Solemnidad de la Inmaculada, la Purísima, como la llamaban nuestros mayores, que en el mundo hispano se celebra con especial devoción. Es patrona de España, pero lo es también de los Estados Unidos y de tantos otros países e instituciones. Un día para recordar a nuestras madres a las que tanto debemos. La tentación de tomarnos el día ‘libre’ es mucha, Roma se va llenando de actos navideños de buen nivel que nos pueden distraer. Al acercarnos a la información diaria nos damos cuenta de que el mundo no se para y nos obliga a no pararnos. Vamos con otro día, de la Inmaculada, sí, pero lleno de noticias interesantes.
Siete meses después de su elección seguimos sin tener una idea clara de hacia donde va el pontificado, pero se empiezan a ver los andares. La tensión sigue en los continuistas con el Papa Francisco y los que esperan un cambio radical. El Papa León es plenamente consciente de la situación y esto explica su cautela, tanto al confirmar los cambios de Francisco como al frenarlos. Tres fueron los principales puntos de ataque de los conservadores en vísperas del cónclave de mayo pasado: la cuestión homosexual, el papel de la mujer y la relación con el islam. León XIV dejó claro que no se modificará una importante innovación deseada por Francisco: la llamada bendición de las parejas del mismo sexo . La norma actual exige una bendición que no parece ritualizada como el sacramento del matrimonio, pero que, sin embargo, reconoce la existencia de una pareja homosexual comprometida con un camino compartido. La polémica bendición parece que se mantendrá, y es previsible que cada episcopado la regule en los próximos años. El enfoque sobre la » cuestión de las mujeres» es diferente . León seguirá colocando a mujeres en puestos destacados en la Curia Vaticana, pero nada de diaconisas: «Por el momento, no tengo intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia al respecto».
Los rumores sobre un documento, no sabemos de qué nivel, que cierre la guerra litúrgica parecen cercanos y todo apunta a que se pretende crear un marco más amplio y no centrarse solamente en la llamada misa tradicional. Todos recordamos la intervención del Papa León sobre la riqueza de los ritos, y por aquí parece que apuntan las cosas. Los amigos del camino neocatecumal pueden ser unos de los perjudicados y todo apunta a que se retomará lo previsto por Benedicto XIV y aparcado por el Papa Francisco. No se entenderían tantas libertades para algunos y tan pocas para los demás. Los últimos encuentros adelantados de responsables del Camino y con la obligación total de secreto apuntan en esta dirección.
Otro tema no menor es la dichosa sinodalidad, que es un caballo de Troya para socavar la autoridad jerárquica. Se presenta como un remedio para un impasse, pero el impasse que identifica es simplemente la negativa de la Iglesia a redefinir sus enseñanzas según criterios modernos. El peligro es obvio: la sinodalidad se convierte en una herramienta para sustituir la claridad doctrinal por una consulta incesante, donde la Iglesia escucha y escucha hasta llegar finalmente a las conclusiones que sus críticos deseaban desde el principio. En la concepción católica tradicional, toda esperanza fluye de Cristo, y toda profecía procede de la revelación divina, no de la naturaleza. Pero, ¿qué sabemos nosotros, los católicos tradicionales, retrógrados, rígidos, «heréticos» y «cismáticos»? La Iglesia ha sobrevivido a todo imperio, ideología y revolución; sin duda sobrevivirá a las dudas de moda que presentan los auténticos herejes contemporáneos nuestros. Lo que no puede perdurar es la iglesia vacía, insegura y desacralizada; una iglesia sin claridad, sin autoridad y sin el Cristo triunfante que resucitó no como un «individuo fracasado», sino como Señor y Rey.
