Con rosario desde Luján en Argentina y con una maravillosa mañana primaveral romana nos enfrentamos a la información de hoy. El insultante azul del cielo de la ciudad eterna no nos hace olvidar los negros nubarrones que se aproximan el lunes el 10 de mayo, día en que los sacerdotes españoles celebran a San Juan de Avila, con la tensión en torno al cisma alemán en aumento y multiplicando los llamamientos a Roma para que intervenga. Lo que está en juego es mucho más que el cisma Alemán, estamos ante una crisis sin precedentes de la autoridad del Papa, de la función de las conferencias episcopales y de la situación de cripto-cismática generalizada que vivimos en la iglesia desde hace decenios y que puede aflorar por el detonante Alemán.
Cosas como el Catecismo o el Código de Derecho Canónico se han reducido a opiniones poco documentadas y nada evangélicas. Estamos en tiempos con condiciones muy distintos a los del pasado y no sabemos como se puede producir es un cisma y cuándo una Iglesia particular puede ser considerada cismática, con sus consecuencias. El detonante actual es el ‘responsum’, hemos informado de varias fuentes que decían que el Papa Francisco no estaba muy contento con el Responsum en contra del propio texto: «el Santo Padre ha sido informado y ha dado su consentimiento». Es creíble que existe una tensión en el Vaticano y que es imposible buscar coherencia en un pontificado que se contradice continuamente. La posición del Papa Francisco sobre el problema de la homosexualidad nos puede llevar tanto a bendiciones como a su prohibiciones.
Sobre el papel de las conferencias episcopales, el Papa Benedicto XVI negó la competencia doctrinal afirmando que tienen solo una función organizativa y ningún significado teológico. El Papa Francisco afirmó, al menos en dos documentos, Evangelii Gaudium y Amoris laetitia, que debemos avanzar hacia una competencia doctrinal. Al mismo tiempo el Papa Francisco bloquea los procesos de las Conferencias Episcopales cuando no le interesan. Los alemanes oficialmente no hacen nuevas afirmaciones doctrinales, pero tampoco reiteran las de la tradición y toleran.
En China tenemos un proceso que parece inverso y el Papa admitió una iglesia cismática, la patriótica comunista, dentro de la Iglesia Católica, pretendiendo acabar con un cisma como sea, pero no se hace nada por evitar el Alemán. El Papa Francisco dice que no teme un cisma y acusa a los católicos a los que llama «rígidos» de incitarlo, incluso podemos llegar a que los que firmen peticiones al Papa para evitar un cisma sean acusados de cismáticos. ¿Qué pasará después del lunes? El cripto cisma seguirá su rumbo, los obispos, después de promover abiertamente esas ideas, dirán que fue una iniciativa de la base, que sí, pero no. El Papa Francisco no dirá nada por qué ya está todo dicho. El camino sinodal continuará sumergido en malentendidos y confusiones buscadas, mientras el cisma se pone en práctica, el documento final, ni confirmará, ni condenará. Lo único claro es que se prefiere que todo siga confuso esperando que el tiempo resuelva lo irresoluble.
Enzo Bianchi no para y en su blog «silerenonpossum», publica «con el fin de sacar a relucir la Verdad y preservar la buena reputación de las personas injustamente afectadas», el decreto emitido por la Secretaría de Estado y aprobado por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2020. De la lectura del texto se desprende que no hay acusación grave contra Bianchi, y es culpa «de no haber renunciado efectivamente el gobierno, interfiriendo de diversas formas, continua y gravemente, en la conducta de la misma comunidad y provocando una grave división en la vida fraterna. Se colocó por encima de la regla de la comunidad y de las necesidades evangélicas que ésta demandaba, ejerciendo su autoridad moral de manera impropia, irrespetuosa e indecorosa hacia los hermanos de la comunidad, provocando escándalo». Bianchi quiere cerrar el tema y reafirma que «el texto del decreto singular revela la inexistencia de delicta graviora», «no hay pruebas que respalden la acusación. Los monjes no son criminales». Y lanza la inquietante pregunta que se responde con los hechos: «¿Conoce el Vaticano los derechos humanos?”. Una vez más nos confirma el bajo nivel de las acusaciones y la superficialidad con la que los comisarios del Papa Francisco han actuado. Con número Prot. N. 409.149 se publica íntegro el » DECRETO SINGULAR, MEDIDAS PARA LA COMUNIDAD MONÁSTICA DE BOSE», firmado por Parolin, con un curioso capítulo titulado: «MEDIDAS AD PERSONAM» donde, entre otras cosas «El H. Enzo Bianchi tiene prohibido fundar comunidades, asociaciones u otras agregaciones eclesiales».
