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Novedades desde Santa Marta. Puertas abiertas a las mujeres sacerdotes

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El 2 de agosto del 2016 el papa Francisco instituyó una comisión para estudiar la historia del diaconado femenino, a los fines de una eventual restauración. Algunos vieron en esto un primer paso hacia el sacerdocio de las mujeres, a pesar que el mismo papa Francisco pareció haberlo excluido taxativamente, al responder de este modo a una pregunta en el vuelo de regreso de su viaje a Suecia, el pasado 1 de noviembre (en la foto su abrazo con el arzobispo luterano sueco Antje Jackelen):

«Sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra clara fue pronunciada por san Juan Pablo II, y ésta permanece».

Pero al leer el último número de «La Civiltà Cattolica», la cuestión de las mujeres sacerdotes aparece muy lejos de estar cerrada. Más bien, aparece abiertamente.

«La Civiltà Cattolica» no es una revista cualquiera. Por estatuto, cada una de sus líneas es impresa con el control previo de la Santa Sede. Pero además está el estrechísimo vínculo confidencial que existe entre Jorge Mario Bergoglio y el director de la revista, el jesuita Antonio Spadaro.

Quien a su vez tiene su colaborador de más confianza en el vice-director Giancarlo Pani, también él jesuita, al igual que todos los escritores de la revista.

Ahora bien, en el artículo firmado por él y que abre el último número de «La Civiltà Cattolica», el padre Pani hace pedazos tranquilamente precisamente «la última palabra clara» – es decir, el no claro y tajante – que Juan Pablo II pronunció contra el sacerdocio de las mujeres.

Para ver de qué manera lo hace, no queda más que releer este pasaje del artículo, justamente dedicado a la cuestión de las mujeres diaconisas, pero del cual vislumbra una señal para tener esperanzas también en la cuestión de las mujeres sacerdotes.

*

NO SE PUEDE SÓLO RECURRIR AL PASADO

por Giancarlo Pani S.I.

[…] En la solemnidad de Pentecostés de 1994 el papa Juan Pablo retomó, en la Carta Apostólica «Ordinatio sacerdotalis», el punto de llegada de una serie de anteriores intervenciones magisteriales (entre ellas «Inter insigniores»), concluyendo que Jesús ha elegido solamente hombres para el ministerio sacerdotal. En consecuencia, «la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres. Este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».

El pronunciamiento era una palabra clara para todos los que consideraban que podían discutir el rechazo de la ordenación sacerdotal de las mujeres. Sin embargo, […] poco tiempo después, luego de los problemas suscitados no tanto por la doctrina cuanto por la fuerza con la que era presentada, se planteaba un interrogante a la Congregación para la Doctrina de la Fe: la «Ordinatio sacerdotalis» puede «ser considerada como perteneciente al depósito de la fe?». La respuesta fue «afirmativa», y la doctrina ha sido calificada como «infallibiliter proposita», es decir, «se la debe mantener siempre, en todas partes y por todos los fieles».

Las dificultades de recepción de la respuesta creó «tensiones» en las relaciones entre Magisterio y Teología por los problemas vinculados. Éstos son relevantes a la teología fundamental respecto a la infalibilidad. Es la primera vez en la historia que la Congregación apela explícitamente a la Constitución «Lumen gentium», n. 25, donde se proclama la infalibilidad de una doctrina porque es enseñada para que se la considere como definitiva por los obispos dispersos en el mundo, pero en comunión entre ellos y con el sucesor de Pedro.

Además, la cuestión roza la teología de los sacramentos, porque se refiere al sujeto del sacramento del Orden Sagrado, que tradicionalmente es justamente el hombre, pero no toma en cuenta los desarrollos que en el siglo XXI han tenido la presencia y el rol de la mujer en la familia y en la sociedad. Se trata de dignidad, de responsabilidad y de participación eclesial.

El hecho histórico de la exclusión de la mujer del sacerdocio por el «impedimentum sexus» es innegable. Pero ya en 1948, mucho antes de las disputas de los años sesenta, el padre Congar hacía presente que «la ausencia de un hecho no es criterio decisivo para concluir siempre prudentemente que la Iglesia no puede hacerlo y no lo hará jamás».

