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[Consilium Liturgicum] – Ordenaciones Sacerdotales.

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Hace escasos días, la Santa Madre Iglesia ha llamado al orden presbiteral a dos diáconos en tránsito, para servir a la Iglesia en la diócesis de San José de Melipilla, en Chile. 
Sin duda, como todas las ordenaciones sacerdotales debiesen ser, es una celebración esplendorosa, donde se muestra de manera efectiva la Majestad de Dios y su acción en medio de la Iglesia.
Y, dado que este blog tiene por objetivo la promoción de la Sagrada Liturgia, no podemos sino analizar la Liturgia de este día. 
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Haciendo un plano general de la celebración, podremos decir que la Santa Misa fue litúrgicamente preparada de acuerdo a los cánones del pontifical romano para estos efectos. La asistencia de un Maestro de Ceremonias, seminarista diocesano con conocimientos sólidos sobre la liturgia, ayudó a que todo funcionara armoniosamente y para mayor gloria de Dios. Junto con ello, la liturgia tuvo diferentes elementos realzantes de la solemnidad, como por ejemplo, el incienso, y también, la música litúrgica, escogida por los ordenandos, en idioma latino y español, con cantos del himnario tradicional, y con la completa liturgicidad correspondiente. Además, la polifonía empleada, junto con el órgano, realzaron mucho más este momento sacro.

El arreglo del altar, con cuatro cirios, dos manteles, y flores muy discretamente distribuidas. Además, el numero de concelebrantes principales se redujo al Obispo Diocesano, a un Obispo acompañante, el Vicario general de la Diócesis, dos formadores del Seminario Ponticio Mayor de Santiago (El Sr. Rector y el Director Espiritual), dos curas párrocos de las parroquias de destino para los ordenandos, y finalmente, los Neo-Presbíteros. Todo el clero restante se ubicó fuera del presbiterio, en un costado, desde donde pudo seguir de buena manera esta acción litúrgica.

En cuanto a los ritos propios de la ordenación, se observaron todas las normas litúrgicas del pontifical, salvo un detalle no menor, el cual guardaremos con prudencia, dado que ya se ha aclarado el tema con el Obispo consagrante. En cuanto a las casullas de los Neo-presbíteros, podemos decir que fueron confeccionadas de muy buena forma, de un corte simple, pero elegante. Además, los ornamentos empleados por el Obispo, los diáconos servidores del altar y el diácono que proclama el evangelio fueron también de la mayor dignidad posible  para la Santa Misa.
En cuanto a los ritos posteriores a la ordenación, podemos decir que se cumplieron todas las normas litúrgicas correspondientes. Hacemos hincapié en el uso de las manos juntas por parte de los neo-presbíteros, durante la mayor parte de la Santa Misa, además de consagración a la Santísima Virgen María, por parte de los Ordenados, con la oración el Regina Coeli. De la misma manera, se puede hacer notar que la preparación efectuada por el Maestro de ceremonias en conjunto con los seminaristas asistentes ayudó a mantener este acto sagrado de manera muy ordenada y sin sobresaltos mayores.

Sin embargo, pese a que hubieron algunos puntos negros, es decir, no litúrgicos, durante esta sagrada ordenación, éstos no lograron empañar de mayor manera la solemnidad de la Santa Misa. Algunos de estos puntos negros son, por ejemplo, el desorden causado por los fotógrafos, profesionales y aficionados, que comenzaron a subir las gradas del presbiterio, hasta llegar cerca del altar mayor. Pese a la rápida acción por parte de los seminaristas, no fue posible controlar la situación de manera más precisa, obstruyendo los fotógrafos permanentemente  la visión hacia el presbiterio.
Por otro lado, tenemos otro punto negro, que corresponde a el signo de la paz, en el cual, todos los presbíteros y diáconos presentes subieron a felicitar a los recién ordenados, lo que causó un desorden considerable durante el momento de preparación para la Sagrada Comunión. Por otro lado, otro problema fue el tema de los aplausos, que surgieron espontáneamente de entre los fieles, lo que claramente provoca un disturbio e impide el progreso normal de la celebración. Otro punto relevante, fue el hecho de que algunos sacerdotes, ubicados fuera del presbiterio, estuvieron en algunos momentos conversando, o bien, distraidos de la acción sagrada, lo que va en desmedro de la propia espiritualidad del sacerdote, así como la de los fieles que le observan. Sin embargo, muchos sacerdotes, de gran piedad, lograron compenetrarse en el misterio de fe que estaba ante sus ojos, y lograron así unirse en el Santo Sacrificio de la Misa con los Sagrados Misterios de Nuestro Señor Jesucristo.

Para finalizar, y haciendo un análisis global, podemos decir que esta Sagrada Ordenación fue muy Solemne, sobrecogedora, y por sobre todo, dentro de las normas litúrgicas. Los neo-presbíteros vivieron plena e intensamente este momento en el que fueron consagrados para Dios, en el Servicio Santo, «Secundum Ordinem Melchisedeq».
En general, creo que ha sido un momento magnífico, cargado de gran solemnidad y fervor, que marca un precedente en torno a las acciones litúrgicas sagradas de la Diócesis de Melipilla. Sin duda, se ha puesto en marcha este plan de la «Hermenéutica de la Continuidad», para así lograr una mayor solemnidad litúrgica y un desarrollo en continuidad con la bimilenaria tradición litúrgica de la Santa Iglesia.
Laus tibi Christe!
In Christo +
MARCVM

PD1: Especiales felicitaciones a los Neo-Presbíteros, al Maestro de Ceremonias, a quienes prepararon la Sagrada Liturgia de estas Ordenaciones Sacerdotales, y por sobre todo, a todos quienes se unieron orantes en el Santo Sacrificio del Altar. Ad Maiorem Dei Gloriam!
PD2:  Pronto, un análisis sobre la Primera Misa de uno de estos Neo-Presbíteros, el P. Gustavo Aravena.
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