¡Dejemos que el Espíritu Santo nos revista con las armas del diálogo, de la comprensión, de la búsqueda del respeto recíproco y de la fraternidad!
— Papa Francisco (@Pontifex_es) September 24, 2018
San Pablo, en Efesios 6
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. 11 Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. 12 Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.
13 Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. 14 Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. 15 Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. 16 Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. 17 Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
San Pablo es grandioso…
Me parecen perfectamente paralelas las dos citas. Están hablando de lo mismo. De la fuerza de Dios.
Yo también prefiero esas armas, pero me sobra lo de «Santidad».