UNA MADRE

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La extraordinaria ordinaria vida de Carlo Acutis - Vatican News

UNA MADRE

Hoy, el último  día  en San Joaquín, donde recibí una lección de catecismo vivo de Marta Ignatuik de Volpe acerca del respeto,  quiero rendir mi homenaje a una madre, Antonia Salzano Acutis y como anexo al padre Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María, presentes ya en 65 países, quien le hizo el reportaje.

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Gracias a ese reportaje realizado en Asís, sabemos más acerca del nuevo santo Carlos Acutis fallecido en plena juventud,  piadoso desde muy chico y al crecer un joven que evangeliza con la palabra, pero mucho más con su vida ejemplar.

La primera pregunta fue: ¿cómo es ser madre de un santo? Y la respuesta: es una gran responsabilidad, ella nos hace acordar a Saint-Exupéry cuando escribe: ser hombre es ser responsable.

Doña Antonia nos habla de la niñez de su hijo, que era “adelantado en todo”. Hizo su primera comunión a los siete años y desde entonces bregó por el triunfo de la Eucaristía. El programa de su vida era “estar unido a Jesús”. Su caso es comparable al de santa Teresita del Niño Jesús, muerta también muy joven, flor de una familia santa, cuyos padres fueron canonizados.

Carlos vivía su relación con Dios con la cabeza y el corazón. Su apostolado era muy amplio y sostenía que, para estar cerca de Dios, no necesitaba ir a Jerusalén y el dinero que costaría el viaje se lo distribuía a los pobres.

Tenía una especial devoción a la Virgen a la cual rendía el culto de hiperdulía, rezaba el rosario todos los días y estaba muy identificado con el mensaje de Fátima que consideraba una “aparición eucarística”.

El P. Santiago Martín le platea el gravísimo problema de las comuniones sacrílegas y la respuesta de doña Antonia apunta a una de las causas principales: la falta de una adecuada catequesis, incluso en los colegios “católicos”.

Entre nosotros existe un Colegio llamado Esquiú, en el cual la catequesis es pobre e insuficiente, porque sus actuales autoridades no le dan la importancia que merece, las mismas que expulsan a un profesor por considerarlo “políticamente incorrecto”, al publicar una biografía de un militar argentino, católico y decente, soldado en las Malvinas, ejemplo para sus subordinados, cuyas opciones políticas se pueden compartir o no. Para estos hipócritas, lo opinable se hace obligatorio para no molestar a lo políticamente correcto y lo obligatorio como el deber de una rigurosa catequesis se vuelve opinable al restarle toda importancia.

Ante otra pregunta, doña Antonia recuerda el primer mandamiento perteneciente a la primera tabla de la Ley antigua: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Y sus consecuencias: “A Él solo rendirás culto” y “No habrá otros dioses delante de ti” (Catecismo de la Iglesia Católica, Conferencia Episcopal Argentina, Buenos Aires, 1998, pág. 525 y ss.)

Vuelve al tema de la Eucaristía, fuente del amor, es Dios con nosotros, por eso el diablo hace todo lo posible para alejarnos de ella. Y en este sentido la opción según doña Antonia es clara y neta: “O se sigue a Dios o se sigue al diablo”.

La Eucaristía es también acción de gracias y en este sentido, en consonancia con Carlos, los Franciscanos de María, son misioneros del agradecimiento.

También se refiere la vocación, al llamado a la santidad que recibe cada uno y a la advertencia de Cristo para pedir su ayuda, en el camino difícil, ya que “sin Mí, nada podéis hacer”.

Carlos conocía los peligros de Internet que como todo medio puede ser bien o mal usado. Gracias a Internet y si Paco Pepe lo aprueba, esto que ahora escribo en medio de la llanura pampeana, podrá ser leído en Europa y en muchos otros lugares del planeta.

Antes de terminar, una puntualización a la cual estoy obligado, lamentando que el reportero no la efectuara. En las respuestas de doña Antonia se desliza en su entusiasmo, un involuntario pero grave error y como es mi deber, quiero rectificarlo. Dice: “Dios es todo. Nosotros no somos nada”. Esto es panteísmo puro, en el cual Dios absorbe todo, todo es Dios.

La verdad es otra. Dios es creador, Creador ex nhilo, de la nada. El hombre puede inventar, pero no crea. Como escribe Francesco Carnelutti, en el Renacimiento el hombre confundió invención con creación. Y al considerarse Creador, violó el orden del mundo.

Chesterton decía (cito de memoria) que la Creación fue como un tajo que nos permitió distinguir con claridad a Dios de lo creado.

Y las criaturas son algo, salidas de la nada por el Acto, por la Palabra creadora. Y dentro de las criaturas, la humana, creada a imagen de Dios, no está destinada a fundirse y desaparecer en Él o a terminar en el nirvana, sino a formar una comunidad de personas con el Creador, todos distintos pero unidos en el Amor.

Estancia San Joaquín, san Serapio de Azul, agosto 4 de 2024. Bernardino Montejano.  

 

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