| 25 agosto, 2011
Con ocasión de los comentarios vertidos en defensa de Carmen Hernández, nos parece importante recordar dos notas de la persuasión coercitiva:
«Peyoritivización» y denigración de disidentes: El carácter despectivo con el que es teñido todo lo ajeno al movimiento y la denigración constante de los que lo abandonaron o no desearon ingresar, es también un elemento clave para el reforzamiento constante de ese sentimiento de elegidos y privilegiados, a la vez que va generando fobias hacia el posible abandono del movimiento en cuestión.
Respuestas simplistas y maniqueas: Toda pregunta que el sujeto a influenciar pudiere hacer, son evacuadas con respuestas simplistas, reduccionistas, que no llevan más de veinte palabras y, en consecuencia, son fácilmente memorizables. Estas respuestas también se caracterizan por su fuerte contenido maniqueo y dialéctico, dividiendo radicalmente al mundo en dos: todo lo bueno está dentro del grupo, y todo lo malo, fuera de él.»
[Baamonde, J.M. Procesos de persuasión coercitiva y reforma de pensamiento.]