Psicopatología de los Comentadores de Blogs (católicos y no católicos, tradis y neocón, y toda locura suelta que anda dando vuelta)

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Compartimos a continuación el gentil envío de un lector del blog. Todos -incluidos redactores y colaboradores de este blog- recibimos algún «golpe». Esperamos que nadie se enoje y, por el contrario, valore la crítica.

Analiticismo o Eurekafilia
Reducción de toda la visión a una sola problemática o a una sola causa. Que se refleja en la necesidad de encontrar una causa única en la cual descansar y poder decir ‘eureka’. Se puede complicar con una Eurekafilia crónica del ‘estúpido’, que a veces se tipifica en la fórmula: “Es la/el ……………, estúpido”. En los puntitos se da a revelar formalmente el último punto resolutivo de la problemática que se pretende explicar.

Hipergeneralización

Me pasó una vez a mí, va a pasar siempre. Extensión indebida de una experiencia personal a toda otra experiencia posible y futura.



Asertismo

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Profusión desproporcionada, inopinada, no pedida, acrítica de todo tipo de afirmaciones. En casos más graves se llega al Delirium Tremens Pontificationis.

Sordera (Síndrome de Beethoven)

Cree que puede dirigir la orquesta sin escuchar… a nadie. No le interesa en absoluto lo que el otro dice. Continúa su asertismo incólume, nadie va a detener la catarata logorréica de sus afirmaciones.

Anorexia quaestionis

Jamás, bajo ninguna circunstancia, en ninguna posible situación hará preguntas, es signo de debilidad, es signo de que el firmísimo edificio de todas sus más fundadas convicciones tambalea. En los casos más graves no pide aclaraciones, ni siquiera pregunta lo que significa para el otro algo que de inmediato él mismo se pone a rebatir. Jamás en su historial de comentarios en blogs se podrá encontrar la cancerosa duda y su hijo inmundo de perdición que lo simboliza: ¿?.

Anorexia curiositatis

Lo anterior es un estado extremo degenerativo de la falta de curiosidad. Quien padece la Anorexia curiositatis ha resuelto de un modo radical la paradoja platónica del Menón: “No se puede buscar ni lo que se conoce, ni lo que no se conoce. Lo que se conoce porque, en la medida en que se lo conoce, no hay necesidad de buscarlo; lo que no se conoce porque, entonces, ni siquiera se sabe qué es lo que hay que buscar”. Él simplemente tiene consciencia absoluta de que sabe todo lo que hay que saber.

Contestismo o síndrome del arquero loco.

Descubierto por Milkus Máximus, es el problema del arquero que ataja todo, no solo lo que viene al arco, sino lo que pasa cerca, lo que creería que le compete, lo que va al arco contrario, lo que patearon los chicos de la tribuna, el globo con el que está jugando el bebé de la vecina de al lado, todo, absolutamente todo. Se siente en la obligación de comentarlo todo, contestarlo, aclararlo, ponerlo de relieve, etc. En sus casos más graves incontable cantidad de comentarios, que nadie lee, y que siempre todo el mundo pasa rápido con el roller del mouse, atosigan las bitácoras que tienen por víctimas.

Dicotomía, o síndrome del inquisidor sin foros (desaforado)
Incapacidad para percibir matices, es todo blanco o negro, la más mínima discordancia con su pensamiento atribuirá la postura del otro al polo radicalmente opuesto. Si es un tradi la acusación sobre el otro será de pelagiano-protestantismo, si un neocon la acusación será de lefebvrismo, sedevacantismo o nazismo.

Heterolaliafobia
Miedo a todo lenguaje que no sea el mío. El único lenguaje que es absolutamente inmune a toda putrefacta contaminación modernista es el mío, el de los demás, en tanto que distinto del mío, está infecto de las más supurantes desviaciones ideológicas e ideologizantes.

Aritmia conversasionis, tarantismo, manía danzante (falta de timing)
No sabe ‘danzar’ en la discusión, no reconoce los tiempos adecuados para decir algo y sobre todo cuando CALLARSE.

