Puede que sea por deformación profesional o por las experiencias pastorales que te encuentras en la vida pero la realidad es que hoy toca de nuevo hablar del Matrimonio y, en concreto, de uno de los fines de matrimonio. Los novios tienen que ser conscientes de que en el momento que dan su si no van a enamorarse, a ser feliz el o ella en si mismos sino a hacer feliz a el o a ella y eso, canónicamente denominado el bien de los cónyuges, supone sacrificio. Es decir, al matrimonio uno no va a enamorarse sino a sacrificarse y, sacrificándose gustosamente por el otro es cuando vuelve a enamorarse porque descubre aspectos del amor, como es la la realidad de la entrega total, hasta ahora no vividos en el noviazgo. Cuando falta esa capacidad de sacrificio, de entrega, surgen los problemas porque en vez de buscar la felicidad del otro buscamos nuestra propia felicidad y eso, por la misma naturaleza de la institución, choca, desvirtúa y hiere de forma profunda la relación matrimonial. Por consiguiente quisiera hacerte algunas pregunta para que tú te respondieras: ¿cual es tu capacidad de sacrificio por tu mujer o por tu marido?, ¿hasta cuando y cuanto estas capaz de sacrificarte por el o por ella?, la respuesta a estas y otras preguntas que tu puedas hacerte dan la medida de amor matrimonial.
Matrimonio: no vas a enamorarte sino a sacrificarte
| 05 septiembre, 2014
Por fin alguien que dice algo sensato sobre el matrimonio, hasta ahora no he oido mas que frivolidades y mentiras.
Enhorabuena por el blog. Gracias por sus reflexiones.