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Poca alegría y muchos insultos. Francisco explicado por el padre Spadaro

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La presentación oficial en la sala de prensa vaticana, el lunes 9 de abril, de «Gaudete et exsultate» – la tercera exhortación apostólica del papa Francisco, luego de «Evangelii gaudium» y «Amoris laetitia» – ha sido un ejercicio totalmente inútil, tanto por la nulidad de las cosas dichas, ni siquiera reproducidas en el boletín oficial, como por la insignificancia de quienes las dijeron: el vicario de la diócesis de Roma, Angelo De Donatis; la ex presidente de la Acción Católica Italiana, Paola Bignardi y el periodista Gianni Valente, éste último amigo íntimo de Jorge Mario Bergoglio desde antes que fue elevado al papado. Los tres con una apariencia de haber leído solamente en forma anticipada el documento que debían ilustrar, sin saber nada más.

Pero, por otra parte, llegó inmediatamente después el director de «Civiltà Cattolica», el jesuita Antonio Spadaro, para llenar el vacío de la presentación oficial.

En efecto, el padre Spadaro puso en red el mismo día, en la página web de su revista – impresa con el imprimatur del Papa – una propia presentación en cuatro idiomas de «Gaudete et exsultate», de la que ya desde el título se anuncia que va a revelar «raíces, estructura y significado».

Y lo hizo con tal abundancia y precisión de datos, que hace pensar con poco margen de error si la compilación inicial del documento papal no ha sido obra suya.

En «Gaudete et exsultate» no hay nada que Bergoglio ya no haya dicho y escrito, también en años lejanos. Y Spadaro proporciona el índice:

– algunos pasajes de «Evangelii gaudium», texto programático de este pontificado;
– las «Reflexiones sobre la vida apostólica», escritas por Bergoglio en 1987;
– la presentación hecha por Bergoglio en 1989 del libro «Mi ideal de santidad”, del jesuita argentino Ismael Quiles, quien fue su profesor;
– la máxima «simul in actione contemplativus» del jesuita Jerónimo Nadal, uno de los primeros compañeros de san Ignacio de Loyola;
– el libro «Discernimiento y lucha espiritual», del jesuita Miguel Ángel Fiorito, padre espiritual del joven Bergoglio, que escribió el prólogo en 1985;
– la máxima de san Ignacio, muy apreciada por Francesco: «Non coerceri a maximo, contineri tamen a minimo divinum est» (Cosa divina es no estar oprimido por lo más grande y, sin embargo, estar contenido entero en lo más pequeño),
– el documento final de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Aparecida en el 2007, del cual Bergoglio fue el artífice principal;
– y, por último, varias homilías matutinas de Francisco en Santa Marta.

Pero sobre esta trama de fondo, con el tema general la “llamada a la santidad”, el papa Francisco ha creído que era bueno enhebrar una sarta de sus insultos – también éstos recurrentes en muchos de sus anteriores escritos y discursos – contra sus críticos y sus objeciones.

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De sus objetores en el interior de la Iglesia, Francisco traza en «Gaudete et exsultate» un perfil perjudicial y descalificador.

Son los que con «cara de funeral» tienen «la obsesión por la ley, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia «.

Son los que someten la religión, poniéndola «al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales».

Son los que conciben la doctrina como «un sistema cerrado, privado de dinámicas capaces de generar interrogantes, dudas, cuestionamientos».

Son los que se recluyen en una “mediocridad tranquila y anestesiante”, hecha de «individualismo, espiritualismo, encerramiento en pequeños mundos, dependencia, instalación, repetición de esquemas ya prefijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas».

Son los que le gusta «blanquear los ojos en un supuesto éxtasis» y montan «una santidad ‘teñida’, totalmente hermosa y bien hecha”, pero en realidad “falsa”.

Son, en dos palabras, los modernos “gnósticos” y “pelagianos”, versión actual de estas dos antiguas herejías.

¿En estos insultos del papa Francisco contra sus objetores se puede reconocer alguna referencia «ad personam»?

Por lo que escribe el padre Spadaro, se podría decir que sí.

Hay un pasaje, en el parágrafo 26 di «Gaudete et exsultate», que parece liquidar dos milenios de monacato contemplativo, masculino y femenino:

«No es sano amar el silencio y evitar el encuentro con el otro, desear el descanso y despreciar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. Estamos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción».

Y aquí está lo que escribe Spadaro, al hacer la exégesis de este pasaje:

«De hecho, éste es el ideal ignaciano, según la célebre fórmula de uno de sus primeros compañeros, el padre Jerónimo Nadal: ser ‘simul in actione contemplativus’. Las alternativas como ‘o Dios o el mundo’ u ‘o Dios o la nada’ son erróneas».

Atención. «Dios o la nada» y «La fuerza del silencio» son exactamente los títulos de los libros más importantes del cardenal Robert Sarah, es decir, del más autorizado portador de una visión de la Iglesia Católica alternativa a la propugnada por el papa Francisco.

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Más allá de los insultos contra los opositores, en «Gaudete et exsultate» Francisco ha insertado también algunas respuestas a críticas formuladas contra él.