Alucinosis maleficarum

La culpa es de Hegel, Lutero, Pablo VI, Juan XXIII, el Vaticano II, etc. Es típico salto a la causa última, alucinando perversísimos personajes, con una incapacidad total para reconocer el complejísimo tejido histórico que hizo posible tales cosas. Es una especie de eurekafilia analítica personalizada determinista janseno-calvinista del devenir histórico, abortiva absoluta del libre arbitrio de los actores de tal devenir.
  
Oligofrenia de Jansenio (síndrome del cazador furibundo de pelagianos)
No necesita explicación, es un tipo de ser que existe mientras exista a quienes caza. Como el depredador en la cadena alimenticia el día que mate a todos los depredados él mismo muere.

Parafrenia de Irraburro, o mal del Quijote sobre el burro, o de la Ira del burro.
Delirio de grandeza montado en blog pedorro que al grito de reforma o apostasía, con suma incapacidad y desconocimiento de las propias limitaciones, arremete contra polifemos con aspas de molino lefebvrofílicas mitificadas en un silencio voluntario unilateral, eso sí se da con dos variantes: la de caída amortizada con obediencialidad garantista, si me equivoco obedezco y no me equivoco o la variante gatofílica, que es con mucho ruido de reforma o apostasía, pero siempre cae parado.

Literalismo esclerotizante

Incapacidad para leer las analogías de proporcionalidad intrínseca. Si uno dice el Papa es a la Iglesia lo que el perro al rebaño, seguramente escandalizado se rasgará las vestiduras y dirá: “Ese hereje y blasfemo ha llamado perro al Papa” (en casos de desorganización psíquica extrema dice: “ha llamado Papa al perro”). Usted se dirá, pero eso es muy burdo, y yo le digo, lea atentamente los comentarios de un blog y verá que abunda.

Platonismo o síndrome de Williamson y la botella vacía o gataflorismo

Descalificar el lado positivo, nada nunca bajo ninguna circunstancia le viene bien. Todo está mal, todo está perdido, todo se está perdiendo, estamos al borde del abismo. O como dijo Williamson en su versión jansénico-teológica la dignidad humana sin la gracia es la dignidad de la botella vacía.

Telepatía clarividente

Va asociada directamente con el asertismo en su modalidad chavista, la Anorexia quaestionis y la Anorexia curiositatis, no te pregunto nada, no me interesa lo que dices porque puedo leerte la mente, te interpreto mejor que tú mismo.

Vis tragica
Esta es la variante histriónica y teatral del Síndrome de Williamson, hacer de todo una tragedia griega.

Profetismo, oraculomanía, enfermedad de los viejos

Si hay alguien que no duda de nada y conoce telepáticamente los pensamientos de todos, entonces conoce también el futuro y todo lo que este depara y todo lo que va a suceder, paso por paso, en cada uno de sus estratos.¿Y la libertad humana? A tomar por culo.

Visión apocalíptica

Variante aplicada a un tema bíblico del Síndrome de Williamson con fuertes dosis de Vis Trágica, telepatía y oraculismo. El modo más fácil de detectarlos es que padecen de la verbigeración del katejón, que desearían encontrarlo para poder removerlo ellos mismos, si fuese el caso, así de una vez por todas se acaba el mundo.

Rotuloviscosis crónica

Necesidad de ponerle nombre a las cosas. Ponerle nombre a las cosas tiene un verdadero efecto ansiolítico. Nos calma, nos tranquiliza. Por ejemplo veo una mujer que se arranca los pelos y el psicólogo me dice padece de Tricotilomanía, ahh, me siento mejor, me alivio. Pero no sé nada nuevo: tricotilomanía es solo eso, dicho en griego, la manía de arrancarse los pelos. Pero es muy seductor tener todo clasificado, aunque la cajita en la que metí el fenómeno que me preocupa siga tan vacía como antes.

Rotuloviscosis aguda esclerotizante

El estiquetamiento es un estadio más grave del anterior, rotular, prejuzgar ya implica cierta violencia. Se manifiesta de modo insidioso en ciertas aspiraciones clasistas y/o aristocráticas, cierto “yo no soy como los demás”, pero sigilosamente necesito que los demás sean como son para que yo pueda ser aristócrata, con clase, con estilo, no como ellos. Cualquier duda léase el prospecto de la dialéctica amo-esclavo de Hegel. ¡¡¡Por supuesto, si usted no padece de Alucinosis Maleficarum!!!

