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Ni violencia yihadista ni pacifismo progre

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El 16 de enero publicó la Comisión Teológica Internacional un documento titulado «Dios Trinidad, unidad de los hombres. El monoteísmo cristiano contra la violencia». Desde 2009 venían trabajando en él. La Comisión se pregunta en la presentación del documento: «¿De qué manera la teología católica puede confrontarse críticamente con la opinión cultural y política que establece una relación intrínseca entre monoteísmo y violencia?». Y dice más adelante: «La fe cristiana reconoce en la instigación a la violencia la máxima corrupción de la religión».

Varias son las reflexiones que me hago. Las escribo por si a alguien le son útiles:

(a) La «opinión cultural y política que establece una relación intrínseca entre monoteísmo y violencia» es falsa. El magisterio de la Iglesia y los Papas siempre han luchado por la paz. San León Magno con Atila y el beato Juan Pablo II con la guerra de Irak son buenos ejemplos.

(b) Si esta «opinión cultural y política» errónea está extendida, es porque la Iglesia Católica está perdiendo por goleada la batalla cultural en medios de comunicación, cátedras universitarias y parlamentos. Mucho habló el Concilio Vaticano II de medios de comunicación y del papel de los laicos en la vida pública, pero se le ha hecho escasísimo caso.

(c) Poco es este documento en esa batalla cultural por la verdad histórica y teológica sobre la Iglesia y la violencia. Menos es nada.

(d) ¿»La instigación a la violencia» es «la máxima corrupción de la religión»? Habría que aclarar de qué instigación y de qué violencia se habla. ¿Dónde quedan si no san Fernando III y santa Juana de Arco? ¿Y Lepanto?

(e) La violencia contra el agresor, y la instigación a la legítima defensa es un deber del gobernante. «La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar prejuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad» (Catecismo 2265).

(f) Lamento que algunos «sabios» y pastores de la Iglesia den a la «opinión cultural y política» de moda una autoridad moral superior. Como si quisieses justificarse ante el pacifismo progre. Sin embargo ese pacifismo progre es casi siempre hipócrita, porque por detrás vende armas o agreden a quienes no piensan como ellos. Y es siempre falso, porque la violencia es necesaria para la legítima defensa de los inocentes y de los países.

(g) No debería costar mucho mostrar claramente que el cristianismo no tiene nada que ver con la violencia yihadista. Entre la violencia yihadista y el pacifismo progre, ambos errados, existe la doctrina católica sobre la legítima defensa y sobre la paz social, la paz con uno mismo, la paz familiar y la paz con Dios. Y eso es lo que hay que enseñar sin miedo al juicio ético-maniqueo de un progresismo hipócrita.

Comentarios
0 comentarios en “Ni violencia yihadista ni pacifismo progre
  1. Excelente Reflexión.
    Creo que la Comisión Teológica Internacional debería estudiar y meditar sobre otras cosas, como por ejemplo, las gravísimas consecuencias de la «verborrea eclesiástica progre», instaurada desde hace ya un tiempo, donde se dicen muchas cosas pero sin sentido ni coherencia (Siendo un caso magistral el del reciente cruce de palabras entre Madariaga y Müller).

    Saludos Blogger!

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