiales para enturbiar las aguas y producir distorsiones de la realidad. El juicio del Vaticano es el monumento a la manipulación de la información provocando un juicio público muy alejado del supuesto servicio social a la verdad. La prohibición de publicación es un delito y dura hasta que se lea en la audiencia. La sanción es una multa, sin embargo al ser un delito cometido en el extranjero, en Italia, ni siquiera es punible por parte del Promotor del Vaticano.
Ya hemos tratado de las peculiaridades de Tonino, y su promulgación de virtudes heroicas. Pronto podría ser elevado a los honores de los altares, como probablemente lo será Helder Camara, el general de la Compañía de Jesús Pedro Arrupe y otras figuras de la «Iglesia de la disidencia». Don Tonino es el «obispo de los pobres» , la imagen de la «Iglesia del delantal», de la «Iglesia en salida», con un halo de santidad, más secular que cristiano. El mismo admitió que no amaba la fe tradicional, agradeció al Concilio porque había ayudado a derrocar «los ídolos del pasado», habló de Nuestra Señora como una suerte de icono feminista: » Queremos que María se sienta así, en casa, mientras habla nuestro dialecto, inmersa en las noticias del pueblo, vestida con la ropa de nuestra casa, que se gana el pan como los demás, que aparca el coche junto a nuestro «.
Artículo interesante sobre la esquizofrenia que se apodera del mundo moderno, con respecto a la sexualidad, la real y la virtual. La Iglesia Católica siempre ha sido acusada de sexofóbica y enemiga jurada del sexo libre y, digamos, recreativo. La iglesia hoy se ha puesto de perfil y , sin negar los principios, ha dejado de insistir en el cumplimiento. Lo curioso es que la sociedad actual demuestra ser presa de una cultura verdadera y profundamente sexual fóbica una especie de esquizofrenia. Se criminaliza como nunca a los hombres que pretenden el «cortejo» y junto a esto un sexo exhibido como entretenimiento, estamos en la cultura sexual de «mirar pero no hacer».
Circulan con gran éxito por la red las imágenes de un anciano sacerdote ortodoxo gritando «Papa, eres un hereje» en griego con las que fue recibido el Papa Francisco en el Arzobispo Ortodoxo de Atenas. Todo el trabajo por conseguir ser reconocido como ‘leader’ mundial religioso que está realizando el Papa Francisco se viene abajo precisamente por los que en teoría están más cercanos. Las tácticas políticas no tienen un fácil encaje en el mundo religioso. No se conseguirá mucho con los no cristianos y todo quedará en abrazos y fraternidades sin contenido alguno. Entre los de casa, los que tiene fe, y mucho más los hermanos separados, podemos estar ante el final de ecumenismo. Si todos vale, si todo es igual , qué sentido tiene buscar la unidad, y para qué y en torno a qué. Como en lo anterior, se criminaliza el ‘cortejo’ y nos quedamos en un ‘ver sin hacer’, el culmen de la imbecilidad, de la esterilidad y de la inutilidad.
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?»
Buena lectura.
Nunca, ni en mi primera y lejana ya juventud, le vi color a eso del ecumenismo. Y los hechos me han dado la razón, las posiciones no se han movido ni un milímetro.
“ Se demoniza la ciertos textos de la Tradición, como el Catecismo de la Iglesia Católica, pueden haber apoyado «lamentablemente» una «visión excesivamente tabú de la sexualidad». ”Negándose a condenar tajantemente los errores garrafales del pasado, no se va a ningún sitio. Los llamados Padres de la Iglesia, cayeron de hoz y coz en las demenciales doctrinas de la filosofía griega y dijeron auténticas barbaridades acerca del sexo y, lo que es aún peor, de la mujer. Eso ha hecho un daño inmenso a la Iglesia y al Cristianismo y ha alejado de ellos a buena parte de la Humanidad.
«El informe en más que discutible en sus aspectos técnicos que llevan a conclusiones absurdas.»
La rápida asunción de un informe erróneo que afirma falsamente 330.000 abusos cuando la posible realidad este al entorno del 1%, junto con la rápida realización de la extraña celebración de rito expiatorio-inmolatorio el Lurdes por los obispos franceses «cuyas consecuencias serán la pérdida de dignidad y credibilidad que penalizará aún más de lo que ya está la misión de la Iglesia», hacen malpensar que no importa para nada a Bergoglio la verdad, como es la verdad del número real de abusos y la verdad de la personalización de la culpa en un juicio con garantías (que señala culpable y desarrollo de la culpa), sino a la consecución de un objetivo ideológico: demonizar «las desviaciones, distorsiones y perversiones a las que han dado lugar a la doctrina y las enseñanzas de la Iglesia católica, susceptibles de haber favorecido el inicio de la violencia sexual» para realizar el Gran Cambio protestante de la moral católica: pasar de los actos morales intrínsece malum per se semper et pro semper in omnibus locis (Veritatis splendor), hacia los actos morales bonum imperfectum et incompletum del luteranismo, donde el adulterio o la homosexualidad son virtudes si tienen incorporado algún elemento positivo, como el amor, el respeto, el cuidado mutuo.
Esto ya se ve en la herética Amoris laetitia, donde se aprueba la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes, junto con el rescripto de 5 de junio del 2017 que lo eleva a magisterio auténtico. E incluso en el acto idolátrico de la celebración de la Pachamama en los jardines del Vaticano por octubre del 2019, que en Querida Amazonia reconoce la espiritualidad chamánica.. O el la misma Traditionis custodes, tendente a prohibir la liturgia clásica y tradicional asociada a la recta doctrina de fe, moral y eclesiologia católicas. O la misma falsa venerabikizacion del cura Tonino.
Todo indica que nos encontramos ante una segunda y última ola-tsunami procedente del rupturismo del postconcilio de 1968, pero que va a fracasar irremisiblemente: no tiene a Jesús, y como cosa humano-demoníaca va a ser derrotada, será irrelevante, y conducirá a la infelicidad a todos sus promotores.