«A este respecto es oportuno observar que Fiducia supplicans , atribuye a la palabra «pastoral» un significado peculiar: es decir, el sentido de un cuidado particularmente dirigido al acompañamiento de aquellos a quienes se ofrece la bendición; a imagen del «buen pastor» que no descansa hasta encontrar a cada uno de los que se han extraviado». Se estira la parte final de tiempos de Ratzinger: «Las oraciones de curación se consideran litúrgicas si están incluidas en los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente de la Iglesia; de lo contrario no son litúrgicas». Con esto se nos intenta convencer que «se establece que existen oraciones de curación litúrgica o ritual, y otras que no lo son, pero que también son legítimamente admitidas. Y esto lleva a afirmar que «el término «litúrgico» utilizado en la Fiducia supplicans para definir las bendiciones rituales, diferentes de las pastorales, representa ciertamente una evolución pero que forma parte de la enseñanza de las últimas décadas».
Por otro lado, el cardenal Sarah, en la Universidad Católica de África Oriental en Nairobi, dijo que está “muy orgulloso” de que los obispos africanos hayan rechazado “completamente” el controvertido documento vaticano Fiducia Supplicans que propone la bendición sacerdotal de parejas en situación irregular y parejas del mismo sexo. “Creo que Fiducia Supplican tiene una respuesta de los obispos africanos, muy clara”. “Y no sólo los obispos africanos, sino muchos en Europa, en Kazajstán y en Polonia, se negaron, porque el documento no tiene base bíblica ni teológica”. “Me sentí muy orgulloso de escuchar a los obispos africanos rechazar completamente este texto. Y muchos otros obispos incluso en Brasil se negaron». Explicó que la oposición a la Fiducia Supplican no es una oposición al Papa Francisco, sino que es una medida “que se opone firme y radicalmente a una herejía que socava gravemente a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas”. “La Fiducia Supplicans debe considerarse doctrinalmente problemática, porque contiene una negación de la doctrina católica”».
Hay que echar al Trucho
En una sociedad abierta en la que hay libertad de expresión cada uno puede manifestar la opinión que le parezca y remar en pos de los objetivos que considere oportuno. También en la Iglesia y, sobretodo, si se trata de temas generales de índole económica o social. Papa Francisco está metido en un lío descomunal por su mala cabeza.
San Juan Pablo II fue un actor principal, junto a Reagan y Thatcher en la caída del bloque soviético. Al Papa Wojtyła le sucedió el Papa Ratzinger, Benedicto XVI; y tras él, accedió a la silla de Pedro, Bergoglio, Papa Francisco. La extracción de cada uno dice mucho de su acción como Papa. Lo cierto es que los dos primeros son dos gigantes de la teología y la filosofía mientras que el tercero, el actual Papa Francisco, es un enano en ambas disciplinas.
Cuando san Juan Pablo II colaboró en la caída y desaparición del sistema comunista, era consciente de que, ante un sistema totalitario y asesino había una alternativa: el sistema liberal, la economía de mercado. Años después, cuando accedió a la silla de Pedro un tal Bergoglio como Papa Francisco, con sus prejuicios, su populismo, sus filias y sus fobias tercermundistas, yo creo que intentó jugar el papel (jouer le rôle) de emular al Papa Juan Pablo II respecto al comunismo. Francisco pretendió que él iba a desempeñar la misma función de Juan Pablo II, pero, en su caso, respecto al capitalismo. Ya sabemos que no hay ningún sistema fetén pero el sistema deocrático ha sido definido como el menos malo de todos los sistemas.
Juan Pablo II luchó para que cayera el sistema criminal y asesino del comunismo porque lo conocía y lo había sufrido en sus carnes; pero era consciente de que había alternativa: la democracia, la economía de mercado, el sistema de derecho, como así fue: todos los países del este, en fila india, pidieron enrolarse en las democracias occidentales. Nada que ver con los intentos de la jerarquía actual, Papa Francisco mediante, que critican la economía de mercado con la misma intención de hacerla caer, ¿son conscientes de que no existe alternativa al sistema democrático de libre mercado? ¿Cómo vas a hacer caer un sistema sin antes contar con una alternativa? Eso lo pueden hacer los partidos populistas inconscientes e indecentes ¿pero un Papa? A eso se le llama voluntarismo, buenismo, populismo, incluso tontismo. No se puede dejar huérfana a la sociedad ni abocarla al caos. Y menos puede propugnarlo un Papa (salvo que no crea en el evangelio y se dedique al postureo, al cambio climático y otros desvaríos de la corrección política). Pues bien, esta es la hora en la que las carencias históricas, culturales, económicas y políticas, ha hecho que quienes en la actualidad ocupan puestos de poder en la Iglesia, ignorando las más elementales reglas y conocimientos, pretenden destruir un sistema, por muchos defectos que tenga que los tiene, sin una alternativa creíble; y mucho peor si propugnan como alternativa un sistema criminal y asesino como es el comunismo y sus sucedáneos latinoamericanos.
Si nos faltaba algo para la gran debacle a la que estamos asistiendo, el pontificado del Papa Francisco se caracteriza por entregarse al populismo, al relativismo doctrinal, a la corrección política, al postureo con el ánimo, según parece, de congraciarse con la modernidad y conseguir clientela, pero a lo que en realidad vamos es a un cisma de proporciones descomunales. El colofón es que una institución milenaria no se puede dejar en manos de quienes tienen pájaros en su cabeza. Ocupe el rango que ocupe.
Martín; yo no tengo la menor autoridad para peier que se eche al Papa. Sería arrogarme algo que cae absolutamente fuera de mis capacidades. Ahora, pedirle al Papa que eche al Trucho creo que puedo hacerlo, ya que me haga caso es cosa suya,no mía.
Si los hay que creen que pueden echar al Papa sin la más mínima probabilidad de ello, también es cosa suya, no mía. Yo a lo nás que puedo llegar es a opinar si Francisco me parece un Papa bueno, malo o regular. Y lo que me parece creo que se me nota. Sin que por ello sufra mi catolicismo.
Que graciosos, han hecho una búsqueda entre los textos de Benedicto XVI, por la palabra litúrgica, y cuando han dado con ella, pretenden atribuir el sentido que ellos le dan a BXVI, sin embargo la clave en el texto del Papa, es ORACION DE CURACIÓN, no dice bendición aprobativa, sino oración de curación, y precisamente el tucho y papancho, no quieren que ninguno de los sodomitas, se curen, sino que se empecinen en pecado.
Cierto , gracias.
«Explicó que la oposición a la Fiducia Supplican no es una oposición al Papa Francisco».
El Cardenal Sarah sigue con los equilibrismos. Se opone a una medida que el Papa Francisco defiende a capa y espada, pero sin oponerse a Francisco. Es la cuadratura del círculo.
Hay que echar al Trucho, sí, ¿y a su jefe no? Y de paso, ¿a su amigo hoy secretario del Papa tampoco?
Nadie se acuerda ya del Trucho ese marioneta. De Bergoglio, en cambio, se resiente cada día y cada hora la Iglesia entera.