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Aborto: mucho ruido y pocas nueces

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gallardon-reuters--644x362Poco antes de Navidad el gobierno sorprendía anunciando en un consejo de ministros la reforma de la ley del aborto. Una reforma que no satisfacía las exigencias de los que apostamos por la defensa del derecho a la vida desde su concepción hasta su término natural pero sí podía prometer un avance significativo en ese sentido.

Si bien incluía burdas concesiones a la demagogia, como la insistencia en que “ninguna mujer debe ir a la cárcel por abortar”, cuando en España en los últimos 50 años no ha ido una sola mujer a la cárcel por esto, el proyecto devolvía el aborto al Código Penal, de donde nunca debió salir.

El anuncio que hacía el ministro de justicia, con el apoyo del presidente del gobierno pero sin haber obtenido consenso dentro del partido, provocó que los llamados “barones”, los presidentes de Galicia, Castilla y León y Extremadura entre otros, plantearan una enmienda a la totalidad de la reforma.

El problema viene cuando se trabaja en una ley de estas características sin hacer un mínimo de pedagogía, movido solamente por oportunismo político a la vista de las próximas elecciones europeas y ante la brecha abierta por el desencanto de los votantes conservadores del Partido Popular.

Porque si en algo no se ha esforzado el gobierno es en hacer un mínimo esfuerzo pedagógico: No se ha sabido hacer una defensa política ni ideológica de este asunto.

Las huestes promotoras del infanticidio prenatal se han movilizado con fuerza, pues conocen el efecto de la legislación española sobre los países de Latinoamérica, y quieren minimizar a toda costa el efecto positivo que ha tenido el anuncio de la reforma: abrir un debate que parecía sentenciado. En Francia miles de personas han salido a la calle en apoyo de una ley española que no es tal, pero que abre la esperanza de que alguien retroceda, o mejor dicho avance en el sentido de una mayor protección del nasciturus.

La situación actual es muy alejada de lo que prometía Gallardón en el último consejo de ministros del 2013: Previsiblemente la ley no será aprobada hasta después de las elecciones europeas, y veremos de qué manera, por lo pronto ya se sugiere que el supuesto eugenésico estará contemplado. Lo que parece ya un hecho es que la protección de nasciturus se diluirá como un azucarillo y la cifra de infanticidios prenatales seguirá siendo cada año superior a los 100.000.

Además, según se desprende de las declaraciones que vienen haciendo los responsables del gobierno de nuestro país, tendremos una situación pintoresca: El aborto será un delito subvencionado por el estado, financiado con dinero público a través del catálogo de prestaciones de la seguridad social. De locos.

Lea el artículo en italiano publicado en la Nuova Bussola

Comentarios
0 comentarios en “Aborto: mucho ruido y pocas nueces
  1. Como comentas al acabar el artículo, es una situación «de locos». Unos políticos en el gobierno que de forma oportunista hace «gestos favorables» para engañar al que fué electorado afín. Maquilla la legislación vigente, haciendo creer que hay puntos que mejoran, pero no tocando lo fundamental. El aborto es un asesinato y como tal lo deben tratar las autoridades. Y como consecuencia, ni subvenciones ni nada. El sentido correcto de una enmienda a la totalidad debería entrañar aquí la derogación de la ley del aborto y su tipificación como delito.

    Pero creo que vas aún más profundo, ya que comentas la nula pedagogía, la nula «batalla por las ideas». Tratándose de un maquillaje oportunista, lo que interesa a estos señores es pasar de puntillas, al igual que con la Educación. Pero aun hace quince años, en temas «bien hechos»….jamás han dado la batalla por las ideas y se han manifestado siempre acomplejados.

  2. Un reforma no satisface a nadie que esté en contra del asesinato de niños.

    Una reforma es siempre un parche para seguir matando. Por favor, no le den más vueltas.

    Lo que toca es derogar la ley y se acabó el problema. El asesinato está penalizado por ley, y el que se la salta se va a la cárcel. ¿Acaso el aborto no es un crimen? Pues démosle el trato que merece.

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