Además, agrega otro teólogo, «el “consensus fidelium” de muchos siglos cuestionado en el siglo XX, sobre todo a causa de los profundos cambios sociales-culturales que han afectado a las mujeres. No tendría sentido sostener que la Iglesia debe cambiar sólo porque han cambiado los tiempos, sino que sigue siendo verdad que una doctrina propuesta por la Iglesia reclama ser comprendida por la inteligencia creyente. La disputa sobre las mujeres podría ser puesta en paralelo con otros momentos de la historia de la Iglesia; en todo caso, en la cuestión del sacerdocio femenino son claras las «auctoritates», es decir, las posiciones oficiales del Magisterio, pero muchos católicos se esfuerzan para comprender las «rationes» de opciones que, más que expresión de autoridad, parecen significar autoritarismo. Hoy hay malestar entre quienes no llegan a comprender cómo la exclusión de la mujer del ministerio de la Iglesia puede coexistir con la afirmación y la valoración de su igual dignidad». […]

*

A juicio de «La Civiltà Cattolica», entonces, no sólo se ponen en duda la infalibilidad y el carácter definitivo del «no» de Juan Pablo II a las mujeres sacerdotes, pero más que este «no» son válidos «los desarrollos que en el siglo XXI han tenido la presencia y el rol de la mujer en la familia y en la sociedad».

Estos desarrollos – prosigue el razonamiento de la revista – hacen ahora incomprensibles las «rationes» de las prohibiciones «que, más que expresión de autoridad, parecen significar autoritarismo».

En otras palabras, el hecho que la Iglesia Católica no haya tenido jamás mujeres sacerdotes no impide que las haya en el futuro:

«No se puede recurrir siempre al pasado, como si solamente en el pasado hay indicaciones del Espíritu. También hoy el Señor guía a la Iglesia y sugiere asumir con valentía perspectivas nuevas».

Y Francisco es el primero que «no se limita a lo que ya se conoce, sino que quiere adentrarse en un campo complejo y actual, para que sea el Espíritu quien guíe a la Iglesia», concluye «La Civiltà Cattolica», evidentemente con el imprimatur del Papa.

(Traducción en español de José Arturo Quarracino, Temperley, Buenos Aires, Argentina)

Comentarios
19 comentarios en “Novedades desde Santa Marta. Puertas abiertas a las mujeres sacerdotes
  1. J QUEJIOS
    Es muy sencillo si es que tienes ganas de enterarte. La iglesia católica se basa en la Verdad revelada y eso se recoje en los dogmas. Si no quieres dogmas, es que no eres católico, sino luterano. Vete a un blog de los tuyos, sin dogmas, con obispesas y mamoneos varios, y tu feliz y nosotros mas.

  2. Si Francisco dice que: “sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra clara fue pronunciada por san Juan Pablo II, y ésta permanece”… no les quepa ninguna duda: Francisco hará lo contrario, intentará todo lo posible para cambiar la doctrina. Francisco es el rey de la mentira y el engaño.

  3. Javier Ejías, hablé de verdades, ¿por qué es importante contar con verdades objetivas? Porque una verdad subjetiva es una mentira subjetiva y nadie quiere mentirse a sí mismo, ahora sí hay algunos que quieren mentirle a otros en ciertas circunstancias para dañar y sacar provecho dañando, pero el problema más grave surge cuando solamente cuentas con mentiras subjetivas, te transforman, entonces, en una persona vil, en alguien malvado. Se invierte tu naturaleza y aflora la segunda naturaleza del pecado, por ello tu vida se invierte, encuentras placer en dónde deberías encontrar vergüenza, pena o arrepentimiento. El hombre invertido en lo religioso, en lo sexual, en lo moral tiene una ceguera que le impide ver su condición de pecador, arrepentirse y buscar la verdad, pregunta como Pilatos ¿qué es la verdad? y da vuelta la espalda. Pertenece pues al demonio y es muy difícil que disminuya el daño que genera a la sociedad y que pueda alcanzar la salvación.

