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Kasper vs. Ratzinger, la disputa que no tiene fin

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Reavivada por Francisco, el sínodo no la ha resuelto. En los párrafos sobre los divorciados que se han vuelto a casar no está la palabra «comunión». Pero el Papa, por propia potestad, podría introducirla por Sandro Magister

ROMA, 30 de octubre de 2015 – Era palpable la insatisfacción del Papa por cómo ha acabado el sínodo. En el discurso y en la homilía de clausura ha atacado de nuevo la «hermenéutica de la conspiración», la árida «fe de mapa» y a quienes quieren «sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y superficialidad, los casos difíciles y las familias heridas»: > Discurso del 24 de octubre > Homilía del 25 de octubre Sin embargo, el documento final, aprobado el sábado 24 de octubre, es en su totalidad un himno a la misericordia, desde la primera línea a la última: > Relazione finale del sinodo dei vescovi Pero no hay ni una sola palabra en este documento que separe la doctrina y la disciplina de la Iglesia católica de ese «no» a la comunión para los divorciados que se han vuelto a casar y que era el muro real que según los progresistas había que derribar, el umbral que habría llevado directamente a la admisión del divorcio y de las segundas nupcias. * Han pasado dos años desde que se anunció el sínodo hasta su conclusión. El inicio, en febrero de 2014, fue clamoroso, con el teólogo y cardenal alemán Walter Kasper, reformador desde siempre, encargado por Francisco de marcar  la línea a los cardenales reunidos en el consistorio. La elección de Kasper como actor principal era un programa en sí mismo, pues hace treinta años que éste batalla con su connacional Joseph Ratzinger, también él teólogo, cardenal y por último Papa, precisamente sobre las dos cuestiones capitales del sínodo que acaba de concluir: la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar y el equilibrio entre los poderes de la Iglesia universal y las Iglesias locales. En ambos frentes Ratzinger ya había salido victorioso como cardenal, gracias también a la autoridad de Juan Pablo II. Pero convertido también él en Papa, no apartó ni humilló a su antagonista. Al contrario, lo mantuvo cerca con el prestigioso cargo de presidente del pontificio consejo para la unidad de los cristianos. Pero con la llegada de Francisco todo se ha puesto de nuevo en juego. Y con él, Kasper ha resucitado como activo jefe de fila de los progresistas, con Ratzinger en silencio y en oración en su ermita de Papa emérito. El error de los progresistas ha sido hacer más de la cuenta. En el sínodo de  octubre de 2014 introdujeron en la «Relatio» de mitad de la discusión una serie de fórmulas de efecto que hicieron pensar inmediatamente en una revolución de la doctrina católica no sólo en lo que atañe al matrimonio, sino también a la homosexualidad. Pero esas fórmulas no reflejaban en absoluto lo que se había dicho en el aula. El contraataque fue mortal. Dos cardenales de gran autoridad, el húngaro Péter Erdö y el sudafricano Wilfrid Fox Napier, denunciaron públicamente la maniobra y señalaron al secretario especial del sínodo Bruno Forte como el principal autor de la manipulación. La «Relatio» final borró las frases abusivas y la homosexualidad salió de la agenda de los trabajos. Pero la cuestión de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar seguía abierta. Y en vista de la segunda y última sesión del sínodo el Papa Francisco volvió a confirmar a Forte como secretario especial y reforzó con unos nombramientos específicos el equipo de los progresistas. * Y llegamos a este mes de octubre. La carta que trece célebres cardenales, entre ellos Napier, han entregado al Papa el primer día del sínodo ha irritado al destinatario, pero ha conseguido el resultado deseado: que no se repitieran las maniobras del año anterior. En el aula y en los círculos lingüísticos ha prevalecido de inmediato la línea contraria a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, con los obispos de Norteamérica, Europa oriental y sobre todo de África en primera línea. Las elecciones del consejo que ha hecho de puente entre un sínodo y el otro han premiado con dosis masivas de votos a tres de los treces firmantes de la carta, los cardenales George Pell, Robert Sarah y Napier, más otros tres cardenales y obispos que están en la misma línea. Ha sido en ese momento cuando en el círculo «germanicus», dominado por Kasper, se ha madurado la decisión de dar un paso atrás y buscar una solución mínima, pero que se ha considerado la única que se podía presentar en el aula con probabilidad de éxito: la de confiar al «foro interno», es decir, al confesor junto al penitente, el «discernimiento» de los casos en los que permitir «el acceso a los sacramentos». Es una solución que el mismo Benedicto XVI no había excluido, aunque como hipótesis necesitada de «estudios y aclaraciones ulteriores». Y de hecho, en el círculo «germanicus» la ha suscrito también el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe y ratzingeriano de hierro. En el borrador del documento final del sínodo, en los tres párrafos sobre los divorciados que se han vuelto a casar, la solución «alemana» se ha transcrito en bloque, pero con algunos cortes clave, los únicos capaces de hacer que superara la prueba de la votación. Y así, en el texto definitivo, aprobado por más de dos tercios de los padres sinodales, las palabras «acceso a los sacramentos» ya no están, han sido dejadas a la imaginación. Y tampoco está la palabra «comunión», ni ningún término equivalente. En resumen, ningún cambio explícito sobre el punto clave. La decisión final la tiene que tomar Francisco, sóloƒ él. Pero el sínodo por él tan deseado se ha pronunciado de manera muy distinta a sus expectativas. __________ Esta nota ha sido publicada en «L’Espresso» n. 44 del 2015, en los kioscos a partir del 30 de octubre, en la página de opinión titulada «Settimo cielo» confiada a Sandro Magister. He aquí el índice de todas las notas precedentes: > «L’Espresso» al séptimo cielo __________ Los anteriores servicios de www.chiesa sobre el sínodo apenas concluido: > Iglesia sinodal. Pero el que decide todo será el Papa (27.10.2015) > Pero el sínodo de los medios de comunicación ya ha vencido al sínodo real(23.10.2015) > Napier, la voz de la verdad sobre la carta de los trece cardenales (21.10.2015) > Sínodo. El «conspirador» que hace todo a la luz del sol (19.10.2015) > La carta de los trece cardenales. Un antecedente clave (15.10.2015) > La carta de los trece cardenales al Papa. Segundo capítulo de la historia(14.10.2015) > Trece cardenales han escrito al Papa. He aquí la carta (12.10.2015) > Sínodo. Un tweet no hace verano (10.10.2015) > Sínodo. El primer golpe exitoso es de los conservadores (8.10.2015) __________ Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.

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