PUNTOS SUSPENSIVOS
«Vosotros seguís siendo los culpables de que en España, el rostro de la Iglesia sea cada vez más limpio» No dejo de sorprenderme por la capacidad que demuestra esta Iglesia Católica de hacer práctico el Mandamiento nuevo del Amor de Cristo: “Amaos como Yo os he amado”. Y la sorpresa viene dada por las continuas campañas de desprestigio que se sufren un día sí y otro también, en torno a las posesiones materiales de la Iglesia, a los privilegios que se mantienen por parte del Estado y de la Administración Pública… Ahí siguen estando temas ya tan tópicos como “sobados” de las riquezas y tesoros del Vaticano, el IBI, la presencia del Crucifijo, las clases de Religión, el toque de las campanas, las procesiones, las romerías… Raro es el día que no “desayunamos” con las últimas declaraciones demagógicas del político del sistema como del antisistema contra -¡como siempre!- la Iglesia Católica. Últimamente que se va a comenzar una campaña de quemar “Clerymans” –alzacuellos que llevan los sacerdotes-, si “Podemos” gana unas elecciones generales. Es un simple ejemplo, por omitir otros cientos de ellos. Pues bien, en medio de todo esto, vuelvo a sorprenderme de la acción de una pequeña y pobre parroquia de las periferias de un pueblo sencillo, humilde, trabajador que, como otros cientos de pueblos, está luchando y aguantando los estragos de la ya casi interminable crisis económica. Me estoy refiriendo a Baena, de la provincia de Córdoba, a la Parroquia de San Bartolomé y al nuevo Comedor que ha bendecido e inaugurado su párroco para la atención de los participantes de Cáritas Parroquial y de todos los que estén necesitados en este aspecto. Con la presencia del Señor Obispo y sus sacerdotes, con el entusiasmo, ayuda y apoyo del Señor Alcalde, Concejales, Diputada provincial, Consejera de la Junta de Andalucía, Voluntarios, Socios de Cáritas… En un ambiente de plena solidaridad… Se abren las puertas de un comedor que quiere ser digno y trabajar por la dignidad de los más desfavorecidos. Las autoridades civiles aportan de lo poco que tienen buscando en cajones y en aportaciones de los fondos Europeos, los socios de Cáritas revisan al alza sus aportaciones, al igual que los cristianos que se reúnen en Asamblea Santa en la misa dominical, cuando los Voluntarios olvidan las horas echadas en pro de los proyectos, cocineros, ayudantes, proveedores, cristianos y personas de buena voluntad… Una gran fiesta de la solidaridad en un rincón de la geografía andaluza, donde la Iglesia se resiste a ser reducida a una simple sacristía o a un mero sentimentalismo religioso. Vuelvo a asistir a una gran fiesta, donde me siento orgulloso de pertenecer a la Iglesia y de forma parte de esta historia particular de una Cáritas parroquial que tiene puesto sus mejores ojos en sus mejores hijos, aquellos que sufren y han sido desposeídos de muchos de sus derechos. Desde aquí, gracias a todos.