Como bien sabe todo el mundo, la potestad de Régimen en una diócesis la ostenta el Obispo de la misma (c. 381. § 1). Es él quien por ser sucesor de los Apóstoles tiene la plenitud del gobierno diocesano. Sin embargo, el Obispo de la diócesis no gobierna sólo. Es más, los órganos colegiales de la diócesis y la curia diocesana forman un entramado de gobierno sin los cuales el Obispo tiene muy difícil gobernar. Además el c. 384 señala explícitamente que debe oír al resto de su presbiterio como sus cooperadores y consejeros. Por consiguiente, cuando en los Blogs o paginas webs se analiza a las diócesis muchas veces se personifica en la figura del Obispo de la diócesis sin valorar que la responsabilidad del gobierno y la marcha de la pastoral diocesana no se circunscribe sólo a la cabeza. Pienso que un análisis riguroso, siempre visto desde el simple lado humano, pasa por estudiar la diócesis en su conjunto y no sólo a la cabeza. Un ejemplo puede ser ilustrativo. Hace años hablando con una Obispo de una diócesis española le pregunte por una medida pastoral concreta que podría ayudar, me parecía, en el acercamiento de los fieles a los sacramentos. El Prelado me contesto que a él también le parecía bien pero que cuando consulto esa medida dentro de la curia diocesana se habían negado en rotundo y es que en una diócesis como en el gobierno de cualquier estructura humana el banquillo, no lo podemos olvidar, también juega.
El banquillo también juega
| 22 marzo, 2015