
El comentario que reproducimos tiene varios puntos que no queremos dejar de contestar, no porque sean novedosos o interesantes en sí mismos, sino por la relativa importancia académica y eclesiástica de su autor:
1. No existe una «liturgia del Vaticano II» pues durante el Concilio se celebró con el Misal de Juan XXIII (1962). Lo que Barriola así denomina es el Misal de Pablo VI (1969), posterior a la terminación del Vaticano II (1965). Tampoco existe liturgia «lefebvrista» pues la HSSPX celebra con el Misal de Juan XXIII. Y que a estas alturas, luego del Motu Proprio, un personaje como Barriola hable de una liturgia «lefebvrista», en alusión a la Forma Extraordinaria del Rito Romano, es una falsedad inaceptable.
2. Es históricamente falso decir que la codificación de San Pío V supuso «dejar de lado los ritos más antiguos». La «reforma» de Pío V no creó nada nuevo, sino que se contentó con establecer una versión uniforme del misal, dejando intactos los ritos antiguos, de al menos doscientos años de antigüedad.
3. Por último, Barriola se despacha sobre el canon II. Para comenzar, recordemos que es una falsedad histórica decir que el canon II fuera «propuesto» por el Vaticano II. Pero, ¿es el canon II la plegaria de San Hipólito? Antes de que la borren, recordamos aquí la opinión de Germinans Germinabit un blog de la mismísima Infocatólica:
En los próximos capítulos, intentaré proceder a un breve estudio del prefacio y del canon romano aunque por su brevedad y porque resaltan con nitidez las ideas principales de la plegaria eucarística, reproduciré la anáfora de San Hipólito del siglo III (que por cierto, aunque se empeñase en afirmarlo mi “no-amigo” Bugnini y nuestro ínclitos Tena y Farnés, poco tiene que ver con la plegaria eucarística II del Novus Ordo Missae del 69).
En un entrega posterior, el mismo blog ofrece una traducción de la anáfora de San Hipólito.
– Lo que hoy se nos presenta como Plegaria de la Tradición Apostólica, Canon de San Hipólito, o se denomina con otras variantes semejantes, procede de un texto que fue publicado en 1946 por Dom Bernardo Botte, OSB, pero en realidad es una reconstrucción ideal. Se trata de una reelaboración de una plegaria escrita probablemente en griego, de la que solamente nos han llegado traducciones incorporadas a otros documentos, sin que resulte fácil distinguir las citas y las adaptaciones.
Los interesados en acudir a las fuentes pueden corroborar lo que decimos con el trabajo original de Dom Botte, OSB aquí.
– La Plegaria Eucarística II es la adaptación (censurada) de la hipotética reconstrucción elaborada a partir del denominador común de una serie de plegarias. El autor del texto así propuesto, si es que realmente existió alguna vez, fue un anti-papa que trataba de oponerse al Canon romano. Es santo por su martirio posterior.
– Cuenta Louis Bouyer que a él le daba cierta aprehensión cuando veía esa plegaria en el Misal y recordaba las circunstancias concretas de su composición. La cosa fue así: salió de la reunión del Consilium dispuesto a renunciar. Fue a almorzar con Dom Botte a una trattoria del Trastevere y allí, el benedictino logró convencer al oratoriano de que permaneciera en en la Comisión y que prepararan allí mismo la redacción definitiva de la plegaria eucarística II. Bouyer quedó «petrificado» al caer en la cuenta de que el texto más sagrado de la liturgia eucarística había sido redactado a las apuradas en la mesa de una trattoria del Trastevere.
No sabemos hasta qué punto están dispuestos a llegar en Infocatólica con su caza de brujas «filolefebvristas». Pero resulta lamentable leer a un hombre de la trayectoria de Miguel Barriola haciendo estos papelones virtuales por «solidaridad neocon».