Lætare, Jerusalem: et conventum facite omnes qui diligitis eam: gaudete cum lætitia, qui in tristitia fuistis: ut exultetis, et satiemini ab uberibus consolationis vestræ.
Ps. CXXI, 1. Lætatus sum in his, quæ dicta sunt mihi: in domum Domini ibimus.
Regocíjate, Jerusalén, vosotros, los que la amáis, sea ella vuestra gloria. Llenaos con ella de alegría, los que con ella hicisteis duelo, para mamar sus consolaciones; para mamar en delicia a los pechos de su gloria.
Sal. 121, 1. ¡Qué alegría tan grande la que tuve cuando oí que dijeron: ¡Andando ya, a la casa del Señor!.
2.- LA CONFUSIÓN SOBRE LA EUCARISTÍA.
Una noticia que me impactó, durante esta semana, de manera muy particular, corresponde a la Advertencia que el Santo Padre Benedicto XVI hizo durante una visita de un grupo de participantes de la Asamblea Plenaria de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. (Los destacados son de nuestra autoría).
Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI advirtió hoy la existencia de una ‘confusión’ sobre el sacramento de la eucaristía como consecuencia de una interpretación reduccionista del Concilio Vaticano II.
El pontífice recibió en audiencia en el Palacio Apostólico a un grupo de participantes en la asamblea plenaria de la Pontificia Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, que analizó el tema en los últimos días.Al tocar uno de los temas más debatidos en la historia de la Iglesia católica y en los últimos años, el Papa identificó ciertas ‘desviaciones’ que han ‘contaminado’ la renovación de la liturgia tras el concilio.
Esa reunión de obispos de todo el mundo que duró de 1962 a 1965 marcó un cambio total de la misa católica permitiendo, entre otras cosas, su celebración en las lenguas originales de los diversos países y no en latín como se pronunciaba antes.En su mensaje de este viernes, Benedicto XVI ponderó que una interpretación superficial del Concilio Vaticano II ha provocado que algunas ceremonias demuestren una ‘comprensión reduccionista del misterio eclesiástico’.
El Papa también sostuvo que durante la misa el pan se convierte, sustancialmente, en el cuerpo de Cristo. Esta doctrina no es reconocida por grupos cristianos llamados ‘protestantes’ y ha marcado históricas divisiones en la Iglesia.‘La doctrina de la transubstanciación del pan y del vino, de la presencia real son verdad de fe evidente ya en las sagradas escrituras. Pan y vino se convierten en su cuerpo y sangre’, insistió.Agregó que ‘en la eucaristía se vive la fundamental transformación de la violencia en amor, de la muerte en vida, ella arrastra después consigo otras transformaciones’.
Tradicionalmente hostil a las reformas litúrgicas posconciliares que hicieron prevalecer los idiomas y culturas nacionales en la misa, el Papa defendió ayer la liturgia católica frente a las exuberantes y alegres celebraciones africanas. Benedicto XVI restableció el año pasado la misa en latín, aunque aceptó que las misas en general continúen realizándose con el sistema litúrgico reformado que adoptó, en 1970, el Papa Pablo VI.«Estas celebraciones son festivas y alegres pero es esencial que no sean un obstáculo sino un medio para entrar en diálogo y en comunión con Dios», dijo Benedicto XVI a los 30 obispos de Camerún reunidos para escucharlo en su segunda jornada en Yaundé, la capital del país.
Como ocurrió en otros casos, el Papa expresó su preocupación por la compleja y rica religiosidad africana, que muchas veces incorpora a las ceremonias ritos provenientes de la tradición tribal, integrándolos con la liturgia católica. Afirmó que es necesario que las celebraciones «sean dignas».
Durante los veintitrés años que fue el cardenal defensor de la doctrina católica como estrecho colaborador y «ministro» de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger destacó su poca disponibilidad hacia las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II y los cambios que había consagrado Pablo VI. En Camerún, los católicos conforman el 26,7% de la población, o sea alrededor de 4 millones de fieles. El 22% es musulmán y hay cultos tradicionales y animistas africanos.
Pero en los últimos años se han expandido las confesiones protestantes, en su mayoría provenientes de EE.UU., como los pentecostales y los evangélicos. El tema preocupa mucho a la Iglesia africana. En especial por la presencia creciente en Camerún y Angola, el segundo país africano que visitará Benedicto XVI desde mañana, de la brasileña Iglesia Universal del Reino de Dios, que está cosechando muchos nuevos adeptos.En Camerún existen 250 etnias diferentes y el país se ha visto ensangrentado durante muchos años por los conflictos étnicos. Al respecto, el Papa dijo a los obispos del país que la iglesia «excluye cualquier tipo de etnocentrismo» y que su objetivo es «contribuir a la reconciliación y a la cooperación étnica».El Papa concluyó su segunda jornada en Africa con la celebración de las vísperas de la fiesta de San José, que es su onomástico (se llama Joseph) , junto a obispos, curas, religiosos y monjas, además de representantes de otras confesiones cristianas.En su homilía, Benedicto XVI hizo un nuevo llamado a la unidad de los cristianos africanos.