En casa no somos nada futboleros. Es cierto que me gustaba jugar, pero nunca he sido de seguirlo por la tv, por lo menos desde que me casé… Y eso que tanto mi familia como la familia política son fervientes seguidores y defensores del Madrid. De hecho, si pierde el Madrid, mejor estar lejos de mi padre en unos días…
El otro día mi hijo, de 6 años, me dijo que era del Barça. Casi me atraganto con el café. No es que me importe mucho de qué equipo sea, pero tampoco me apetece mucho crear un cisma familiar, así, con la tontería.
En realidad, el niño no ha visto un partido en su vida. Luego me enteré de que su compañero de mesa es del Barça. Le expliqué que nosotros somos del Madrid y que toda la familia era del Madrid. Le llevé un día de partido a casa de mis padres para explicarle las reglas y que viera a mi familia en acción siguiendo el partido. Entendió perfectamente lo que significaba ser del Madrid y desde entonces es leal al equipo blanco.
El ser humano ha necesitado de la revelación de Dios para poder conocerle, entenderle y amarle, en definitiva, tener Fe. Pero Dios, es uno concreto. Y al igual que con el fútbol, necesitamos que otros nos cuenten esas “instrucciones”, esas normas para entender el juego, poder seguirlo e incluso jugarlo bien.
Por eso necesitamos estar en contacto con la iglesia, para poder ir conociendo a Dios a lo largo de nuestra vida. Porque no es verdad eso de que “yo creo en Dios a mi manera”. Con Dios eso no vale. Porque Dios te lo tiene que contar, y te lo cuenta a través de la Iglesia, que a lo largo de los años ha ido interpretando la palabra de Dios para que todos la podamos entender. Y con todos me refiero a todos. Es un gusto ir a otro país, en otro continente, y ver que la Misa es la misma que la que tienes en tu barrio, porque la iglesia es universal. Y EXPLICA UNA SOLA FE.
Yo entiendo perfectamente eso de “yo creo en Dios, pero no en la iglesia”. Lo sé, yo mismo pensaba así. Pero la realidad es que a la vez que me alejaba de la iglesia, me fui alejando de Dios. Porque como en el fútbol, si no ves los partidos, ni te unes con los madridistas, o como en mi caso que me casé con una persona que odia el futbol, pues lo dejas de lado, y ya no es que no sea madridista, es que ya el fútbol no está en mi vida.
Y si te pasa con Dios, te juegas la vida eterna…
Únete a la iglesia, porque es la forma más fácil de seguir unido a Cristo y, en esencia, a Dios.
Yo, preferisco il Paradiso.