Es de público conocimiento que el 31 de enero ppdo. la presidente de Chile, la señora Michelle Bachelet, ha presentado un proyecto de ley para despenalizar el aborto en tres casos –cuando existe peligro para la vida de la madre, cuando el embarazo es producto de una violación o cuando el feto es inviable-, fundado o fundamentado en “razones humanitarias”, la “dignidad de las ciudadanas” y el fortalecimiento de los derechos de las mujeres”. Más allá del lenguaje educado y de las razones “humanitarias” invocadas, no deja de llamar la atención que una representante del progresismo izquierdista latinoamericana invoque criterios formulados e inventados por la plutocracia financiera internacional para justificar la aplicación de la pena de muerte a los seres humanos más inocentes e indefensos de todos. En este caso en particular, se trata de un socialismo a la Rockefeller, habida cuenta que la señora presidente de Chile es una de las “hijas políticas” dilectas del magnate norteamericano, quien suele agasajarla personalmente cuando ella concurre a las reuniones del Council of the Americas, en Nueva York.
- A) En el caso del embarazo producto de una violación, el proyecto “progresista” propone la eliminación o asesinato del niño/a gestado, aunque no haya cometido crimen alguno, mientras que deja con vida al criminal que violó a una mujer. En síntesis: se trata de un criterio que bien podríamos calificar de pre-cavernícola, por cuanto propone la muerte para el inocente y la vida para el criminal. Por otro lado, este criterio reproduce y repite la violencia del más fuerte sobre el más débil: el violador agrede a la mujer, y ésta agrede (matando) a su hijo indefenso. UNA LOCURA TOTAL.
En el fondo, estamos en presencia de un criterio soft de racismo eugenésico: como el niño gestado en este caso tiene una “imperfección” de origen –es el producto de un crimen- se debe tener derecho a eliminarlo. Se alega que es muy duro obligar a una mujer a aceptar la existencia de un hijo producto de una violación, pero nada se dice de lo inhumano que resulta dejar con vida al criminal que atacó a la mujer. En este caso, el odio contra el niño “espúreo” muta en piedad para el criminal (¿????). En síntesis: es una locura total condenar a muerte a un inocente y dejar vivo a un criminal. Lo peor es que se pretende presentar esta aberración jurídica como “progresista”. Lamentablemente, este proyecto impone lo que ya fue diseñado y postulado en el año 1969 por el “camarada” Harrison Tweed (asesor legal del Chase Manhattan Bank y de la familia Rockefeller[1]), en momentos en que era presidente del American Law Institute, organismo privado fundado por un miembro del Council on Foreign Relations, manejado ininterrumpidamente desde el momento de su creación por el «Imperio Rockefeller»?[2]. Este criterio fue explicitado en un borrador del Model Penal Code (Código Penal Modelo)[3], esbozado mas nunca aprobado, pero que le sirvió a la oligarquía angloamericana no sólo para justificarlo y legitimarlo, sino para difundirlo e imponerlo en el mundo. Actualmente, la mayoría de los países que ha aprobado el aborto tiene en esta figura del embarazo a causa de una violación como principio de justificación de la aplicación de la pena de muerte –aborto- a un nonato.
- B) En el caso de la inviabilidad del feto, el “derecho” a suprimir esta vida “defectuosa” se asemeja en su totalidad al criterio de “muerte digna”, sancionado por Adolf Hitler en 1942. Es lamentable que la señora Bachelet ignore que la política nazi sobre el aborto y el parto fue precisamente uno de los métodos dispuestos y diseñados para asegurar el extermino de aquéllos a quienes los nazis consideraban que exhibían una vida que no era digna de ser vivida, ni por ellos ni por sus posibles descendientes”[4].
Lamentablemente, en última instancia se le otorga estatus democrático “progresista” a la ideología antinatalista y abortista de la plutocracia financiera angloamericana. Extraño maridaje de socialismo latinoamericano y capitalismo depredador, que consagra en Chile la ideología abortista del clan Rockefeller, punta de lanza del minúsculo poder internacional que impulsa el Nuevo Orden Mundial, dirigido, organizado y controlado por el poder financiero mundial y las multinacionales angloamericanas, nucleados en la Comisión Trilateral y en el Grupo Bilderberg. [1] «Harrison Tweed», en http://en.wikipedia.org/wiki/Harrison_Tweed [2] Gary Allen, The Rockefeller File, Nueva York, 1976, Chapter Five. [3] American Law Institute, Model Penal Code, Section 203.3. Abortion, en http://hometown.aol.com/abtrbng/mpca.htm [4] Tessa Chelouche, «Doctors, Pregnancy, Childbirth and Abortion during the Third Reich», en IMAJ, Vol. 9, March 2007.