  4. Para Bergoglio y para muchos obispos, cardenales y sacerdotes es fácil atacar al católico porque es fácil desde la jerarquía atacar a la verdad. Como el católico cuenta con muchas verdades y respeta y obedece la estructura de la Iglesia sólo necesita el que está en la jerarquía de la Iglesia enseñar una mentira para que el resto fiel no pueda hacer casi nada. Mientras el papa y sus cardenales profesaron una misma fe, el católico podía contar con verdades, ahora esas verdades les son negadas desde aquellos que gobiernan la Iglesia. No tirar las perlas a los cerdos y nuestros cardenales y obispos le han entregado todo lo sagrado. Si la sal pierde su sabor no hay con qué salarla, ¿quién defenderá la Verdad ahora que los malos pastores gobiernan y dominan toda la Iglesia? ¿Quién detendrá a aquél que premia con Cristo el adulterio y, por ello, premiará con la Eucaristía a todos los demás pecados, errores y herejías?

  5. Tankara, el celibato es disciplina eclesiástica, el Papa podría cambiarlo, aunque en la tradición de la Iglesia latina, la disciplina del celibato es un valor a tener en cuenta, apoyado en «el sacerdocio» de Jesucristo. Pero puede cambiar.
    La ordenación de mujeres no es disciplina, es magisterio universal, que instituyó así Jesucristo, y Juan Pablo II recordó que era un tema cerrado y que la Iglesia no tiene poder para cambiarlo.
    Ya pueden decir lo que quieran el Spadaro y la Chivilta, que «no es no».

  6. Claudio, ojalá fuera una maniobra de distracción, pero Francisco aclaró ya hace tiempo que, pese a quien pese, seguiría adelante con sus «reformas», que son más bien demoliciones. Le queda ya muy poco para presentarse ante Dios y quiere acabar de demoler la Iglesia Católica para que sea una confesión protestante más y constituir la federación de iglesias reunificadas en el papa de la misericordia para con todos, menos con los católicos.

  7. OJO que se trata de una cortina de humo para ocultar el desorden que se ha vertido sobre los sacramentos. Como no saben qué hacer frente a la dispersión de obispos y sacerdotes resultado de las ambigüedades especialmente contenidas en AL, como no tienen argumentaciones fundadas en la Teología sobre la alteración de los sacramentos en su materia y forma, empiezan a tratar de distraer a la gente hacia otros temas. Frente a la impericia demostrada en las cuestiones Venezolana, China, Superbowl, Luteranismo, escándalos sexuales, económicos, Orden de Malta, etc. los que manipulan al Papa inventan fuegos de artificio para tratar no de componer lo roto sino de taparlo. Qué debemos hacer frente a eso, primero la oración para que Dios nos ayude y encanime (Sal 50 19 Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias)., luego apliquemos las enseñanzas de Cristo a nosotros con Fe y ajustemos nuestra conducta a Cristo : (MC 20 23. Y agregó: «Lo que procede del hombre, eso es lo que mancha al hombre. 21. Porque es de adentro, del corazón de los hombres, de donde salen los malos pensamientos, fornicaciones, hurtos, homicidios, 22. adulterios, codicias, perversiones, dolo, deshonestidad, envidia, blasfemia, soberbia, insensatez. 23. Todas estas cosas malas proceden de dentro y manchan al hombre».)

  8. No se preocupen que no habrá ministerio ordenado para las mujeres. Sandro Magister se deja llevar por la imaginación. Por otra parte también se ha corregido la elección de Nuestro Señor al hacer que el apostol Simón, precisamente el único de los doce de quien consta su condición de casado, fuera nada más y nada menos que «Petrus». Ya ven lo que son las cosas y las tradiciones. No todo es tan sencillo. No se preocupen. No se va a tocar el celibato y nada de mujeres ordenadas. Faltaría más.

  9. El único puesto importante es el del cielo, no el de la iglesia. Santa María Virgen es la Reina de la Creación y Dios la hizo su madre y la elevó incorrupta a los cielos. Y no es cosa solo de la iglesia católica romana, los coptos a la virgen la veneran, y no digo nada ya de los coptos etiópes, los ortodoxos, y así todos los cristianos de ritos antiguos. Por algo será. Dios nos hizo a su imagen y semejanza, a ambos y a nosotors nos regaló la maternidad, que no la cambio yo por ningún sacerdocio del mundo.

