| 11 mayo, 2012
De nuevo tenemos LEFELEAKS. Ya dimos nuestra opinión en esta entrada y no hemos cambiado de parecer. Lo mejor es tener paciencia y esperar las noticias oficiales antes que prestarse a juegos de poder. Porque las filtraciones son apenas unas fotos y seguramente nos estamos perdiendo la película.
Con todo, en 2009 un lector de la bitácora de Wanderer hizo un diagnóstico sobre la situación que compartimos, pues nos parece conserva interés en la actualidad.
Un anónimo (no tanto) comentador del blog escribe:
La ira del sector mencionado viene porque la operación sobre la SSPX fue más veloz de lo pensado. Con la solución canónica aparentemente ya acordada entre Ratzinger, Fellay y Schmidberger quienes actúan coordinadamente (v.gr. Carta del Papa a los Obispos e inmediato comunicado de Menzingen).
La entente anti-Benedicto XVI son hombres afines al poder, que desprecian las discusiones teológicas. Sus ideas las imponen, como imponen sus hombres.
En materia doctrinal la última palabra es siempre la de Roma, y Roma la vierte cuándo quiere y cómo quiere. Y todo católico (en la Iglesia o en la SSPX) cree que lo que el Papa define es de fe católica, y ahí acaban las discusiones. E incluso Roma puede acabar las discusiones sin definirlas. Esos temores de la SSPX son sólo perjudiciales para ella.
Entrar canónicamente a la Iglesia Católica sin discutir y -parece- definir las cuestiones doctrinales, es difícil para ciertos sectores de la SSPX que sospechan de una trampa de la modernista Roma y del modernista teólogo del Concilio exaltado al papado.
Y es, en ese exacto mismo punto, donde también están clavando con fuerza sus dientes estos enemigos del Papa. «No hay reintegración canónica sin previa discusión sobre el magisterio conciliar y post-conciliar». Algo que podría no terminar nunca. Cristo va a volver antes de que terminen esas discusiones.
Fellay parece haberse dado cuenta del mensaje papal al respecto: «Para discutir tenemos tiempo hasta el Apocalipsis, y lo que existía en 1962 no ha dejado de existir».
A los enemigos del Papa les interesa un bledo la discusión doctrinal (no hace falta demostrarlo). Siempre ganan en los hechos, que hoy sustituyen y anulan al catecismo, al magisterio y a la Roma eterna, por más documentos e instrucciones que lleguen desde el Vaticano. Y por eso temen profundamente a una SSPX plenamente integrada en la Iglesia Católica, viviendo en los obispados, con sus fieles, sus ritos, sus costumbres y sus modos de ver las cosas.
Las murallas canónicas levantadas desde el Papado pueden ser más fuertes y temibles que las seguridades teológicas.
P.S.: el comunicado oficial de la FSSPX:
http://www.dici.org/en/documents/comunicado-de-la-casa-general-de-la-fraternidad-san-pio-x-2/