Ser sacerdote algo muy grande. Tan grande que escapa de nuestra capacidad de entender ya que el sacerdote es Alter Christus para los demás hombres. Su condición no cambia por su comportamiento o por la conducta de algunas que, sin darse del todo cuenta de lo que hacen, afean la condición sacerdotal. Por eso la Iglesia, toda ella, debe cuidar que tantos los candidatos al sacerdocio como los que ya pertenecen al orden sacerdotal se comporten adecuadamente a Quien representan ya que el sacerdote no es sólo sacerdote sino una realidad que significa. Ser sacerdote es ser referente, imagen y ejemplo. Es aquel por la que la comunidad cristiana ha manifestado veneración y aprecio. De niño, en una ocasión, mi madre y yo vimos acercarse a un sacerdote mayor, D. José, cuando llego a dónde estábamos mi madre me enseño que a los sacerdotes había que tenerles enorme respeto porque con sus manos y su voz traían el Cuerpo de Cristo cada día. Un sacerdote nos acompaño al nacer y, si Dios quiere, nos acompañara al morir. Te pido, en nombre de los sacerdotes, que reces a diario por nosotros para que no seamos buenos sino Santos.
Puedes hacer mal o bien..
| 01 diciembre, 2014
¡Que Dios le bendiga padre! Ser sacerdote sin duda es lo más grande que un hombre puede ser. Esa humildad que, a pesar de todo, brilla en ustedes es como un sello de santidad que a mí me sobrecoge. ¡Gracias! Rezo por ustedes y por nosotros, para que tengamos siempre presente nuestra obligación de sostener a los sacerdotes con nuestra continua oración, además de con nuestros esfuerzos de otro tipo, incluido el económico.