La fachosfera catolica digital

Hoy en día la progresía eclesial es una minoría minoría. Quedan viejas glorias que teniendo la oportunidad de haber sido una generación sacerdotal fecunda por excelente información, medios, estudios superiores apartaron lo principal de ser un sacerdote y se dedicaron a la sociología, a meterse en política para trasformar el mundo y vemos hoy que no trasformaron nada. Muchos colgaron los hábitos en una desbandada y entró en la Iglesia una prisa por liquidarlo todo y tonto el último. Una época digamos iconoclasta y en un lustro nos encontramos con el típico párroco con una praxis que en esos pocos años cambia al otro extremo. Esto produjo una ruptura importante, el abandono de muchos fieles que no comprendían e inauguró los problemas que hoy atenazan a la Iglesia.
El pontificado desastroso de Pablo VI tal como dijo el mismo ayudó a introducir el humo del infierno que se colaba a raudales y no por una rendija.
En los seminarios entraron las filosofías marxistas y la infiltración masónica por doquier, los que no eran marxistas tomaron por referencia la escuela de Frankfurt y todo ese progresismo decadente y liberticida que inundó todo Occidente y que lo llevará a su caída irremediable.
No digamos las filosofías sexuales que también penetraron en la Iglesia. Todos esos problemas que suenan a secta con resultados sexuales vienen de esa época. Tras esa época en la que se empeñaron desde bien alto en el destrozo si bien de un modo fino y sibilino que triunfó, llegó San Juan Pablo II que frenó bastante esta deriva. Los seminarios cambiaron algo, los ordenados mejoraron y se buscaba más fidelidad al dogma y al Magisterio que candidatos brillantes en no se cuántos campos del saber y de la gestión. Desde esa época se tiene percepción que los sacerdotes jóvenes están más centrados en su misión que los mayores mayores, aunque haya pocas vocaciones o falta de ordenados. Con Benedicto XVI lo mismo aunque el gobierno y los nombramientos no fueran su fuerte, pero su teología y visión de la Iglesia perdurarán más sin duda pues fue sabio y docto, y lo que es mejor vió, sufrió y comprendió los errores cometidos tras el Vaticano II como queriendo decir, «no no era eso», porque lo conocía a fondo pues en su juventud fue partícipe de todas esas filosofías en alza en Centroeuropa sobre todo.
Con Francisco ha estallado esa tensión latente que es el progresismo en sus estertores y Bergoglio es claro representante de esa generación sacerdotal más preocupada con cualquier cosa del mundo que de evangelizar y que ha llevado a la Iglesia Católica en Latinoamérica al desastre, pasando de ser un continente pujante a estar invadido por los evangélicos por todos los lados, (es una consecuencia de la Teología de la liberación).
A esto se ha juntado la falta de valentía de una jerarquía cobarde que no alza la voz porque lo único que desean es cargos, carguitos y trepar y no se dan cuenta que cada día influyen y pintan menos. Algún obispo parece conformarse con ser un párroco ayudado de muchos vicarios y donde su influencia no pasa de las puertas de la catedral de su Diócesis. Aunque muchas cosas no les guste, pues rizan el rizo a ver como justifican el último capricho de Bergoglio perdiendo el tiempo y el prestigio en explicar lo inexplicable. Otros no dicen nada y aplican a medias o no aplican y otros como el avestruz a ver si pasa la tormenta y pasan desapercibidos.
Lo que está claro es que muchos fieles están hartos de tanta incoherencia, cobardía y seguidismo y de mirar para otro lado, pues de hecho se ve desgobierno y falta de autoridad en muchas Diócesis donde dejan a los obispos en ridículo y si no miren las noticias que hay muchas y muy graves. Les toman por tontos de capirote y así se evidencia hasta en las series de televisión y en cualquier noticia en vez de comentarse lo que roban los políticos o al situación en la que está la Nación se dedican a debatir media hora sobre si unos sacerdotes son como los fundamentalistas musulmanes, que si es bochornoso y no se cuantas idioteces; para colmos tienen a la abortista e impresentable Villalobos diciendo a la Iglesia lo que tiene que hacer (eso es lo que da el PP), y resulta, que Bergoglio puede decir que es de izquierdas, que si los comunistas se parecen a los cristianos; parecerle bien la política de los peronistas arruinadores de Argentina o no criticar que no alce la voz ante populismos y dictaduras como las de Hispanoamérica. Les parece estupendo que contra los intereses de la Iglesia Universal pacte y se arrugue ante el régimen comunista chino, ah pero grave hipocresía no debe ser libertad de expresión que tengan admiración por Franco, y el debate no es si hablan bien de Franco o no, si no de que en el fondo aunque dicho muy mal, aunque se hayan pasado un pueblo y medio pues no es cristiano ni en broma rezar porque alguien la palme y menos si es el Papa tanto si te gusta mucho como si no te gusta nada, de trasfondo y el que no lo quiere ver está ciego es que se está produciendo en la Iglesia una división teológica, pastoral y doctrinal de fondo. Algunos deben de comprender que eso no cause no sólo pocas simpatías hacia quien dirige si no incluso animadversión y otros sentimientos poco cristianos.
El problema es que esa confusión proviene de la mentira y eso de bendecir parejas homosexuales con fraude de ley por otra parte hipócrita a más no poder es movida inspirada por el Diablo y hay que decirlo así de claro.