Hace unos días en uno de los Blogs de infovaticana se hablaba de los problemas pastorales que se están produciendo por convertir ahora las Primeras Comuniones en un sucedáneo de las Bodas. De hecho hace unos días un niño que va a hacer este año la Primera Comunión me dijo que el fin de semana pasado había estado en la Comunión de un amigo suyo en la que, como me decía, había Barra Libre y no precisamente de Fanta Naranja. Podíamos empezar a escandalizarnos y proponer medidas coercitivas: que se retrasen, que no hagan la Primera Comunión quienes no estén del todo preparados, etc., no voy a negar que alguna de estas medidas puede ayudar pero el problema no está en la primera comunión sino en como mejorar el ambiente que, como decía ese Blog, ha convertido la Comunión un acontecimiento social más que una Fiesta de la Fe. Por consiguiente puede ser oportuno que cada uno de nosotros se pregunte, si acude a ese momento único en la vida de un niño o de una niña, como se acerca él al Sacramento de la Eucaristía ese día y si, con su ejemplo, ayuda a otros a vivir ese momento irrepetible por su silencio, sus gestos, sus palabras.
Barra Libre
| 10 mayo, 2014