Creándose, como era previsible, entre esos obispos y buena parte de los católicos un antagonismo de peligrosísimas consecuencias para esos obispos, ahí me las den todas, y lo que es mucho más preocupante,para la Iglesia española. La situación de esos personajillo viene agravada por su escasśma entidad personal. No eran nadie,adie les considera hasta que vino a posarse sobre ellos la mirada vaticana haciendo todavía más absurda la tan inmerecida promoción al poner a la vista de todos sus manifiestas carenciasculturales, eclesiales, teológicas, pastorales, doctrinales e incluso humanas. Solo ha habido un beneficiario de este odium plebis. El cardenal Omella del que parecen haberse olvidado no pocos de los que le manifestaban, un día sí y otro también su irreductible antipatía. Que ahora se ha trasladado por no pocos a Cobo y Satué.
Tal vez su misma levedad, tanta, disimula algo la gravedad de la ruptura pues es difícil tener poor el gran enemigo a alguien a quien llaman Cobito sin duda por su manifiesta pequeñez. T tampoo el maldito Sariñena, otro producto de conciliábulos maños contribuye, siendo su cortedad tanta, a magnificar el conjunto madrileño-aragonés. Tampoco pueden evocar los madrileños aquellos días de Tarancón al paredón, El de Jaén no aguanta la comparacióóncon con el levantino ni por tamaño,, personalidad ni ninguna otra característica que en Cobito no pasará de caracteristiquita.
https://infovaticana.com/2025/03/31/la-venganza-de-cobo-y-satue/
Creo que Cobo no es un obispo tan nefasto como Satué. Por ejemplo, ha abogado en Roma para que no echen a los benedictinos del Valle.
Que le debe Cobo a Josete?