«Auge de vocaciones en la FSSPX»

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Seminaristas FSSPX

Datos excelentes en estos tiempos de tanta escasez vocacional.

https://infovaticana.com/2022/10/21/auge-de-vocaciones-en-los-seminarios-de-la-fsspx/

Con un gran abrazo a José Ramín García Gallardo, sacerdote de la FSSPX y queridísimo amigo

 

 

Comentarios
3 comentarios en “«Auge de vocaciones en la FSSPX»
  1. Por sus frutos los conoceréis dijo el Señor. Pues ya ven. Parece ser que después de 60 años Lefebvre tenía razón. La «falsa» iglesia muere sin descendencia ni futuro y la Iglesia Católica, la de siempre, la de la Fe Católica de siempre vive, tiene futuro, da frutos. ¡A callar!

  2. Forman parte de la Iglesia Católica y me temo que van a ser parte fundamental de ella cada vez más. Quién sabe si fueron en su día el tronco verde que supuso la supervivencia de la Iglesia mientras los que pensaban que ERAN la Iglesia terminan por morir sin relevo alguno.

  3. Vamos a ver. Voy a intentar ser neutral. Se ve que muchos aquí están confundidos sobre la situación canónica de los miembros sacerdotes de la FSSPX. Curiosamente Francisco ha sido el Papa que más los ha rehabilitado. Antes, Benedicto XVI determinó que estaban suspendidos «a divinis». Es decir, no podían ejercer su sacerdocio lícitamente. Francisco, en el año de la misericordia les concedió la capacidad de oír confesiones, hecho que ha prorrogado hasta nueva orden. Más tarde les ha dado la capacidad de presidir el sacramento del matrimonio.

    Situación actual: al estar estos sacerdotes no incardinados en ninguna diócesis su ministerio está en el aire. Realmente sólo pueden lícitamente oír confesiones y presidir matrimonios con permiso del ordinario. Los demás sacramentos son administrados, por tanto, válidamente, pero ilícitamente, pues no pueden ejercer, como digo, otras funciones en su ministerio.

    Y ahora, con las trabas a la misa tridentina, el mismo Francisco, que parecía estar dando pasos, les ha dado un buen palo.

    De facto siguen en una situación cuasi cismática, pues siguen sin aceptar el Vaticano II, aunque ambas partes, Roma y FSSPX, intentan evitar esa palabra.

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