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La alergia de Tucho a la razón y a la ética

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tuchoVíctor Manuel Fernández, a quien gusta hacerse llamar Tucho, es un teólogo argentino que, denunciando el carrerismo y la titulitis en la Iglesia, ha conseguido hacerse con el rectorado de la Universidad Católica Argentina, y con la dignidad arzobispal. Su fama se ha difundido por el orbe católico por ser considerado el principal teólogo de Francisco. Aprovechando el tirón, su Excelencia ha publicado un libro titulado “El proyecto de Francisco”. Andrea Tornielli ha publicado para la edición inglesa del Vatican Insider un artículo sobre este libro en el que ha recogido algunos textos del mismo que paso a comentar.

“El kerigma, es una invitación a un encuentro con Dios que ama y salva a la gente y, por esta razón, nos presenta la posibilidad de una vida mejor. Esto es lo que significa ‘hacer arder los corazones’, y esto es lo más importante”.

El kerigma es un anuncio, una proclamación: Jesús, el Mesías anunciado por los profetas, ha muerto por nuestros pecados, y ha resucitado de entre los muertos al tercer día, abriéndonos el camino de la salvación eterna. El kerigma tuchiano se ha dejado por el camino a Jesús, las profecías, la pasión y la resurrección, el pecado y la vida eterna (“vida mejor”). Quizá sean temas mal vistos o poco entendibles por la cultura actual. Pero tampoco parecían ser demasiado afines a la cultura helénica, a juzgar por las burlas y persecuciones a los cristianos en los primeros siglos. El mensaje de Jesús, mal que le pese a algunos, es necedad para los gentiles. Por cierto, a mí particularmente me arde el corazón con el kerigma católico de 2.000 años de antigüedad, no con la versión light que suprime los elementos fundamentales de la fe.

 “Es de suponer que, cuando la Iglesia entra en cuestiones filosóficas o relacionadas con la ley natural, lo hace con el fin de crear un diálogo con los no creyentes en cuestiones morales. Y sin embargo, mediante el uso de argumentos filosóficos obsoletos, la Iglesia no es en absoluto convincente, y se pierde la oportunidad de proclamar la belleza de la capacidad de Jesucristo de encender los corazones de la gente”.

Si la Iglesia no usa argumentos de razón en cuestiones de ética filosófica, aparecerían como no razonables sus posiciones. Por lo tanto, la Iglesia cuando habla de moral tiene que razonar. Tucho critica el uso por parte de la Iglesia de “argumentos filosóficos obsoletos”. No concreta cuales. Estoy de acuerdo en que la Iglesia no debe usar ese tipo de argumentos, sino, como dice  Juan Pablo II en la Encíclica Fides et Ratio, la “novedad perenne del pensamiento de Santo Tomás de Aquino” (43-44).

“Dichos argumentos filosóficos no hacen nada para cambiar la vida de las personas”.

Yo conozco magníficas personas, no creyentes, que si son trabajadores responsables, buenos padres y esposos, si nunca colaborarían con un aborto, es por sus convicciones racionales, no por fe. Y esas convicciones articulan vidas éticas y fructíferas.

“Pero si logramos encender los corazones de los demás o al menos mostrarles lo que es tan atractivo en el Evangelio, entonces la gente va a estar más dispuesta a discutir y reflexionar sobre las respuestas relativas a la moralidad”.

¿Por qué el “pero”? ¿Por qué oponer la razón a la fe? ¿Por qué oponer el kerigma a la moral?

“No es bueno oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo porque la gente tiende a vernos como un grupo de individuos resentidos, crueles, insensibles y engreídos. Es una cosa totalmente diferente a hablar de la belleza del matrimonio y de la armonía de las diferencias que forman parte de una alianza entre un hombre y una mujer. Este contexto positivo habla por sí mismo cuando se trata de mostrar que el uso del mismo término «matrimonio» para describir a las uniones del mismo sexo, no es apto».

No solo es bueno oponerse al matrimonio homosexual, sino que es  una obra de misericordia del cristiano: enseñar al que no sabe, corregir al que yerra. Parece que con su “contexto positivo” Tucho no consiguió detener desde la Universidad Católica Argentina la implantación del homomonio en Argentina.

 “Los fanáticos terminan convirtiendo ciertos principios en una batalla sin fin y deliberadamente sólo se centran en estas cuestiones. Hay otros aspectos que no son negociables: el amor al prójimo, la búsqueda de justicia para los oprimidos, ser honesto en los negocios…”.

¿Por qué no respeta Tucho los carismas en la Iglesia? Si un cristiano dedica su vida a la defensa del no nacido, no tiene por qué ser un fanático, como no lo es el que dedica su vida a los pobres. Debemos presuponer que son carismas distintos que enriquecen a la Iglesia.

Concluyo con tres textos. El primero es de San Pablo en la Carta a los Romanos. Aquí el Apóstol dice que los paganos deberían haber conocido a Dios por la razón. Y que también deberían haber reconocido racionalmente la perversión de las relaciones homosexuales. El segundo es de Juan Pablo II en la Encíclica Fides et Ratio. En él insiste el Papa en que el hombre puede y debe armonizar su saber racional con su convicción de fe, y que si no se da esta unidad, el hombre contemporáneo estará internamente dividido. En el tercer texto, también de la Fides et Ratio, Juan Pablo II habla de la “ética auténtica que la humanidad necesita con urgencia, particularmente en estos años”.

“La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: 20 Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa, 21 ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.22 Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza.27 Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío (…) 32 Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”. Rm 1, 18-32.

“El hombre es capaz de llegar a una visión unitaria y orgánica del saber. Éste es uno de los cometidos que el pensamiento cristiano deberá afrontar a lo largo del próximo milenio de la era cristiana. El aspecto sectorial del saber, en la medida en que comporta un acercamiento parcial a la verdad con la consiguiente fragmentación del sentido, impide la unidad interior del hombre contemporáneo”. Fides et Ratio 85.

“Mi llamada se dirige, además, a los filósofos y a los profesores de filosofía, para que tengan la valentía de recuperar, siguiendo una tradición filosófica perennemente válida, las dimensiones de auténtica sabiduría y de verdad, incluso metafísica, del pensamiento filosófico. Que se dejen interpelar por las exigencias que provienen de la palabra de Dios y estén dispuestos a realizar su razonamiento y argumentación como respuesta a las mismas. Que se orienten siempre hacia la verdad y estén atentos al bien que ella contiene. De este modo podrán formular la ética auténtica que la humanidad necesita con urgencia, particularmente en estos años. La Iglesia sigue con atención y simpatía sus investigaciones; pueden estar seguros, pues, del respeto que ella tiene por la justa autonomía de su ciencia. De modo particular, deseo alentar a los creyentes que trabajan en el campo de la filosofía, a fin de que iluminen los diversos ámbitos de la actividad humana con el ejercicio de una razón que es más segura y perspicaz por la ayuda que recibe de la fe”. Fides et Ratio 106.

Artículo de Andrea Tornielli (inglés): http://vaticaninsider.lastampa.it/en/reviews/detail/articolo/francesco-francis-francisco-rodari-32436/

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