Por ejemplo, en los parágrafos 101 y 102, las críticas a su forma de tratar la cuestión de los migrantes:

«Algunos católicos afirman que es un tema secundario al lado de los temas ‘serios’ de la bioética. Que diga algo así un político preocupado por sus éxitos se puede comprender; pero no un cristiano».

Otro ejemplo. En el parágrafo 115 el Papa la emprende con esos “medios de comunicación católicos” que buscan «compensar las propias insatisfacciones» violando el octavo mandamiento: «No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad».

Pero curiosamente, el día en el que Francisco puso su firma en «Gaudete et exsultate» fue el 19 de marzo.

Que fue la fiesta de San José. Pero fue también el día final de la «saga Viganò», es decir, el día de la más colosal «fake news» instrumentalizada hasta aquí por el pontificado de Francisco, y además a expensas de su inocente predecesor Benedicto XVI.

Comentarios
10 comentarios en “Poca alegría y muchos insultos. Francisco explicado por el padre Spadaro
  1. Mariana, he tardado en contestarte, aunque pensé no hacerlo, porque tienes un serio, pero que muy serio, problema de comprensión lectora; al menos respecto a mi comentario. Creí que acudías a la ironía. Pero no. ¡Qué pena! Es que no te has enterado de nada, pero que nada, de lo que he manifestado en mi comentario.

  2. Radical viene de raíz. El problema es que hay raíces y raíces, buenas y malas. Yo soy un radical católico, pues mi raíz es Jesucristo y su y mi Iglesia Católica, por lo que estoy llamado a la santidad. Por el contrario, el radical musulmán o marxista o genderista son peligrosísimos, pues sus raíces son perversas.

  3. 2 de enero:
    Por qué no leeis Mateo 24 y el Apocalípsis?
    Tal vez esto te permitiera comprender algo de los temas que nos ocupan en este blog.
    También te sugiero leer algo sobre los signos de los tiempos. Pienso que leer a Leon Bloy, el Mensaje de Fátima y de Garabandal, no te caerían mal. Así tal vez tendrías elementos para opinar. Ah! y por supuesto el Catecismo!

  4. Maria Victoria y 2 de enero: No estáis bien ubicados.
    No os asiste el deseo de encontrar la verdad con argumentos. Sois sentimentalistas con emoción pero sin cultura.
    En este blog se plantean argumentos, se habla de doctrina, se desenmascaran las falacias. ¿No os habéis dado cuenta?
    Extraño sería que dierais argumentos en lugar de opiniones.
    Para entender lo que se discute en este blog, deberíais conocer la Biblia, la Teología moral, la Epistemología, las tecnicas de argumentación y demostración, etc., etc.
    ¡Apuesto que sobre esto no podéis discutir!!!

  5. Es una labor iniciada por algunos hace 53 años y continuada por muchos: la demolición de la Iglesia… bajo la apariencia de pretender lo contrario. Unos con más fuerza, otros con menos intensidad, pero todos ellos dando martillazos a la Roca para intentar resquebrajarla y erosionarla poco a poco. No conseguirán destruirla. Sí deteriorarla.

  6. Maria Victoria, es mejor que te pasees por la primaveral Religión en Libertad, pero, si de verdad quieres enterarte de lo que acaece en la Iglesia y del lamentable papa, si es que lo es, que padecemos, entra también por aquí y no tengas pavor a debatir con hechos reales, no con cuentos de la misericorditis. Me hace gracia lo de rigoristas. Resulta que, en el mundo actual, con unas enormes tragaderas de todo tipo de aberraciones, la mayoría de ellas legalizadas o en camino de serlo, el único problema somos los “rigoristas”, que no nos da la gana de tragarlas. ¡ Sencillamente demoníaco !

  7. El demoledor de la Iglesia se disfraza de santidad para acelerar la demolición con la ayuda de sus esbirros, entre los que Spadaro es uno más, no el más temible.

  8. Las descalificaciones soeces a todo el que defienda el Evangelio sin recortes son propias de un enemigo de Cristo.
    El ataque directo a las obras del cardenal Sarah es mezquino e incalificable.
    La publicación de esta «exhortación» a una santidad falsificada unos días después de profanar la Semana Santa negando bajo cuerda la existencia del infierno y la inmortalidad del alma nos da la medida de este personaje siniestro.

  9. Terrible documento que solamente se puede leer como análisis de frases que contienen pura oposición de contrarios: Los contrarios son los que no piensan como él, y en dialéctica marxista la conclusión es el cambio que propone contra todo lo tradicional y que dice que son los que están mal.
    Pero desafortunadamente no todos entienden de dialéctica marxista. Conviene recordar que los dos vicios opuestos al don de entendimiento: La ceguera de la mente y el embotamiento de la inteligencia.
    Ceguera de qué? ceguera de la verdad.
    Embotamiento de la mente? si, embotamiento de la mente porque el documento no hace juicios que en lógica se llaman juicios rectos, esto es, correctos y hablando de verdad, sin falacias.
    Terrible documento…

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