Los novios. Consejos del Papa Francisco el día de san Valentín

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   novios-papa 1. ¿Temor a amarse «para siempre«? Hoy muchos temen tomar decisiones, pues todo cambia rápidamente, nada dura… Si el amor fuera sólo un sentimiento psico-físico, una chispa en la neurona, entonces acabaría cuando se descargase esa célula.   2. Pero si el amor es nuestra vida, es lo fundamental, vivo y auténtico, pues nace, y luego crece o muere… Entonces hay que construirlo, fortalecerlo, cuidarlo y agrandarlo. Es un reto bonito: nada fácil, pero emocionante. Vale la pena dedicarle toda una vida.   3. Firme y verdadero, no sentimental. “Queridos novios: os estáis preparando para crecer juntos, para construir vuestra casa, donde vivir juntos para siempre. No queráis fundarla sobre la arena de los sentimientos, que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, del amor que viene de Dios”, que es eterno.   4. Fundar el amor mutuo, en el mismo amor de Dios. Hacerlo igual de firme. “Igual que el amor de Dios es estable y para siempre, también el amor que funda una familia queremos que sea estable y para siempre”.   5. Con un fin claro: crear un hogar. “La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer a medida que construye una casa, que sea luego un lugar de afecto, de ayuda, de esperanza y de apoyo”.   6. No de ‘usar y tirar’: amar es mucho más serio. “Por favor, no debemos dejarnos vencer por la «cultura de lo provisional«, esta cultura que hoy nos invade. ¡Esto no va!   7.- Un desafío, un reto. “¿Cómo se cura el miedo a «para siempre «? Día a día, confiando en Dios, avanzando paso a paso en el amor, en crecimiento mutuo. ¡El «para siempre» no es sólo cuestión de tiempo! Un matrimonio no sólo tiene éxito si dura, sino que es más importante su calidad: estar juntos y saber amarse siempre, ése es el desafío”   8.- Dios tiene amor «para siempre«. Como en “el milagro de la multiplicación de los panes: también para vosotros, el Señor puede multiplicar su amor, y donarlo fresco y bueno todos los días. ¡Cuenta con una reserva infinita! Él te da el amor que es el fundamento de vuestra unión y cada día lo renueva, lo fortalece. Y lo hace ser aún más grande cuando la familia crece con los hijos”.   9.- Dios da ese amor eterno al que se lo pide. Con oración. Pedir “él por ella, ella por él, y los dos juntos. Pídele a Jesús que multiplique vuestro amor. En el Padrenuestro decimos: «Danos hoy nuestro pan de cada día«. La novia y el novio pueden aprender a rezar: «Señor, danos hoy nuestro amor de cada día«, porque el amor de los esposos es el pan de cada día, el verdadero pan del alma, aquello que los apoya para seguir adelante”.   10.- Saber convivir siempre con amor. “La convivencia es un arte, un camino paciente, bello y fascinante. Pero no termina cuando se ha conquistado el uno al otro… De hecho, ¡es precisamente entonces cuando comienza! Este viaje diario tiene reglas que se pueden resumir en estas tres palabras: ¿puedo?, gracias, y lo siento”.   11.- Pedir permiso, con cortesía. “Significa ser capaz de pedir permiso para entrar en la vida de otros con cortesía. El verdadero amor no se impone por la dureza y agresividad. En las Florecillas de San Francisco dice: «Sepan que la cortesía es una de las propiedades de Dios… y la cortesía es la hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor» (Cap. 37)”.   12.- Dar gracias por todo. “Una anciana me dijo una vez en Buenos Aires: «la gratitud es una flor que crece en la tierra noble«. Nosotros: ¿damos gracias? Es importante mantener viva la conciencia que la otra persona es un don de Dios, ¡y los dones de Dios son para decir gracias! Y en esta actitud interior dicen gracias a unos a otros por todo. No es una palabra bonita para usar con los extraños, para ser educados. Tienes que saber cómo decir gracias, para llevarse bien juntos en la vida matrimonial”.   13.- Pedir perdón. «En la vida hacemos muchos errores. Todos los hacemos. ¿Hay alguien aquí que nunca ha cometido un error? Levante la mano. La Biblia dice que el justo peca siete veces al día. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas. «Perdón por levantar la voz hoy«, «Perdón si me fui sin decir adiós«, «Perdón si llego tarde«. Todos sabemos que no hay familia perfecta, e incluso el marido perfecto o la mujer perfecta. No hablamos ya de la suegra perfecta…. “   14. Acabar siempre el día en paz. “Jesús, que nos conoce bien, nos enseñó un secreto: nunca terminar un día sin pedir perdón. Por favor, recuerda esto: ¡nunca acabar el día sin paz! ¡Nunca, nunca, nunca! Este es un secreto, un secreto para mantener el amor y hacer la paz. No es necesario hacer un hermoso discurso… A veces, un gesto”   15.- Buenos consejos para celebrar la boda. “Asegúrate de que es un verdadero festejo, porque la boda es una celebración, una fiesta cristiana, ¡que no es cosa de la alta sociedad! ¿Recordáis el milagro de las bodas de Caná? En cierto momento se acaba el vino, y el plan parece hundirse. ¡Imagínate terminar los festejos bebiendo té! ¡Sin vino no hay fiesta! A sugerencia de María, es cuando Jesús se revela por primera vez y convierte el agua en vino. Lo que sucedió en Caná, sucede en realidad en cada boda: ¿qué la hace plena y profundamente auténtica? Que sea la presencia del Señor que se revela y da su gracia. Eso es ofrecer el «buen vino», es dar el secreto de la alegría plena, que realmente calienta el corazón, ¡la presencia de Jesús en ese plan: un buen plan, pero con Jesús! ¡No con el espíritu del mundo, no! Esto se nota, cuando el Señor está ahí”.   16. Sobriedad. “Es bueno que la boda sea sobria y destaque lo realmente importante. Algunos están preocupados por lo externo del banquete: fotografías, ropa y flores… Eso es importante sólo si señala la verdadera razón de su alegría: la bendición de Dios en su amor”.   17.- Ayuda mutua. “El matrimonio es también un trabajo de todos los días. El marido tiene la obligación de hacer más mujer a su mujer, y la mujer tiene la tarea de hacermás hombre a su marido. Crecer en la humanidad, como hombre y como mujer. Eso se llama crecer juntos. ¡No es desde el aire! El Señor lo bendice, pero viene por las obras, por la forma en que vivimos, por la forma de amar”.   18.- Crecer siempre. “¡Crezcamos! Aseguraros siempre de que el otro va a crecer. Trabajad para esto. Y así, un día vas por la calle y la gente dirá: «¡Pero mira si es hermosa esa mujer!». «Con el marido que tiene, ya sabes». Y a ti, «¡Mira cómo es!». «Con su esposa, ya sabes». Conseguid esto: haceros crecer juntos, el uno al otro. Y los niños tendrán este patrimonio de haber tenido un padre y una madre que crecieron juntos, llegando a ser -el uno y el otro- ¡el mejor hombre y la mejor mujer!”

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