Celebrar. La comida es, desde siempre, el principal acto social para familias, sociedades, grupos, empresas… De ahí la tradición de sellar los contratos (firmas, bodas, celebraciones…) sentados en torno a una mesa, compartiendo juntos la comida. Todo buen acuerdo o compromiso, termina confirmándose con una buena comida. Bodas, cumpleaños, pactos, fundaciones, fiestas o celebraciones, se sellan comiendo a la mesa. Compañero es “aquél con el que se comparte el pan”, del latín ‘cum panis’: con pan. Compañías, de “cum panis”, son las Sociedades Mercantiles más antiguas. Los antiguos cristianos celebraban la Misa cenando: se llamaba la fracción del pan. Compartir puchero, acompañando a comer, es convivir: aporta mucho más que calorías. Alimentarse, para los humanos, no es sólo cebarse o atiborrarse: una mera nutrición. “Incluso en las conductas biológicas más elementales, como es el comer, los seres humanos se comportan como intelectuales y no como animales”. Leon Kass: El alma hambrienta ¿Comerías tú feliz en una cuadra maloliente o en un vertedero inmundo, oliendo a basura, usando un pesebre como mesa, acompañado por ganados como comensales? En la comida, se desarrolla también la racionalidad: invitando, preparando el acto y alimentos, disponiendo la mesa… y en los hábitos sociales de relación y comportamiento. La mesa. El cultivo de la mente, comienza con la palabra liberada por la necesidad satisfecha: un hombre bien comido y bien bebido es el que mejor piensa y dialoga. “En la mesa y en el juego, se conoce al caballero”. Tu porte en la mesa, demuestra tu educación, tu cuidado y tu elegancia: – Come tranquilo, con serenidad, sin ansiedad. – Coge bien los cubiertos. – No metas ruido al masticar. – Tampoco hagas ruido sorbiendo al beber. – No rebañes al 100% los platos. – No dejes los cubiertos como las alas del avión. – Espera a comer hasta que se sirvan todos. – No hables con la boca llena. – No comas ansiosamente con los ojos, antes de servirte, devorando la bandeja. – No hables de comida en la comida. – No pongas los codos como alas de avión. – Usa los palillos tapándote la boca con la otra mano, igual que para echar huesos. Existe la ‘Etología’: el arte del bien comer. El primer libro de este saber es “La scienza in cucina e l’arte di mangiar bene: igiene, economia, buon gusto” (La Ciencia en la Cocina y el arte de comer bien, escrito por Pelelgrino Artusi. En él se lee: “Amo la belleza, y lo bueno, en dondequiera que se encuentren, y me repugna ver destrozada, como suele decirse, la gracia de Dios. Amén”
Comida
| 28 mayo, 2015