Muchos artículos sobre el éxito del concierto de Navidad en el Vaticano con la presencia de Michael Bublé. Muy de agradecer el que un artista no tenga miedo a confesar su fe. El artista reveló que el propio Santo Padre le pidió que cantara el Ave María de Schubert para la ocasión: «La he cantado solo una vez en mi vida, hace más de diez años, en un estudio de grabación, cuando grabé el álbum de Navidad en 2011 : estoy un poco nervioso, pero no quiero decepcionarlo. Hay tanta alegría por vivir». Se reunió con León XIV antes del concierto , junto con su esposa y sus padres , nacidos en Italia . Fue una gran emoción para él: «Mi madre fue mi catequista. Y la fe, en mi vida, siempre ha sido fuerte. Incluso en los problemas de salud que han afectado a miembros de mi familia. Cuando hablo con la gente y les revelo mi enorme fe, me miran con asombro, porque hoy en día es raro oír a alguien admitir tener fe». Relató la difícil experiencia de su familia cuando, en 2016, a su primogénito, Noah (que entonces tenía 3 años), le diagnosticaron un tumor hepático poco común. Tras una intensa batalla y tratamiento, la familia anunció la recuperación total de Noah en marzo de 2017: «Hoy tiene 10 años y, gracias a Dios, está bien. Es un niño fuerte: la forma en que luchó contra la enfermedad fue conmovedora. Le encanta la música . Al igual que su hermano pequeño Elias y sus hermanas pequeñas, Vida Amber Betty y Cielo Yoli Rose. No sé si seguirán mis pasos, pero me alegra que Dios les haya bendecido con el amor por la música». La fe jugó un papel fundamental para ayudarlos a él y a su esposa, Luisana Lopilato, a sobrellevar ese momento traumático. La experiencia de la enfermedad de su hijo cambió profundamente su perspectiva de la vida, enseñándole a vivir con más intensidad y gratitud.
Al convertirse en Papa, León XIV explicó que eligió su nombre en honor a León XIII, quien en 1891 publicó la Rerum Novarum; ahora la Iglesia debe «responder a otra revolución industrial y a los avances en inteligencia artificial, que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo». En junio, pronunció un mensaje en la Segunda Conferencia Anual sobre Inteligencia Artificial, Ética y Gobierno Corporativo, señalando que la IA plantea «preguntas preocupantes sobre sus posibles repercusiones en la apertura de la humanidad a la verdad y la belleza, y en nuestra capacidad única para comprender y procesar la realidad». El pasado mes de noviembre, el Papa recibió en el Vaticano a una delegación de celebridades del cine y también habló en esa ocasión sobre el papel cada vez más crucial de los algoritmos en nuestras vidas: «La lógica de los algoritmos tiende a repetir lo que ‘funciona’, pero el arte se abre a lo que es posible».
Este tipo de declaraciones ha llamado la atención de algunas figuras del sector tecnológico estadounidense, que invierte más que ningún otro en inteligencia artificial. En parte debido a los enormes intereses y capital en juego, muchas de estas empresas se oponen radicalmente a cualquier intento de regular el sector, tanto que el pasado mayo intentaron que el Congreso estadounidense aprobara una moratoria que habría prohibido toda regulación de la IA. El creciente malestar de un segmento de Silicon Valley hacia algunas declaraciones del Papa se hizo evidente en noviembre pasado, cuando, en su perfil X , León XIV invitó a «todos los constructores de IA a cultivar el discernimiento moral como parte fundamental de su trabajo; a desarrollar sistemas que reflejen justicia, solidaridad y un genuino respeto por la vida».
En una contundente entrevista con el Dr. Thomas Ward, presidente de la Academia Juan Pablo II para la Vida Humana y la Familia (JAHLF), la reconocida socióloga y autora católica alemana Gabriele Kuby denunció el reciente documento de la Conferencia Episcopal Alemana que respalda la «diversidad de identidades sexuales» en las escuelas católicas. Kuby calificó el documento como la manifestación más reciente y alarmante de la rebelión que la jerarquía alemana ha mantenido durante décadas contra la enseñanza de la Iglesia sobre la moral sexual. El documento, titulado «Creados, Redimidos y Amados: Visibilidad y Reconocimiento de la Diversidad de Identidades Sexuales en la Escuela», fue publicado el 30 de octubre de 2025 por la Conferencia Episcopal Alemana, presidida por Bätsing. Declara que «la diversidad de identidades sexuales es un hecho» e instruye a las escuelas católicas a aceptar la autoidentificación del alumnado como lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer, intersexuales o no binarios, y a utilizar un lenguaje afirmativo. Solo tres obispos alemanes —Stefan Oster de Passau, Rudolf Voderholzer de Ratisbona y el cardenal Rainer Maria Woelki de Colonia— se opusieron públicamente a este texto herético. El Vaticano, que ha condenado repetidamente la ideología de género como un ataque a las diferencias divinas entre hombres y mujeres, así como al fundamento antropológico de la familia, no ha tomado medidas disciplinarias contra el episcopado alemán.