Gerontofilia o paleoerotomanía

Todo lo pasado fue mejor. Hoy todo está podrido. Como decía un escrito cuneiforme de 4000 años AC (esto no es chiste): “La juventud de hoy en día está podrida, no se interesa por nada, solo busca el placer”, paradójico ¿no?, si hace 6000 años que todo está podrido, no queda más que acumular podredumbre sobre podredumbre.

Saurioiconofilia (Síndrome del dinosaurio que vio su imagen en el lago, y se enamoró de ella) Adiognetosis aguda.

En Cueva de la Vieja de Alpera en la provincia de Albacete se encontraron dibujos en secuencia, al modo de una historieta o viñetas que narran una historia, se presume la primer narración histórica de hechos de la que se tenga registro. En el primer dibujo se ve un dinosaurio que camina hacia el lago, en el segundo se mira embelezado en el lago, en el tercero se cae de bruces y se ahoga, de allí toma su nombre esta enfermedad, mucho anterior al Narciso de la mitología griega. En la actualidad toma la modalidad de Adiognetosis aguda, donde “A” no funciona como preposición, como en la “carta a Diogneto”, sino como negación, la negación de Diogneto, específicamente en su chestertoniano párrafo (anacronismo si los hay) ‘Paradojas Cristianas’. El enfermo padece de un fenómeno de autoscopía deformante, se ve a sí mismo como un saurio, y le encanta porque es distinto y porque le da la oportunidad a los modernos de conocer un saurio. De este modo se auto define, se tranquiliza y le da una razón de ser positiva a su distinción de los demás. Muy probablemente no se da cuenta que se siente distinto no porque sea un saurio sino porque es un friky (con autoconciencia de saurio), espécimen sensiblemente posterior, y sus actitudes friky terminan confirmándole a los demás, por medio de las reacciones de los otros, en un círculo de expectativas cruzadas, que es alguien distinto. Este delirio es altamente egosintónico y autoconfirmante de las propias actitudes.

Syntaguetosis (συνταγή prescripción o receta)

Son los que siempre tienen lista ‘la receta’, tiene solución para todos los problemas, se debería esto, se debería lo otro. Receta para todo, para lo que conoce y para lo que desconoce. Para lo que está cerca y para lo que está lejos. Lo interesante del caso es que no aciertan a dar con la solución de sus propios problemas y en el menor de los casos necesitan de comentar en los blogs para darse entidad, para confirmar cierta aspiración intelectual que el medio no virtual les niega (quien esto escribe aquí en esto último se reconoce, obviamente no en la ‘recetosys’, que ya cree haberla curado, sino en la etiología, que desemboca en el bloguismo crónico).
Postdata del autor recién recibida por la Redacción:

PD: El autor de la sátira declara no tener intención de ofender a nadie, y no podría, ya que el mismo padeció muchos de estos morbos. El escrito apenas intenta ser un momento de solaz con cierta intención pedagógica. Sólo pretende encender una chispa de humor para crear un sano distanciamiento de sí mismo, elemento no menor en la salud mental de los mortales. El delirante está preso de una morbosa seriedad, no puede verse, alejarse de sí y reírse de lo ridículo de sus convicciones en el panorama total de la vida. Todos somos un poquito delirantes, no solo los que están en instituciones mentales, cuando le pedimos absolutos a cosas que no pueden satisfacer nuestras pretensiones. La mofa de nuestras ridiculeces, que nos pone a nosotros mismos en perspectiva, incluye en sí el parámetro más importante de la gravedad de una afección mental: la conciencia de enfermedad, quien ríe de sí abrió la primera fenda de escape, hizo entrar la luz al salón de las estatuas de piedra de la Bruja Blanca.
El humor es el camino hacia la humildad, y, según el bufón danés, el que provoca el salto más profundo de lo ético a lo religioso.
El autor de la sátira, por algún motivo que no se explica, declara volver una y otra vez a estos blogs de tradicionalistas raros, y con mucha ternura, como quien ha compartido muchas dolencias, y con un extraño sentimiento de pertenencia, que tampoco puede explicar, declara que su única pretensión, auto adjudicada, es ser veterinario de Saurios.

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