  10. A este paso, veremos a la monja Caram ordenada de sacerdotisa… o incluso cardenala. Y a Javier Ejías, prefecto para la congregación del clero y de la clera.

  11. Por no herir oídos demasiado susceptibles, no voy a citar las palabras de san Pablo sobre la condición del hombre y la mujer en la Iglesia, sino solo decir que Jesucristo era hombre, y que en la última cena instituyó la Eucaristía rodeado de sus doce apóstoles, todos hombres, a quienes mandó hacer lo mismo en memoria suya. No me extraña que haya quienes planteen el sacerdocio femenino, cuando el mismo Francisco acudió a una conmemoración de la «reforma» luterana, donde abrazó a una «obispesa» y a una «sacerdotisa» lesbiana practicante. A este paso, es cuestión de tiempo que algunos pseudocatólicos planteen también la ordenación de sacerdotes y sacerdotisas «casados» con alguien de su mismo sexo. La obra de demolición de la «secta secreta», profetizada por la beata A. C. Emmerich, sigue su curso en la Iglesia Católica.

  12. Viendo como las gasta el Trilero de la Pampa y su mamporrero Spadaro, no me extraña que pretendan ordenar mujeres. Si el Trolas del tango permite que los amancebados comulgen, ¿Por qué no va a hacer sacerdotisas? Asi de un plumazo acaba con la escasez de vocaciones. En unos pocos años habiendo curas y curesas el clero se reproducirá por si mismo, haciendo la gran familia episcopal, y los curitas saldrán con el breviario aprendido desde pequeñitos.
    Una vez que uno rechaza los diez mandamientos, cualquier transgresión es posible.

  13. JAVIER QUEJIOS
    Tu llamando retrasado a alguien eres un oxímoron. Si quieres ver un retrasado mírate en el espejo. Si es que cada vez que llegas tarde dices lo mismo: Es que vengo con retraso, y te contestan igual que tu retraso es tuyo, pero que llegues a la hora.
    Fijate si eres tonto que eres luterano, y no te quieres enterar. Si es que no hay cosa mas imbécil que un católico protestante. Y tu lo bordas.

  14. La mujer no puede ser sacerdote porque no puede actuar «in persona Christi», ser el mismo Cristo, en la celebración Eucarística. Fue Jesucristo quien fue crucificado y la Santa Misa es, en primer lugar, la conmemoración de ese Santo Sacrificio en la Cruz. La mujer no puede consagrar porque no puede pronunciar las palabras que Jesús dijo.

  15. Etxenique pareces retrasado. Cristo no ordenó sacerdotes, sólo envió discípulos a predicar el Reino y entre esos discípulos, si bien entre los 12 no había mujeres, sí que las había entre los depositarios del envío que eran muchos más (por ejemplo Pablo que no era uno de los 12). No hay más que leer las cartas de Pablo para saberlo. Pero claro dudo que tu sepas leer.
    Las mujeres se ordenarán antes o después y seguro que son unas presbíteras estupendas
    ¿Sandrino a quien sirves?

  16. ¿ Y cómo es que, si la igual dignidad de la mujer exige el sacerdocio, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, conocedor como nadie de lo que exige la dignidad humana, no eligió mujeres para el sacerdocio, habiendo además sacerdotisas en aquel tiempo ?

  17. TODO lo quiere arrastrar la corriente de moda que es lo femenino, lo ambiguo, lo transgresivo en todo orden, llegando a lo más sagrado, a la misma ley divina y su orden moral establecido. Pues moda es. Inconsistencia,superfluidad, error. Todo esto es el resultado del tedio a la permanencia de alguna idea o alguna cosa.De ahí las relaciones humanas vacías,los divorcios, la promiscuidad, el desprecio de los valores. La mujer sacerdote choca e hiere a la misma imaginación cuando semejante cosa no se ha conocido en la historia del cristianismo hasta el tiempo de los signos. Vayan vds.a distraerse con otras cosas para las modas

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