AGUANTAR EL CHAPARRÓN

|

El quinto poder de la prensa no puede supeditar el mensaje del Evangelio, al que nos debemos todos en la Iglesia Católica.

Si miramos al tendido mientras nos enfrentamos a los problemas, nos arrollarán.
Si miramos al tendido mientras nos enfrentamos a los problemas, nos arrollarán.

            Aparece el cadáver de un niño en la orilla de la playa, y toda la comunidad internacional levanta su voz y se rasga las vestiduras; la comunidad europea llega a un acuerdo sobre los refugiados y levantamos nuestra protesta contra tal injusticia… Y así un día sí y otro también.

            En alguna ocasión he llegado a decir que un Consistorio municipal, con su alcalde y concejales al frente no soportan por unas horas el sillón de la alcaldía ante un titular como este: “Familia muere de hambre”. Dimisiones por todas partes, responsabilidades a los servicios sociales y el “mea culpa” de Cáritas, entre otras consecuencias. Y, por otra parte, es muy lógico que así sea. Pertenecemos todos a la raza humana y nadie, por su religión y por el lugar donde ha nacido, tiene que aguantar estas y otras muchas injusticias. Hay que aguantar el chaparrón y salir responsables ante las situaciones de miseria que nuestros congéneres, en muchas partes del planeta, están soportando.

            Y, ahora, me bajo al terreno de lo cotidiano, de lo normal, al terreno donde me muevo habitualmente. Hace unos días me sorprendió un titular en Infovaticana: “A muchos obispos los paraliza la prensa. Buscas quedar bien, y que no te traten mal”. Me impactó este titular, como creo que a muchos de mis compañeros sacerdotes que estamos todos los días anunciando la alegría del Evangelio en nuestras comunidades cristianas. Los sacerdotes, en nuestras respectivas encomiendas pastorales, no podemos estar “delante del toro” y mirando al mismo tiempo a la “presidencia”, para ver la cara del presidente de turno y saber si le está gustando la faena o no. ¡Perdón por el símil taurino!, pero no quiero levantar polémica ninguna. Si hacemos esto, el toro nos cogerá.

<

            Tomo con tristeza esta noticia, de que los obispos están más preocupados por el tratamiento que le da la prensa, que por los problemas pastorales, el anuncio del Evangelio y el cuidado de sus sacerdotes. ¡Que no aguantan un titular de lobby de turno!; pues qué le vamos a hacer… También los sacerdotes tenemos que aguantar el titular de esa persona en el mercado o en la plaza del pueblo que dice que ha visto cuatro caballos blancos volando y en uno de ellos iba el montado el párroco.

            Prediquemos el Evangelio, dediquémonos a santificar a nuestras comunidades, que solo ante Dios tenemos que dar cuentas.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *