TIEMPOS MALOS PARA LOS CURAS
«El pecado entra de lleno cuando retiramos las defensas y nos olvidamos de Dios. El árbol que cae tras un golpe de viento hace un ruido enorme, en comparación con el crecimiento de todo un bosque. Tres curas en Granada han destrozado la labor sacerdotal de miles y miles de compañeros que no se plantean el retirar el cartel de ‘abierto 24 horas’«
No corren buenos tiempos para la vida de los sacerdotes. No hace falta recurrir a la “hoja de ruta” marcada hace unas pocas décadas por los Lobby mundiales, que nosotros mismos abrimos las puertas a los vientos contaminados del pecado más horrible que se puede cometer, como son los abusos a menores. Pretenden convertir a la Iglesia en España en otro ‘Irlanda’, ‘Holanda’, ‘Estados Unidos’… Y nos ponemos todos nerviosos, cuando no muy asustados. Los medios de comunicación hacen su trabajo, recurriendo a la imaginación a la hora de escribir los titulares, a lo que compañeros nuestros ayudan echando más leña al fuego, olvidando que somos el corazón de Cristo para los demás. Se nos abren las carnes cuando el telediario comienza con estas noticias como portada principal.
A nadie se le ocurre poner el siguiente titular: “Dedicación plena, 24 hora abierto”, para escribir luego, en letra más pequeña el siguiente párrafo: “Cientos de sacerdotes en la Diócesis N., están de servicio permanente, con el teléfono abierto las 24 horas”. ¿Creerá alguien que esa publicación, con ese titular tendrá tirón y se agotará la edición? Creo más bien que serán retirados al terminar el día por el repartidor. Pero, ¿qué pasaría si cambiamos el titular? “Un joven denuncia al párroco de abusos cuando tenía pocos años”; y añadimos a ese titular la siguiente entradilla: “N, párroco de N., abusó reiteradamente de un niño…” Si fuera otra persona, si se tratara de otra institución más influyente, ¿no tendría que ir en algún sitio la palabra ‘presunto’? Esa edición se agotaría en poco tiempo y no se devolvería ningún ejemplar. ¡Seguro!.
No quiero con esto justificar lo que, como dice el Papa Francisco, “la verdad es la verdad y no tiene vuelta de hoja”. ¿Lo han hecho?, pues que lo paguen y a los tribunales civiles, para que sean juzgados y condenados. Allí tendrán tiempo para redimir, llorar y arrepentirse del horrendo pecado que hayan cometido. Pero sí tengo que afirmar, por justicia, que estos son tres…; miles los sacerdotes que son los pies, las manos, los labios, los ojos, los oídos…, de Cristo en la tierra para los demás. Miles son los sacerdotes que desarrollan todos los días la capacidad de dilatar los corazones poniendo en práctica el amor y la caridad. Miles son los sacerdotes que están siempre mirando los sufrimientos de los demás y dando a la maquinaria de su cabeza todas las soluciones posibles para esos sufrimientos. Miles son los sacerdotes que tienen por respuesta una sonrisa, una ilusión, una esperanza, una palabra de ánimo para todo aquel que se acerca para buscar un rayo de esperanza.
No es la receta mágica, pero aprovecho la ocasión para decir que “el hábito no hace al monje”, ¡pero vaya que si ayuda!. Cada vez estoy más convencido que hay que ir siempre vestido de sacerdote. Y por dos razones: Para ir identificado, para que te identifiquen, para no ir por la calle como si llevaras unas gafas de sol y los demás no puedan ver lo que vas mirando. Y otra, porque es el traje menos burgués que se ha inventado. Que también hay que mirar por la economía.
Aprendamos todos en este tiempo de Adviento a desarrollar nuestra capacidad de mirar los sufrimientos de los sacerdotes que día a día aportan su grano de esperanza a esta sociedad nuestra.
Es verdad hasta cierto punto lo que escribe . El escándalo y el pecado está en todas las esferas, pero esos pecados (violaciones de niños ) nunca tuvieron que suceder : NUNCA. en la Iglesia, porque fueron causa de atropello, escándalo, pérdida de la fé, a saber a cuantas víctimas la pérdida de su alma. Ahora bien , no es lo mismo una persona que dice que fué abusada a los 15 en adelante cuando ya NO hay indefensión, que a un infante al que se le puede manipular, engañar y amenazar para que calle.
Querido padre ¡cuánta razón lleva en cada una de las palabras de este artículo desgarrador! Le pido perdón en mi nombre y en el de todos los católicos, porque nosotros tenemos muchísima culpa de tanto sufrimiento que tienen que soportar ustedes. No nos damos cuenta de que hoy en día es una heroicidad ser sacerdote. Ya son varios los que me han dicho que les han escupido e insultado en la calle y en el metro de Madrid. Cuando yo era pequeña corríamos a besar la mano del sacerdote cuando lo veíamos por la calle y hoy se les insulta y agrede…realmente es muy grave lo que está pasando en España. La mayoría no llegamos a esos extremos pero sí nos sentimos autorizados para criticarles cuando lo que estamos OBLIGADOS a hacer es rezar por ustedes continuamente. Hoy en Misa me resonaban sus dolidas palabras, le he pedido perdón a Dios y la he ofrecido por usted y todos los sacerdotes. He decidido hacer la Novena a la Inmaculada para rogarle a María que los ampare bajo su manto, los consuele, los mime y los proteja del Maligno. Está claro que en estos tiempos ustedes y los niños son el blanco preferido del Maligno. Si los católicos fuéramos conscientes de que el sacerdocio es la dignidad más alta a la que un hombre puede ser llamado no pasaría esto. Tampoco pasaría si pensáramos en la enorme losa sobre los pobres hombros de un muchacho corriente que conlleva esa dignidad. Por último, tenemos que tener muy presente que sin ustedes no tendríamos Vida porque Dios lo ha querido así. ¡USTEDES NOS TRAEN A JESÚS VIVO! Eso es algo tan grande que no nos damos cuenta! Yo tengo el privilegio de experimentar a Jesús vivo, su presencia, su amor y su poder gracias a los sacerdotes! Rezaré mucho para que los católicos conozcan las verdades de su fe.
Que Dios le bendiga padre
Lleva usted razón.
Pero la verdad yo no acabo de ver curas felices y sonrientes con o sin sotanas
Veo curas, cascarrabias, curas saturados de trabajo, curas envejecidos y no del todo satisfechos. No sé, no los veo con la alegria propia del que se sabe inmensamente amado por Dios.
Comprendo que la vida no es sencilla para nadie, pero el qué pasa cuando una persona entrega su juventud y vida a los demás y termina por apenas sonreir?
Es una pena pero, qué le esta pasando a nuestros curas? Donde está el entusiasmo, donde está la alegria contagiosa??
En fin, dicen que solo el enamorado enamora, y mi pregunta es: de verdad están todos enamorados? No pueden existir curas mediocres ni curas a tiempo parcial…se debe ser mas selectivo en seminarios y el que no sirva pues que asuma otro rol.
En fin, tema complejo. Pero lo de Granada es la punta del Iceberg, desgraciadamente
Y miles las personas que agradecemos la presencia de sacerdotes que, como usted bien aclara, se dejan la vida por la Iglesia y todos los fieles. Gracias