Y del que un amigo me envía el testimonio de un segundo doctorado.
Pues me parece motivo satisfactorio para un presbiterio y un obispo que no siempre quedan bien en este blog.
Pues en esta ocasión cum laude.
«!Estimados amigos:
Os escribo, en esta oportunidad, para compartir con vosotros una alegría personal, por si fuera de vuestro interés saberla. La semana pasada, en la Facultad de Derecho de la UNED (Madrid), obtuve mi segundo doctorado, en esta ocasión en Derecho y Ciencias Sociales, en la especialidad “Filosofía jurídica”; os adjunto algunas fotos. Hoy he recibido el acta oficial de la nota y veo que los miembros del Tribunal me pusieron sobresaliente “cum laude” por unanimidad, nominándome también como candidato al premio extraordinario de doctorado.
La tesis se titula Los fundamentos filosóficos de la doctrina jurídica de Domingo de Soto: análisis del tratado “De iustitia et iure” (708 págs.); pronto se va a publicar, si Dios quiere.
Espero que, con este doctorado, pueda contribuir en algo a la promoción y divulgación del pensamiento hispano del Siglo de Oro en general, y, en particular, de la doctrina de Domingo de Soto, este gran tomista, cofundador de la Escuela de Salamanca, perito teólogo del Concilio de Trento y confesor del emperador Carlos V, entre otras cosas.
Mi director fue el Dr. Juan Antonio Gómez García (área de Filosofía del Derecho de la UNED), y el Tribunal estuvo conformado por el Dr. Sixto Sánchez-Lauro (Universidad de Extremadura y Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España), el Dr. Juan Carlos Utrera (vicedecano de la Facultad de Derecho de la UNED) y el Rvdo. Dr. David Torrijos Castrillejo (Universidad Eclesiástica San Dámaso). Tuve una muy grata experiencia, la verdad, tanto con mi buen amigo, el Director, como con los miembros del Tribunal. Aunque la defensa duró casi tres horas, debo decir que, en ella, seguí aprendiendo mucho, pues todas las observaciones que recibí fueron muy iluminadoras y me han sido de gran utilidad.
Por todo ello, quiero dar gracias a Dios.
Ahora sólo me queda terminar la tercera tesis, que estoy realizando en Toulouse (Francia), esta vez en teología. Espero que el Señor me dé fuerzas. Cuento con vuestras oraciones.
In Christo Iesu»
Pues a la espera de que sea herr doktor, doktor, doktor.
Que no es lo habitual.
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Recuerdo la anécdota que siempre comentaba el P. Seguí SJ: Francisco recibió en audiencia a una comisión de estudiosos, licenciados y doctores en diversos ámbitos eclesiásticos; se les quedó mirando un breve rato y dijo lamentándose: «Cuanto tiempo perdido…».
Me parece que tantos doctorados no tienen mucho sentido. Queda poco para al evangelización durante estos arduos estudios y logros. Y seguirse preparando para un futuro que se sigue posponiendo por seguir logrando laureles puede ser una equivocación, con apariencia de algo bueno por sí mismo, pero ya no necesariamente lo mejor en estos tiempos. Es una época de gran necesidad de formación sí (que ya la tiene) pero sobre todo de llevar a las personas la noticia de Cristo.
Pues entiendo que no queda más que felicitar al bi-doctor que, proviniendo de la diócesis mallorquina, debe ser una excepción considerabilísima. Hasta en un erial pueden brotar rosales.
Enhorabuena bi-doctor Mercant.
Muchísimas gracias de corazón, don Francisco, por esta publicación.
Sólo espero que mis doctorados sirvan para el bien de la Iglesia, porque la verdadera «carrera» es la que conduce al Cielo.
Un fuerte abrazo.