Hoy en un día de visitas famosas en torno al Papa Francisco que vienen interpretadas en clave muy política. La primera de ellas y la más importante es la del presidente de Francia, la hija predilecta de la iglesia, hoy claramente un poco desorientada. Ayer causo un gran revuelo la cena en Campo di Fiori en un típico restaurante de turistas. La elección del lugar no es indiferente nunca y menos en Roma. Campo di Fiori es la plaza de la masonería, en ella se encuentra la impresionante estatua de Giordano Bruno, considerado su fundador, en el mismo lugar en que fue quemado por hereje. La cena de Macron adquiere un simbolismo de banquete sagrado a los pies del gran maestro. En 1917 un jovencísimo religioso franciscano vio como salía de está plaza una procesión profana con una imagen del demonio pisando a San Miguel. Al finalizar en la plaza de San Pedro gritaban: «donde hoy reina el papa reinará el demonio». A los pocos día fundaba la Milicia de la Inmaculada con la única finalidad de luchar contra la masonería. Este frailecillo se apellidaba Kolbe, el resto de la historia la conocemos. El hermano Macron será nombrado canónigo de San juan de Letrán y tendrá audiencia privada donde parece que tiene la intención de defender mucho la acogida de los inmigrantes.
El Papa Francisco ha recibido al gobernador de su majestad en Australia. El tema de la pedofilia colea y lo hará por mucho tiempo en la lejana Australia y ha centrado el tema del encuentro. De nuevo se han escuchado los discursos de tolerancias cero y transparencia. De Chile llegan ecos de lo poco que ha gustado en ámbitos civiles la última vivita de los legados pontificios terminada en un interrogatorio policial en el aeropuerto. El encuentro con los vicarios judiciales no fue mejor y ha dejado los ánimos muy calientes. Los obispo no han sido consultados para nada y ahora se le hecha la culpa de todo. Tampoco ha gustado ni en Australia ni en Chile, y mucho menos en Estados Unidos y Canada, la sentencia vaticana a Mons. Capella. Incluso el periodico de los obispos en Italia dedica artículo criticando los argumentos del sacerdote. La justicia no es una estrategia para solucionar un caso concreto sino que tiene que ser similar en casos similares, es decir, justa. La aparente protección que se está dando al diplomático no se aplica al cura de pueblo. Y tenemos también la sexta, ¡sexta! , visita de inefable Evo acompañando al cardenal Porco.
En Florencia cierra las puertas el convento de San Marco, todo un símbolo de la ciudad. Los dominicos se extinguen. En otros momentos de la historia los religiosos se veían atacados desde fuera y expulsados de sus monasterios, ahora asistimos a una muerte por falta de reproducción que se está repitiendo por todo el mundo. Un extraño signo de los tiempos. El caso de Emanuela Orlandi y su desaparición y la falta de colaboración vaticana está muy vivo esto días. La eterna reforma de la curia y los posibles cambios así como la sensación de bloqueo centran algunos comentarios.
Buena lectura.
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