Estamos viviendo momentos de decadencia y falta de creatividad en todos los ámbitos de la sociedad, de falta de ideas claras y de expectativas ante el futuro. Ayer asistimos a la ceremonia del Bautismo en la Capilla Sixtina. Los periódicos se hacen eco de las palabras del Papa Francisco hablando de la transmisión de la fe y como esta sólo se hace con el lenguaje del amor y dentro del entorno familiar. Son muchos los que piensan que esto no casa mucho con la confusión actual provocada con la Amoris Laeticia y que ya esta provocando un debate público sin precedentes en un tema fundamental , como el mismo papa reconoce, para la transmisión de la fe. De hecho el año 2018 se presenta con el crecimiento del frente anti Laeticia y esto ya empieza a ser diario en los periódicos. Sería bueno aclarar las cosas de una vez y evitar este lío que no trae nada bueno ni a la Iglesia ni a la familia.
Los famosos desnudos de la capilla Sixtina se vieron incrementados con escenas propias de poses bíblicas ante la invitación del Papa Francisco a amamantar a los niños que no paraban de llorar. El Papa a animado en muchas ocasiones a la apertura de las parroquias a bautizar a todos los niños que lo pidieran sin mirar la situación canónica de sus padres. Al menos en España, nunca ha existido este problema y basta echar una ojeada a los libros de las parroquias para ver que también los hijos de «moza soltera» eran bautizados sin excepción. Pues ahora sabemos que la condición para ser bautizado por el pontífice es estar con los papeles en regla. Imaginamos que el Papa ignora esta condición que viene impuesta en su propia parroquia y sería bueno que las grandes proclamas se vieran en hechos concretos.
Tenemos congreso sobre la corrupción al que asiste, así viene presentado, el Ministro de Justicia del Vaticano , el inefable Cardenal Francesco, el Coccopalmerio, que sigue presente a pesar de su edad con una gran actividad y sin secretario. Verdaderamente son cosas difíciles de entender.
Ha fallecido el príncipe Torlonia, último asistente al solio pontificio y ,según los expertos, la corte pontificia se ha extinguido, era considerado el laico de más alta graduación en la Santa Sede.
En tiempos de Juan Pablo II se podía ver en las ceremonias la plaza de San Pedro un Organo de origen alemán con sus maravillosos tubos para acompañar la liturgia incluso en la calle. Hoy sabemos que incluso el órgano de la Basilica ha dejado de sonar en las ceremonias papales siendo sustituido con una cosa electrónica. No dejan de ser hechos que indican sin duda una verdadera decadencia.
Buena lectura.
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Señor, ven pronto…