Recibo este correo, y creo que es justo compartirlo con vosotros:
Estimado Gabriel,
Disculpa que en esta ocasión te escriba desde el anonimato. Me parece más sensato por lo que te quiero exponer.
Antes de nada, quisiera agradecerte, como lo he hecho ya en alguna otra ocasión, la cobertura que has ido dando en estos años a temas del CEU y de la ACDP. Has sacado a la luz y has alertado en tu web de situaciones difíciles por las que atravesábamos. Y eso ha sido de gran ayuda.
No me mueve a escribirte sino la procupación que me embarga por una obra de la Iglesia que ha sido protagonista antaño de una misión importante. Y me preocupa también la deriva que va tomando.
Imagino que estarás al corriente de muchas de las cosas que en esta institución suceden por los contactos que tienes en ella. Algunos buenos y grandes amigos.
Pienso que esta información puede ayudarte, pues veo mucha confusión en aquello que últimamente leo y, sobre todo, una gran injusticia que nadie denuncia. Algo de lo que nadie habla, ni blogs, ni noticias en digitales, ni siquiera en pasillos…
Hace meses, si no ya un año, un blog surgió tras el descontento de algunos Propagandistas y empleados (y ex-emploeados) del CEU para denunciar lo que estaba ocurriendo con la actual presidencia y dirección general. Ahí se van vertiendo toda clase de noticias, la verdad muy bien documentadas y veraces en su mayoría. La denuncia general, que comparto sin duda, es la deriva que está tomando la institución con la actual presidencia. Me sumo a ello. El presidente actual, a mi juicio, aparece ahí bien descrito: una persona de poca talla, ambiciosa, quizás con el trauma o complejo de no haber llegado en la Armada donde llegaron sus hermanos. Envidioso con temas económicos de los demás, corto de miras, de poca formación religiosa y, lo que es peor, de poco celo apostólico que se traduce en la pobre propuesta actual de la ACDP y el CEU en cuanto a la evangelización y misión en la España actual. En todo de acuerdo con lo que se va diciendo en dicho blog.
Pero he de denunciar algo que, como te decía, nadie dice. Por olvido, por propia defensa, por sentirse culpables… El blog, que tanto preocupa a las altas esferas, es sectario. No publica los comentarios que varios hemos enviado con el tema que paso a exponerte y que me parece de suma importancia.
Estando todos de acuedo, como decía, en el jucio al respecto de nuestro presidente, todos se preguntan cómo ha llegado ahí, a quién habrá engañado para ello, y todos los males que en el blog se reflejan surgen tras la llegada del actual Director General, quien junto a Romero, han liderado los despidos y las situaciones actuales de injusticia y falta de identidad de las obras de la ACDP. Pero no quieren recordar los líderes de esta oposición, que fueron ellos quienes votaron a nuestro presidente, quienes se esforzaron por quitar de enmedio a nuesro anterior presiedente Alfredo Dagnino, y quienes, llegados al poder, junto con Romero, comenzaron la poda sectaria. ya nadie se acuerda de todos los que fueron invitados a abandonar el CEU con la llegada de Romero y Raul Mayoral cuando este era Director General y la persona que nos lo trajo con sus artimañas. En aquellos días de desolación, tuvieron muchos que abandonar el CEU: patronos, rectores, capellanes, profesores, directivos. Una poda sectaria, que tenía a gala el desprecio por los movimientos que integraban y enriquecían al CEU como plataforma aglutinadora de una misión en España y con su Iglesia. Y todos aquellos, ahora cumpliendo su misión en distintas partes, no hablan o seran censurados y por ello no les oímos.
Se habla de fuerte oposición que va preparando la elección, a poco menos de un año, del nuevo presidente. Ahí hay sin duda gente buena, que quiere salir de la actual situación. Pero junto a ellos, mezclados como trigo con cizaña, están los aupadores de Romero, los que le trajeron a la presidencia. Miedo da pensar en que vuelvan a liderar las elecciones quienes ya lo hicieran hace casi 8 años. Pobre ACDP. Pobre CEU. Pobre Iglesia madrileña y española.
Alguna vez he intentado hacer comentarios en el blog que te digo, pero siempre me han quitado las alusiones a este grupo que, en los primeros años de Romero, lideraron la lamentable situación que entonces se vivió. Años de pobreza de espíritu que en nada se distinguen de los de ahora. El último comentario, que te transcribo a continuación, fue obviado sin más. Se ve que les es incómodo a los gestores del blog:
«Soy lector del blog, como otros muchos propagandistas, desde hace tiempo. Y veo con sorpresa las críticas, que por supuesto comparto, acerca de los despidos, situaciones injustas, falta de identidad, ignorancia de lo educativo, prepotencia, etc. en los nuevos e intrusos directivos de nuestro querido CEU. Pero como propagandista y queriendo hacer justicia, no puedo dejar de expresar mi extrañeza por el olvido del periodo del anterior director general que, junto con este mismo presidente fueron los artífices de la primera tanda de desvinculaciones (palabra favorita del anterior responsable de RRHH junto a otras culsilerías) tanto de patronos (o ya no os acordáis?), como de rectores (Saus, Chema, recordáis?), directores corporativos, director y gerente de colegios, directores, vicerrectores, profesores, consiliarios, el asalto a Abad Oliva, y tantas decisiones sectarias que entonces tuvieron lugar. Y de esto ya nadie se acuerda. Los despidos que tantas veces se mencionan tuvieron entonces su inicio. Quizás los afectados no se manifiestan dada su categoría moral y personal. O, lo que es peor, porque están alejados de la asociación tras lo ocurrido. Así que la fase Romero, no lo olvidemos, no comienza con la llegada de los guillemitas, sino el día que el capitán coge el timón. Ahí comienza este periodo de prejuicios con movimientos, con otras realidades eclesiales. Y la nula presencia en el mundo católico, al menos en nuestras diócesis de Madrid y Getafe. Es que nadie se acuerda ya de aquello? Justicia, por favor.»
Nada más. Ahí va esto por si en algo se puede poner luz que ilumine esta pobre asociación para el bien de nuestra querida Iglesia.
Gracias Gabriel y un saludo