| 18 junio, 2025
Otro gesto más para desmarcarse del francisquismo.
¡Y ya van…!
Como si no le gustará nada todo lo que Francisco hacía.
Y no faltan quienes pareciéndoles muy bien todos esos gestos gestos de León, que han tenido una excelente acogida general, en lo que se mire por donde se mire supone una descalificación permanente de Francisco, esperan a nombramientos y a la liberación de la misa tradicional.
En lo que seguimos a la espera.
http://León XIV pasará el verano en Castel Gandolfo
En cuanto a la libertad para la Misa tradicional, el actual prior general de los agustinos, el español Alejandro Moral, que es amigo personal de Robert Prevost, acaba de declarar que está excluido que León XIV vaya a levantar la restricciones impuestas por Francisco:
https://gloria.tv/post/B7mbDUNG6dvu64iwx4UXzxocT
Su Santidad (es un gozo poder usar estas palabras) tiene en su mesa tres asuntos relativos a nombramientos que servirán (además de otros) para que sepamos el rumbo de la Iglesia. Primero: qué pasará con las renuncias de treinta cardenales mayores de 75 años y quiénes los relevarán. Segundo: quiénes serán los miembros de la curia (los actuales están «prorrogados» para evitar un vacío de poder y varios superan los 75 años). Tercero: a quiénes nombrará cardenales en su primer consistorio. Aclaración: sobran purpurados votantes; no creo que haya consistorio este año; tampoco creo que León XIV siga la costumbre del predecesor de hacer «consistorios preventivos», es decir, de nombrar diez o doce cardenales en función de los que vayan a perder el voto en los meses siguientes (mi opinión es que eso se ha terminado y, si acierto, el primer consistorio tardará bastante). Cuando lleguemos a los 120 electores, veremos cuántas vacantes habrá en el año siguiente y podremos hacer conjeturas; tengamos en cuenta que en 2026 sólo pierden sus derechos electorales siete purpurados (la verdadera «cascada» de octogenarios llegará en 2027 y 2028). En pocos días perderá su condición de elector el cardenal polaco Rylko, que tiene un cargo «de relumbrón» que Su Santidad podría cubrir con algún cardenal de los que le estorban sin necesidad de humillarlo (¿Fernández, Grech, Roche?).