El doble «prejuicio tonto». El texto íntegro de la carta de Benedicto XVI

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La oficina de prensa de la Santa Sede no difundió el texto íntegro de la carta enviada el pasado 7 de febrero por Benedicto XVI al prefecto de la Secretaría para la Comunicación, monseñor Dario Edoardo Viganò.

Pero Viganò la leyó (ver foto) en ocasión de la presentación a la prensa de la colección «La teologia di papa Francesco», editada por la Libreria Editrice Vaticana y compuesta por once opúsculos, de distintos autores, sobre varios aspectos del magisterio escrito y oral del actual pontífice.

La carta está fechada el 7 de febrero y es la respuesta a una carta anterior de Viganò del 12 de enero. Pero puesto que ha sido dada a conocer la tarde del 12 de marzo, vigilia del quinto aniversario de la elección a Papa de Jorge Mario Bergoglio, ha llegado al gran público como si fuese una especie de «voto», más que bueno, dado por Benedicto a su sucesor al término de su primer quinquenio.

Para favorecer esta interpretación está también el comunicado de prensa difundido en la ocasión por el mismo Viganò, quien citó de la carta sólo el segundo y el tercer párrafo.

Pero en ellos Benedicto descarta no uno, sino un doble “prejuicio tonto”, tanto el que afirma que Francisco sería “solamente un hombre práctico privado de una particular formación teológica o filosófica”, como el otro según el cual él mismo, Joseph Ratzinger, sería «únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual».

Benedicto reconoce en Francisco lo que es innegable: que ha tenido una profunda “formación” en teología y filosofía. Así como reconoce una “continuidad interior” entre los dos pontificados, donde el adjetivo «interior» vale al menos en cuanto al sustantivo “continuidad”, dadas “todas las diferencias de estilo y de temperamento».

Y luego está ese parágrafo final, omitido en el comunicado de prensa en el que Ratzinger, con sincero candor, da pruebas de su finísima veta irónica. Hay que leerlo, y quien quiera entender que entienda.

A continuación, entonces, el texto íntegro de la carta, desde el encabezado hasta la firma final.

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Benedictus XVI
Papa Emeritus

Reverendísimo
Mons. Dario Edoardo Viganò
Prefecto de la Secretaría para la Comunicación

Ciudad del Vaticano
7 de febrero de 2018

Reverendísimo Monseñor,

Le agradezco su cortés carta del 12 de enero y por regalo adjunto de los once opúsculos editados por Roberto Repole.

Aplaudo esta iniciativa que quiere oponerse y reaccionar contra el tonto prejuicio, según el cual el papa Francisco sería solamente un hombre práctico privado de particular formación teológica o filosófica, mientras que yo habría sido únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual.

Los opúsculos muestran, con razón, que el papa Francisco es un hombre de una profunda formación filosófica y teológica, y por eso ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aunque con todas las diferencias de estilo y de temperamento.

Sin ambargo no puedo escribir sobre ellos una breve y densa página teológica, porque en toda mi vida ha sido siempre claro que he escrito y me he expresado solamente sobre libros que había leído verdaderamente. Lamentablemente, aunque sólo por razones físicas, no estoy en condiciones de leer los once opúsculos en un futuro próximo, por cuanto me esperan otros compromisos que ya he asumido.

Estoy seguro de que me comprenderá y lo saludo cordialmente.

Suyo

Benedicto XVI

Comentarios
7 comentarios en “El doble «prejuicio tonto». El texto íntegro de la carta de Benedicto XVI
  1. Tenía la seguridad de que Benedicto XVI, no diría una mentira ni siquiera «piadosa», como se está haciendo creer en ciertos entusiastas medios. Por otro lado, se palpa que cada vez más la opinión y cualquier comentario de Su Santidad Benedicto XVI, es muy importante aún para los «bergolianos» No esperaba menos de este blog: se apuntaron un 100 con este artículo.
    ¡Felicitaciones!

  2. Miremos con atención lo que ha sucedido. Viganó le envió un pedido a Benedicto (cuyo texto es necesario conocer para relacionarlo con las respuestas, pido que por favor se obtenga), cuyo alcance desconocemos. Lo que conocemos por la respuesta refiere a que Benedicto escriba algo sobre los 11 libros cuyos autores no son Francisco sino otras personas. Benedicto al contestar coloca el párrafo esencial al final, no se debe escribir sobre algo que no se ha leído y para leer 11 libros se requiere mucho tiempo.
    Benedicto que es muy inteligente y no admite trampas destruye de un plumazo lo que llama prejuicio necio.
    Para Benedicto no hay dos prejuicios, hay uno solo, con dos patas, Francisco no es un ignorante pero Benedicto no vive sentado en una nube.
    Benedicto invoca que los libros ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aunque con todas las diferencias de estilo y de temperamento. Dejando de lado que se requiere «mucha ayuda» para ver esa continuidad, qué significa «continuidad interior», no se dice continuidad, sino continuidad interior. Descifrar eso llevará siglos. Pero evidentemente no hay una continuidad exterior, lo que se exterioriza por Francisco no es continuo con Benedicto. Eso es absolutamente cierto y es la verdad. Leamos lo que han escrito cada uno (exteriorizado) sobre un mismo tema y no hace falta más nada.

  3. Opino que el último Papa católico no está hoy para astucias. La carta atribuida a él es falsa, de lo contrario que muestren la autógrafa. Si siguen con la mecanografiada, cualquiera que use una PC y una impresora, y que no tenga límites morales, los cuales hoy en el politburó de Santa Marta no existen, escribe sin problemas a nombre de Benedicto XVI.

    Este embuste lo necesitan para acallar los sonidos del silencio de Benedicto, en los últimos 5 años sobre el Papado de JorgeMario, metiendo a un santo anciano en un baile, que es seguro no quiere ni está en condiciones de bailar. Saben esto, por eso, usurparon su nombre para esta parodia del culto al líder de la Iglesia NP. Una canallada mayúscula.

  4. Benedicto, además de un sabio Doctor es la astucia en persona. Esta cualidad reconocían incluso sus detractores en tiempos de Juan Pablo II a Su Eminencia Tedesca.

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