Kuby: “Los obispos prometieron en su ordenación proteger la fe, edificar la Iglesia, seguir a Pedro y guiar a las almas a la salvación, en cambio, están derribando a la Iglesia y obligando a las escuelas católicas a adoptar la agenda LGBTQ y la ideología de género”. Los cuatro «Textos de Acción» clave del Camino Sinodal exigen explícitamente lo siguiente:
- Reevaluar la homosexualidad como algo innato y moralmente neutral,
- Reconociendo como legítima cualquier relación sexual consensuada si se etiqueta como «amor»,
- Presentando ceremonias oficiales de bendición para parejas del mismo sexo,
- Normalizar la “diversidad de género”, incluida la ordenación de personas autoidentificadas como transgénero.
La socióloga alemana despreció especialmente el argumento del Camino Sinodal de que el abuso sexual en la Iglesia es causado por la propia doctrina sexual católica. «El 80% del abuso clerical es abuso homosexual a niños pospúberes», señaló. «Si mantuviéramos la doctrina de la Iglesia —actividad sexual solo dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer— no tendríamos ni el problema de la homosexualidad ni el del abuso». Si bien el Papa Francisco intervino para bloquear el intento del Camino Sinodal de diluir la autoridad episcopal compartiéndola con laicos, «nunca dijo una sola palabra» contra su deconstrucción de la moral sexual. La situación ha empeorado tanto que, en algunos países, los padres que se niegan a afirmar la identidad de género declarada de sus hijos corren el riesgo de perder la custodia. «La Iglesia debería proteger a estas familias, en cambio, las está abandonando».
LA Navidad es un tiempo de buena música y hoy tenemos un largo artículo sobre su presencia en la liturgia. Pío XII, en su gran encíclica Musicae Sacrae Disciplina , afirma que entre los dones con los que Dios ha enriquecido a la humanidad «debe figurar la música», capaz de proporcionar «gozo espiritual y deleite del alma» y de elevar la mente hacia el Creador. San Agustín ya intuía que el canto abre en el hombre una ventana al infinito: la voz modulada «enciende la piedad» e inspira un fervor que las palabras por sí solas no podrían despertar. Israel canta tras la liberación del Mar Rojo, David organiza el culto mediante coros e instrumentos, la Iglesia primitiva se reúne «cantando himnos a Cristo como a Dios». La música siempre ha sido una respuesta a la iniciativa de Dios: dondequiera que Dios se revela, nace un canto. La tradición cristiana no se limita a apreciar la música como arte: la reconoce como parte esencial del culto . El Concilio Vaticano II, en Sacrosanctum Concilium , afirma que el canto sagrado «es parte necesaria e integrante de la liturgia solemne» (SC 112). Benedicto XVI lo reiteró en su discurso en Ratisbona, recordando que la música no es un accesorio estético, sino una forma completamente específica de participar en la acción sagrada: «no un adorno… sino la liturgia misma ».
El órgano, definido como «el rey de los instrumentos musicales», no es un mero acompañamiento: recoge «todos los sonidos de la creación» y los devuelve como alabanza, convirtiéndose así en un signo de la grandeza divina. Sus múltiples posibilidades, afirma el Papa, «trascienden la esfera meramente humana y apuntan a lo divino». La Iglesia preserva el canto gregoriano y la polifonía, y acoge todo aquello que respete la naturaleza de la liturgia. La música, cuando es auténtica, abre a la dimensión de lo trascendente. Benedicto XVI compara el órgano con la propia Iglesia: muchos tubos, muchas voces, que, sin embargo, deben ser afinadas por una mano experta, de lo contrario se genera disonancia . Así, la liturgia, cuando se conserva en su verdad, armoniza los corazones y los une en la alabanza. El arte del sonido es quizás el más inmaterial de las artes: no deja rastro, no se puede retener, solo existe mientras vibra . Precisamente por eso, la tradición cristiana lo ha percibido como un icono de la acción del Espíritu, que se hace sentir pero no se puede poseer: revela algo que supera al hombre, pero lo alcanza profundamente.
Y vamos terminando, la Inmaculada Concepción se vive en Roma con intensidad. El fin de semana largo, que comenzó el sábado 6 de diciembre y concluirá con las celebraciones religiosas el lunes 8 de diciembre, verá una afluencia masiva de turistas y peregrinos, en lo que constituye uno de los eventos finales del Jubileo de 2025. Se esperan 370.000 turistas en Roma durante el puente de tres días de la Inmaculada Concepción. Hoy tenemos ángelus y por la tarde el Papa León rendirá homenaje a la imagen de la Inmaculada Concepción ante la embajada de España.
«Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo».
Buena lectura.