Américo Mascarucci explica por qué estamos con Viganò contra los engaños del Vaticano II. Viganò se ha convertido en un personaje incómodo En una larga entrevista, retomando también las tesis ya expresadas en el prefacio de la Galleria Neovaticana de Marco Tosatti, volvió a insistir en el gran engaño de que se ha infiltrado en la Iglesia a causa del Concilio Vaticano II y de sus textos ambiguos y artificialmente falsificados por los progresistas y sus expertos, para hacer a la Iglesia ingobernable y sobre todo para hacerlos fácilmente interpretables en clave modernista, como lo hace sistemáticamente el Papa Francisco.
Esta mañana se vacunarán a otros 300 personas sin techo en el Vaticano y se aprovecha cualquier ocasión para pedirnos que donemos a la limosnería que languidece ante la falta de ingresos.
Son tiempos para rezar y esperar que ante la inutilidad de los hombres luzca la belleza de Dios. Nos quedamos con el cura de Ars que invitaba a rezar el rosario: “Con esta arma le he quitado muchas almas al diablo”.
«Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán…»
Buena lectura.
Mascarucci: Perché stiamo con Viganò contro gli inganni del Vaticano II.
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Si cada conferencia episcopal tiene el poder de crear su propia teología, tarde o temprano no habrá una Iglesia Católica, sino cientos de Iglesias católicas, una por cada Conferencia episcopal. Curiosamente como las sectas protestantes.
Pero no se engañen: Las conferencias episcopales no son «democráticas».
Están compuestas por obispos nombrados a dedo por la Curia romana.
Incluso aunque acaben metiendo a «laicos» para hacer creer que hay democracia, el interés que tienen los montinistas y sus sucesores de desviarse de la teología y los ritos anteriores al Vaticano II índica claramente que no van a permitir otra libertad que la obediencia a sus ordenes; justamente lo que hoy hace Francisco.
Es ya evidente que el Concilio fue un intento de un grupo de obispos y teologos alemanes, belgas y holandeses de modificar la teología y la liturgia catolicase «protestantizandolas» para reunificarse con la secta nacional protestante de sus respectivos paises. De ahí el énfasis en el «ecumenismo» y en rezar en cada «celebracion eucarística» (que no santa misa) por la «unidad»
Un engaño que va a tener trágicos resultados duraderos, aunque no en el sentido que estos tramposos manipuladores querían.
Las Iglesias nacionales protestantes están desapareciendo; entre otras causas por su misma teología modernista, racionalista y buenista.
Parece como si alguien se hubiera infiltrado en la Iglesia para destruirla por dentro, porque ante este desastre se sigue exactamente igual. Incluso la mafia de San Galo, como vemos, aprieta el acelerador para que no haya marcha atrás.
No creo que debamos fomentar el nacionalismo de alemanes-austriacos, holandeses-belgas e ingleses.
La Iglesia de Cristo es universal porque así lo quiso su fundador y así ha sido durante 20 siglos. Y ha funcionado muy bien.
«Son tiempos para rezar y esperar que ante la inutilidad de los hombres luzca la belleza de Dios». Totalmente de acuerdo, me quedo con ello. Gracias por recordar una acción tan vital.
El Cisma está definido en el Canon 751 «el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos», es voluntario, unilateral y doloso, castigado con excomunión latae sententiae (cf. can. 1364), estos son delitos más graves y están reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en ejercicio de esa competencia la Congregación reiteró que la Iglesia no puede ni podrá bendecir las uniones homosexuales.
Ahora el tema, el hecho de hacerlo o de haberlo hecho antes es un CISMA o es otra figura como herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana, mismo Canon citado o una combinación de varias ?.