UN GRAN DÍA
Ayer, fue un gran día; la derrota no es tanto de una mala mujer, que porta la maldad hasta en su nombre, sino de todos aquellos que la promovieron y ayudaron, en su país y fuera de él, porque ellos son los grandes derrotados en la Estados Unidos, en la Unión Europea, en España, en la Argentina.
Hace un tiempo escribí en este blog: evidentemente que Ka-mala Harris, candidata a presidente del Estados Unidos hace honor a su nombre, es mala, malísima, perversa y un hecho lo pone de manifiesto: en la puerta de la convención demócrata que la elige, han instalado un abortorio móvil, donde se han asesinado a decenas de seres humanos inocentes.
Pero, aunque parezca mentira, lo peor es la presencia en dicho lugar de un cardenal de la Iglesia católica, designado por el papa Francisco, llamado Cupich, a quien Paco Pepe con razón, llama Mierdich, cuyo rostro para nada varonil y su hipócrita sonrisa, lo delatan.
Este sujeto es un traidor, que además engaña a muchos cuando en ese sangriento lugar, reza una oración. ¿A quién se dirige este miserable? No es posible que sea a nuestro Dios, que es el Dios de la vida, sino a algún ídolo: el poder, el dinero, la Pachamama o alguna otra extraña divinidad, a la cual rinden culto los traficantes de la muerte, los Herodes de nuestro tiempo.
Sería muy largo citar a todos los derrotados, pero algunos se destacan: Macron y sus secuaces, promotores del aborto y su consagración en textos constitucionales, de una Europa hipócrita y decadente; y aquí, en la Argentina, Alberto Fernández, el ex presidente, ladrón y golpeador, Macri y su candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto, gestor del asunto entre los senadores, Cristina Kirchner que se dio vuelta en medio del río y pasó de defensora de la vida, a cultora del asesinato de inocentes, y todo el zurderío cultural, desde el paquete de “La Nación” diario, hasta el desaforado de “Vómito 12”.
Veremos que hace ahora el presidente Milei, quien después de haberse pronunciado contra el aborto en la campaña electoral, desde que fue elegido, parece haber tomado un buen baño en el Leteo para olvidar el asunto y hacerse el otario, cuando lo importante de un gobernante es seguir el sano criterio: “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”.
Hace poco denunciamos el suicidio demográfico de la C.A.B.A., Ciudad Apóstata de Buenos Aires, en la cual hoy mueren más personas de las que nacen. En esta inversión de lo que debe ser, mucho es responsabilidad de las gestiones de Mauricio Macri y del inmoral público y privado Rodríguez Larrata; de sus políticas promotoras de la ideología de género y de la corrupción de menores, orquestada por el portal “Chau Tabú” de María Eugenia Vidal, que enmascara su tarea, como la de satisfacer los “derechos” a una información completa, científica y laica sobre la sexualidad y a “una educación social laica sin prejuicios”. Cabe destacar que los contenidos del portal fueron revisados “con toda su autoridad” por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).
Veremos si el papa Francisco ingresa en el campo de la lógica, lo que parece le cuesta bastante, y deja de nombrar en los organismos vaticanos a sombríos personajes, abortistas notorios, mientras condena los abortos y acusa como sicarios a los médicos que los practican.
Pero lo más importante es que dejarán de promoverse los negocios infames de los impíos, que trafican con los cuerpos sagrados de las víctimas inocentes, para venderlos trozados como si fueran pollos o utilizarlos para fabricar cosméticos o para extrañas investigaciones.
Espero que se acabe con la financiación de tantos entuertos y el dinero se utilice para fines nobles: acabar con el hambre y la desnutrición infantil, procurar que todos los humanos tengan acceso al agua potable, dotar a comedores comunitarios reales, vigilando sus ingresos y egresos para que no se transformen en negociados de unos pocos, erradicar a las villas miseria que deberán desaparecer con sus curas y sus obispos, sus mentiras y hasta sus sacrilegios, acabar con la indigencia y en un país como la Argentina, con capacidad para alimentar a 400 millones de habitantes, eliminar la miseria que corrompe y concretar el programa del gran escritor francés Charles Péguy, su revolución temporal: lograr para todos una pobreza digna.
Quiero acabar esta nota con una poesía de Juan Luis Gallardo, dedicada a las víctimas de los abortos: “Criatura que no nacerás”, publicada en la Revista Gladius en el n°79 del año 2010, donde manifiesta su repudio a un proyecto asesino, que finalmente se aprobó consagrando el “derecho” de ciertas “madres”a asesinar a sus hijos inocentes e indefensos.
Ella, empieza así:
“Criatura que no vendrás a nuestro suelo argentino,
si el Parlamento aprobara cierto proyecto asesino.
Criatura que no entrarás en la fiesta de la vida
si dieran fuerza de ley a una reforma homicida…
Como trágica expresión de un mundo que se derrumba
el vientre de una mujer se transformaría en su tumba…
Te quieren arrebatar la esperanza de vivir,
roguemos que no consigan su propósito cumplir”.
Lo cumplieron. Ahora esperamos el cumplimiento de la promesa del actual presidente y la derogación de la ley inicua, para alcanzar la bienaventuranza del inolvidable cardenal Francisco Javier Nguyen van Thuan: “Bienaventurado el político que cumple con sus promesas electorales”.
Buenos Aires, noviembre 6 de 2024. Bernardino Montejano
Por lo de pronto (menos es nada) Mi Ley ha dejado de comprar abortivos: no ha gastado en ellos ni un peso. Otra cosa es lo que hagan los gobernadores provinciales. ¿Que no es suficiente? Pues claro, pero hay que ir valorando los pasos uno por uno y ver el resultado final. Si en España, por ejemplo, el aborto no estuviera íntegramente financiado por la Seguridad Social y cada cual tuviera que pagarlo de su bolsillo, quizá unas cuantas vidas se salvarían.