| 03 julio, 2022
Nadie me podrá imputar simpatías al nuevo obispo de Teruel. Para mí era, valiéndome de la genial venganza de Don Mendo, el «maldito Sariñena». Y su nombramiento de obispo me pareció pésimo. Lo que así manifesté. Aunque reconocía su inteligencia.
Pero también he de manifestar que su paso por Teruel es discretísimo. Si ha metido el cuezo alguna vez a mí no ha llegado. Nada que ver con Palencia, Almería o Mondoñedo-Ferrol.
Pues, bien por Satué.