A menudo me encuentro con personas que aparentemente se comen el mundo, que a veces están con una euforia tremenda y pocas horas después en un estado depresivo importante. Muy a menudo me encuentro con personas que defienden a capa y espada el estilo de vida que llevan de excesos, de vicios, de malos hábitos…. cuando están en el momento eufórico te dicen que no necesitan cambiar que son «felices» así…. pero al poco tiempo, quizás pocas horas, esas mismas personas te dicen que están hartas de su vida, que no encuentran sentido a nada, etc…. Podemos intentar engañar a los demás disfrazándonos de apariencia de felicidad y de que me como el mundo…. pero jamás podremos engañarnos a nosotros mismos y, tarde o temprano, ni a los demás… ¿cuándo vamos a SER SINCEROS con nosotros mismos?…. realmente tal y como estoy viviendo ¿soy feliz? Hay personas que se conforman con ser como las gaviotas que no hacen vuelos altos ni se atreven a ir a las montañas a experimentar la libertad… se han acostumbrado a vivir en los puertos alimentándose de lo fácil, de los pececillos que hay por el puerto contaminado por tanto barco que deja sus residuos…. pero a veces, en el silencio de su corazón saben que no son felices, que sueñan con sobrevolar altas montañas. La felicidad no es algo que cae de las nubes ni aparece por arte de magia, la felicidad es un camino en la dirección correcta, no es una meta es un camino. Por eso tan importante ser bien consciente qué camino está siguiendo mi vida, por dónde estoy caminando, hacia dónde me dirijo… la felicidad es cuestión de decisiones y voluntades no tanto de sentimientos. Según las opciones que voy tomando en mi vida me adentro o me alejo del camino que conduce a la Vida y, por lo tanto, crece o desaparece la experiencia de ser feliz. Cuestión de opciones, de decisiones y de voluntad. Yo elijo vivir experiencias que me hagan crecer como persona o que me deterioren, yo elijo cómo vivo mis relaciones con los otros si superficialmente o buscando implicar el corazón. Yo elijo quejarme de lo mal que me trata la vida o de ver lo hermosa que es. Es cuestión de opciones y decisiones. Si no eres feliz pero sigues viviendo igual y no haces cambios en tu vida… aún puedes elegir seguir quejándote de lo injusta que es la vida o tomar la decisión de cambiar hábitos, costumbres, vicios… en tus manos está. Y, obviamente, en mis manos está dejarme en manos (aprovechando de nuevo esa imagen) de Aquél que llena mi alma y la hace rebosar alegría y paz. Nada hay en este mundo que pueda saciar el alma como Cristo. Ni famas, ni dineros, ni prestigios, ni poderes. Ojo, ni prestigios ni poderes del mundo o de los que también nos hemos construido dentro de casa. Para avanzar en el camino de la santidad no hay que menospreciar el camino que me toca andar en este mundo ni hay que menospreciar mi responsabilidad en mis decisiones. La santidad es también don y tarea, es tomar la decisión de querer ser santo…. Luego, serlo o no, dependerá del Señor pero la decisión de seguir ese camino jamás será una imposición de Dios sino una opción libre que depende de mi y de ti.
La felicidad es cuestión de OPCIONES y VOLUNTAD
| 09 mayo, 2015